Erick Pov.
-Sigo esperando a que hables -dije serio, de brazos cruzados y ceñudo.
Daemon no hacía más que mirarme mostrándome preocupación en su rostro. Le había pedido por última vez que me contara lo que había pasado entre él y su primo, no es que quisiera ser acosador, ni presionarlo por eso, es que llevo más de tres días preguntándole y me dice que si me va a decir pero luego. O sea me saca el cuerpo, me ignora o sólo se va sin explicarme nada. Y la verdad es que estoy muy enojado por eso.
Tres días esperando una maldita respuesta a la pregunta que le llevó haciendo, pero nada. No entiendo que es eso tan malo que no me quiere decir, y mientras lo vuelve más misterioso, más curiosidad me da.
-No quiero que te sientas mal por lo que te diré -murmuró cabizbajo.
Suspiré resignado para luego acercarme a él y acariciar su cabello justo como lo hace él cuando me tiene cerca. Una pequeña sonrisa se hizo presente en sus labios y asintió.
-Lo siento, no debí ocultarlo tanto tiempo pero es que... me da miedo tu reacción -suspiró-. Erick mi primo me ha dicho que está enamorado de mí, la verdad no sé cómo, pero lo está. -soltó como si de aire comprimido en sus pulmones se tratara.
¿Qué acababa de decir? ¿Que su primo está enamorado de él? Vaya que eso si no me lo esperaba... Entonces de esto era lo que estaba preocupado el rubio tonto. De que me afectará los sentimientos de su primo hacia él. ¡Qué tontería! El que su primo lo quiera no me involucra a mí, sólo si entre ellos sucede algo más allá, claro está que la situación entre estos dos no es la mejor y por lo tanto dudo que Daemon le vaya a corresponder. Además, por la cara de horror que tiene ahora puede pensar que menos le quiera aceptar los sentimientos. Es que el pobre parece que fuera visto un fantasma.
Mirian tenía razón, Daemon desde esa confesión no ha estado muy bien. Lo noto en como llega al instituto, en como se pierde en sus pensamientos, hace tres días ha estado muy decaído y descuidado consigo mismo. Me preocupo y por eso fui a la cafetería a hablar con Mirian para saber cómo le había ido viviendo juntos, y por supuesto muy preocupada me dijo que Daemon no estaba de la mejor manera.
-Daemon, mirame -me acerqué más él, mirandolo preocupado. Tenía las ojeras más marcadas que ayer.
-Erick, yo no te quiero ocultar las cosas así... de versad lo siento -susurró con la voz algo ronca.
Negué con la cabeza mostrándole que le restaba importancia a ese asunto. Ahora lo que más me enojaba del tema es que no hubiera tenido la confianza suficiente para decirme como se sentía, para contarme todo eso. No sé de qué se preocupaba yo como nadie lo iba a entender.
Posé mi rostro lo suficientemente cerca del suyo, levanté su cara con mis manos puestas en sus mejillas y cuando nuestras miradas se encontraron lo besé.
-Hablas como si me fueras engañado -musité al separarnos.
Daemon me miraba sorprendido y embobado. A veces suelo ser muy impulsivo cuando quiero ayudar a alguien, el problema conlleva que esto no lo hice por impuso sino porque de verdad quería besarlo y además me ayudaría a tener su atención.
-¿No estás enojado por lo que te dije? -preguntó mostrándose confundido.
-No, para nada. Lo que me enoja es que no me lo hayas dicho antes, que no hayas confiado en mí -dije serio.
-No es que no confiara en ti, es sólo que tenía miedo de que todo saliera mal.
-No iba a pasar. Debo admitir que me sorprendió un poco -hice una pequeña mueca-, pero no es nada de lo que me deba preocupar ¿verdad?
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Eres todo un Reto(Yaoi)
Storie d'amoreDaemon Steel un joven de 17 años de edad, tranquilo, serio y poco sociable. Él solo se concentra en estudiar, ser el mejor en clase, no le interesan las relaciones ni pretende tener alguna. Es muy popular con las chicas y a pesar de eso no se da el...