Capítulo 30 - El juicio

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Finalmente había llegado el día del juicio, en un tribunal de Austin se llevaría a cabo un caso que sonaba demasiado absurdo, el juez Ronald Bell fue convencido para dirigir el proceso. Sin embargo, como él mismo lo dijo, esto sería desperdiciar su valioso tiempo ya que nadie creería en la veracidad de un caso en el que la enfermera afirma que las victimas desaparecieron de la nada. Aun así, el día 8 de febrero se llevaría a cabo dicho juicio. El clásico y caro auto de Ian Josh se estacionó en el parqueo de los tribunales, se escuchaban murmuraciones y risas de sus compañeros al verlo subir por las escaleras y entrar por las puertas del edificio, "Yo seré quién ría al último" decía en su mente el detective mientras entraba a la sala con una sonrisa llena de confianza. -¿Quién es usted?- Preguntó el Juez al verlo entrar con su mano en su barbilla la cual estaba cubierta por una espesa barba blanca –El juicio comenzará en una hora- Ian Josh vio a Ámber y a su abogado quienes se preparaban para la primera sesión e igualmente, la enfermera quien esperaba a que su abogado llegase. –No ha respondido mi pregunta- Dijo nuevamente el juez, Ian Josh sonrió y respondió –Fui llamado aquí por el cuerpo de policía para monitorear el caso- El juez levantó una ceja mirándole con duda -¿Está consciente usted del caso que se va a manejar en este juicio?- -Estoy completamente consciente, señor juez- Respondió Josh sonriendo confiadamente. El juez le ordenó que se sentase mientras el juicio comenzase. Josh Observaba a Ámber, ella se veía preocupada y su abogado le aconsejaba que mantuviera la calma y demostrara confianza. La enfermera recibió una llamada de quien parecía ser su abogado, su voz era grabe y su acento al hablar era español europeo "Esta tipa tiene suficiente dinero como para contratar un abogado extranjero" Pensó el detective quien fingía ver su celular mientras observaba a estas personas. Después de un rato, entró a la sala el abogado de la enfermera, un hombre alto, de barba blanca con estilo de candado; Una postura de poder y un cabello negro con un peinado elegante y con unas pocas canas en las patillas –Lamento hacerla esperar señorita Francis Honey- Dijo el elegante hombre mientras estrechaba la mano de la enfermera –Mi nombre es Matías y seré su abogado en este caso- Matías dirigió su mirada a los ojos de Josh y sus profundos ojos grises lo penetraron haciendo que el detective se sintiese incómodo. En su mano, Matías llevaba un sobre y se lo entregó a Francis, Ian Josh escuchó las palabras del abogado de Honey al entregarle el sobre –Esto es lo único que necesitamos para ganar el caso- En ese sobre seguramente habían pruebas de la veracidad del incidente de hace 5 años; Si esto salía a la luz también lo haría la verdad sobre Obregón, Ian Josh prestó atención en el sobre y no apartaría la mirada hasta el final de la sesión para acabar con toda prueba que inculpase a su protegido. Sin embargo, esto también sería de provecho para ellos pues, podría haber alguna prueba que incriminase a Connor Tanner como el principal proveedor de los gastos para que el juicio se hubiera llevado en secreto pero aun así, Obregón sería el centro de todo y era mejor ocultar por ahora la identidad de Tanner hasta que Josh y Obregón supieran de su paradero. Ian Josh debía tener ese sobre y así tener más información y poder usar sus dotes como detective para encontrar al padre del muchacho.

Quince minutos antes de que el jurado se presentase, llegó la fiscal. Una hermosa mujer de ojos azules, cabello negro y una figura perfecta, esta señorita, de aproximadamente 30 años de edad, vio a los ojos del detective de la misma manera que el abogado como si conociera sus intenciones. –Mi nombre es Emuna- Dijo la fiscal luego de pararse frente al juez y saludarlo con respeto –Seré la fiscal en este juicio- Luego de presentarse frente al juez, la señorita Emuna se preparaba para el juicio, fue extraño para Josh que ella y Matías se sonrieran un momento tras verse las miradas, parecía que ya se conocían desde antes.

El juicio dio inicio. Principalmente se presentaron los litigantes, fiscal y abogado; Seguidamente, Francis Honey contó su testimonio: Francis contó que un día a la media noche, llegaron dos hombres vestidos de traje a dejar internos a dos niños de once años quienes se veían completamente fuera de sí y traumatizados. Estos hombres acompañaban a Ámber Tanner quien se veía nerviosa y le entregó una cantidad de dinero exagerada para que los internara en una habitación especial y no los registrara, se le daría dinero aparte mensualmente para pagar los gastos en las necesidades de los dos chicos. Jamás logró identificar de que cuenta venían los depósitos, incluso el día en el que Ámber volvió al Hospital para buscar a los muchachos un pago acababa de llegar la noche anterior. Francis también contó sobre el día en el que Ámber llegó al hospital luego de tanto tiempo y dio fe de que los pacientes habían desaparecido inexplicablemente. Esta última parte no fue creída por el juez pero la fiscal la tomó en cuenta. El juez solamente guardaba silencio y escuchaba el testimonio de Francis dudando de las capacidades de la fiscal quien no se mostró escéptica al escuchar la que podría ser la parte más absurda de su testimonio.

Ámber no testificó a su favor, aunque su abogado la tratara de convencer para hablar. Ámber no podía contar su versión de la historia ella protegía a su hijo pues, ella sabía lo que había ocurrido. El abogado trató de hablar pero la fiscal le hizo guardar silencio –Es el turno de que hable la demandada- Dijo Emuna con autoridad –Si la demandada no habla, entonces ella afirma haber hecho ese pago- -¡Yo entregué ese dinero!- Exclamó Ámber –Sin embargo, no salió de mi bolsa- -¿A qué se refiere señora Palmer- Dijo Emuna interesada al escuchar sus palabras –Fue mi esposo quien hizo ese pago- La sala se llenó de silencio, estas palabras impactaron a Josh quien observaba de pie apoyado de una de las columnas del edificio –Mi ex esposo, Connor Tanner hizo ese pago... Yo fui obligada a pagar, yo fui obligada a hacer que nadie supiera lo que ocurrió- Finalmente Ámber contó su testimonio: -Nos llamaron de la escuela, diciendo que el estudiante Jareth de una escuela primaria en Inglaterra la cual era dirigida por Katy Harrison quien nos llamó diciendo que Jareth había muerto de manera inexplicable luego de estar en la cancha deportiva con mi hijo y dos de sus compañeros, él fue atravesado de su pecho y espalda y mi hijo fue llevado a juicio injustamente. Mi ex esposo pagó el silencio de quienes hubieran sido involucrados en el juicio para que no arruinase su reputación y luego de todo esto, él se marchó. Ámber tomó asiento -¿Qué acabas de hacer?- Le susurró su abogado molesto –Simplemente dije la verdad- Respondió Ámber –Esto puede perjudicarnos- Añadió su abogado.

Los testimonios eran confusos y el juez dudaba de la veracidad de estos sin embargo, la fiscal parecía verse satisfecha luego de escuchar las palabras de Ámber.

El juez, molesto, decidió que la siguiente sesión sería el próximo día en la tarde y se presentarían las pruebas que tuviera cada una y si no las había el caso se cerraría. Luego de que todos saliesen de la sala, Josh se quedó atrás a propósito y no salió de la sala pues vio que sobre la mesa de Francis estaba el sobre con las pruebas. El detective se acercó cuidadosamente a la mesa para tomar dicho sobre, de adentro de su chaleco sacó otro sobre parecido, uno que había guardado por si una oportunidad así se presentase pero sin embargo, fue sorprendido por Matías quien regresó de nuevo a la sala -¡¿Qué crees que haces?!- Exclamó Matias, Josh no miró y con un rápido movimiento intercambio los sobres sin que matias lo viese y dejó el sobre falso sobre la mesa y guardó el original. Matías se acercó a él violentamente y lo tomo del cuello azotándolo contra la pared que estaba cerca de la mesa –Escúchame bien: ¡No dejare que te interpongas ni que alteres el orden de las cosas! Este juicio seguirá y tu demonio al cual proteges será desmentido- -¿Cómo lo sabes?- Dijo Josh tratando de respirar y liberarse de la mano de Matías, se sentía impresionado al saber que Matías conocía lo que él y Obregón trataban de hacer. Matías rió levemente y soltó a Josh –Yo lo sé casi todo- Añadió sonriendo con una mirada fría y seguidamente se alejó y se retiró de la sala. Ian Corrió para seguirlo pero no lo encontró al salir de los tribunales -¿Quién rayos es él?- Susurró aún asustado y con su respiración levemente alterada –Por lo menos tengo el sobre- Antes de que alguien lo viese, entró en su auto y se marchó de vuelta a su mansión.

Corazón de Ángel (ETAPA FINAL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora