Capítulo 61 - Noche de Gala

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31 de Diciembre del 2017

Era el último día del año y el ambiente era agradable aquella noche. Todas las personas que vivían de manera efímera corrían de un lado a otro afanadas por la noche; Otras, las de vida plena, disfrutaban de un ambiente tranquilo junto a sus pequeñas familias.

Un elegante y prestigioso ferri se observaba a lo lejos desde la neblina del muelle de Londres, quienes lo veían murmuraban y se rumoraba que la Dama Tanner volvería a su país después de tanto tiempo, se había escuchado de las malas lenguas sobre sus problemas en el extranjero más estos no pasaron de ser simplemente rumores. Por otro lado, quienes admiraban a la mujer del antes llamado embajador, esperaban ansiosamente aquel ferri que se divisaba den entre la oscuridad y la neblina del extenso mar. Sin embargo, para sorpresa de la gente, no solamente se acercaba un ferri, sino que otro iba tras el que veían acercándose cada vez más al muelle.

Ámber había tenido una idea muy original: Utilizó dos ferris para transportar a sus invitados, en uno Iría Ashley junto a su padre y su familia y en el otro, la mujer junto a su hijo y familiares, esto sin contar la familia de Tanner con quienes habían cortado lazos hace mucho. La idea de Ámber era que ni Obregón ni Ashley se vieran el rostro hasta ser presentados ambos ante los invitados dentro del Salón Big Ben.
Finalmente, el primer ferri llegó al muelle y en este iban Ámber y su familia a quienes el público que se encontraba esperando recibió con aplausos y algarabía. De entre los aplausos, se escuchaban murmullos sobre el muchacho, sobre cuál era su edad y que había pasado con su padre. Había quienes hablaban sobre los rumores del conflicto de Connor y los problemas que Ámber tuvo en el extranjero. Sin embargo, la mujer ignoró estos comentarios y sonrió a su hijo quien la acompañaba a su diestra y la había volteado a ver al escuchar también estos indiscretos comentarios.

Después de más o menos media hora de diferencia, llegó el segundo ferri, luego de que los invitados del primero se dispersaran en lujosos autos y limusinas aportadas por Ámber para luego dirigirse al salón. Como era de esperarse, el muelle estaba vació, pues las personas estaban solamente interesadas por quienes se encontraban en el primer ferri. Sin embargo, al igual que la familia de Obregón, la familia de Ashley fue llevada al salón de la misma manera.

Los invitados se juntaron en las puertas del salón sin los invitados de honor, Obregón y Ashley, quienes entrarían después de encontrarse todos adentro y dar la llamada a que ambos jóvenes se presentasen.

Cada invitado fue organizado en mesas siendo divididos por familias o afinidad, la organización era impecable, todo de manera ordenada y estética. Después de conversar y poner al fondo un poco de música, se dio la llamada a que Obregón entrase al salón. El muchacho entró por la entrada principal del salón, al frente, dónde todos pudiesen verlo. Se veía elegante vestido de un elegante traje de gala: Saco y chaleco de color negro al igual que sus zapatos, una elegante camisa de un tono suave de púrpura y una corbata de un tono más oscuro al igual que el pañuelo. Obregón se quedó casi sin palabras al ver aquel ambicioso y enorme salón: Mesas elegantes de manteles blancos, un piso impecable que resaltaba la elegante construcción; Las paredes que rodeaban la estructura parecían de color dorado al igual que todo lo demás gracias a las luces de las enormes lámparas. Todo se veía tan elegante, tan costoso y con un ambiente acogedor. Sin embargo, esto acompañado por la gran cantidad de personas observándole hizo que Obregón disminuyera el paso para caminar de entre las personas. Sin embargo, ya estando dentro, a tan solo unos metros de la entrada, vio algo que terminó de dejarlo sin palabras y le evitó dar un solo paso más: Bajando las escaleras del salón, al otro extremo de la puerta principal de dónde Obregón había entrado, bajaba Ashley viéndose deslumbrante, con un vestido de un tono verde inglés que solamente resaltaba más su blanco rostro y sus ojos esmeralda; Con un collar blanco y unos zapatos de tacón de un tono un poco más oscuro que el de su vestido, la muchacha atraía las miradas y con la suya, había hipnotizado por completo a Obregón quien no podía moverse de donde se encontraba parado. Sin embargo, Ashley también se quedó sin palabras al ver al muchacho, tan elegante. Pasaron unos minutos, entre el silencio y miradas de la gente, antes de que alguno de los dos jóvenes rompiera el hielo y continuase el recorrido hasta encontrarse ambos en el centro del salón y sonreírse mutuamente sin saber qué decir de entre los aplausos de los invitados.

Corazón de Ángel (ETAPA FINAL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora