"Cuándo un ángel muere renace como un rayo de Luna"
Y entonces el Rey Demonio se presentó frente al mortal. El carácter de Zelabah aparentaba gozar de nobleza, no era cruel y despiadado como los demás demonios, sobretodo no era cómo el demonio que estaba frente a él. A diferencia de Obregón, zelabah parecía ser piadoso y noble sin embargo, verle causaba un profundo temor y respeto, no muy diferente a los reyes de la tierra. Luego de saludar a Ian Josh y que este le hiciera reverencia de igual manera, Zelabah se levantó y dirigió su mirada a Obregón -¿Por qué has venido de vuelta a tu hogar? Creí que conservarías un cuerpo humano hasta el día en que despertases- le preguntó –Necesito saldar una deuda antes- Respondió Obregón. Zelabah le miró con un poco de desapruebo y duda -¿Con quién tienes tal deuda...- Añadió –...Que sea tan importante como para venirme a buscar?- Obregón vio a los ojos a Zelabah tragando saliva respondió –He aprendido a sufrir y vivir como humano, y me he dado cuenta que la humanidad es un gran tesoro como siempre pensé desde el principio. Ahora vengo a arreglar uno de mis errores, permitiendo que el alma del padre de Ian Josh descanse donde pertenece- Zelabah mostro un gesto de enojo y suspiró comenzando a caminar lentamente, sus pasos resonaban como truenos en el infierno –Los humanos te han pagado mal ¿y ahora quieres salvarlos?- Preguntó subiendo su tono de voz levemente –Los humanos no son perfectos- Respondió el demonio –Fueron creados como seres débiles que se dejan llevar por las apariencias y los momentos pasajeros. Sin embargo, he visto humanos sensatos, humanos por los cuales peleamos realmente- Zelabah golpeó una de las paredes del reino con furia -¡¿Quiénes peleamos?!- Exclamó –¡Los ángeles pelean por ellos, nosotros contra ellos! ¡Caímos del cielo porque vimos la verdad, la verdadera injusticia que existe en el cielo y en la tierra! Los ángeles viven para seres que ni siquiera creen en ellos ¡Por suerte me rebelé antes de que la humanidad fuese creada! Los humanos son seres injustos sin el más mínimo sentido de la piedad y los ángeles no son muy diferentes a ellos- La ira de zelabah aumentaba y golpeaba la pared cada vez más fuerte mientras caminaba, se volteó a Obregón airado y le preguntó -¿Qué pasó contigo Obregón? Eras un demonio admirable ¡Te recibí con orgullo cuando llegaste y admiré lo alto que habías llegado tan rápido, derrotaste a Lucifer y te pusiste en la cima, fui el primero en apoyarte cuando dijiste que desatarías el infierno en la tierra y todo esto me llenaba de dicha porque...- Zelabah agachó su cabeza con tristeza y derramando una lágrima añadió -...Porque yo... fui tu maestro- -¿Su maestro?- Susurró Ian Josh con impresión –No sé si lo recuerdes- Añadió el Rey Demonio –Pero así como Miguel fue el maestro de Matías y Gabriel el maestro de Emuna, yo fui tu maestro y te crié desde que eras un serafín. Te enseñé a tocar la flauta y el pandero, te enseñé a blandir una gran espada, te vi crecer y te entrené hasta el día en el que estuviste listo. Cada ángel elige su destino luego de que un maestro lo instruya más el ángel no lo elige si no que su esencia misma lo hace por él, Matías fue hecho para ser un guardián y ser el amo del destino; Emuna para ser una mensajera y llevar esperanza a los humanos y tú, elegiste ser un arcángel, dirigir a los más grandes ejércitos del cielo y todo esto con el don del amor a la humanidad. Tomaste la forma de tu esencia como cada ángel al madurar, forjaste tu propia espada y creciste en amor y nobleza y siempre estuve para apoyarte. El día que me revelé contra el cielo evitaste verme a la cara, no me atacaste porque sabias que podía morir al filo de tu espada y me dejaste ir con el dolor de tu corazón. Recuerdo que te vi desde lejos antes de caer a lo profundo del averno y dije aquellas palabras "Algún día verás con claridad y sabrás quienes son los verdaderos demonios". Llegaste al infierno, con el corazón roto y lleno de odio, Lucifer hizo que tu corazón soltase la que era tu nueva esencia y lo superaste eventualmente. Hiciste cosas admirables siendo demonio y te ganaste mi profundo respeto, me habías superado como todo buen alumno, fuiste al cielo y tomaste los anillos acabando con ángeles en tu viaja incluyendo a Gabriel, Tomaste almas para hacerte más fuerte antes de ser un humano y finalmente, te humanaste- Levantó la mirada con furia y añadió nuevamente –Y ahora, vienes aquí... ¡Queriendo remediarlo todo!- Exclamó y golpeó la pared esta vez haciendo una enorme grieta -¡Esto no puede remediarse, Obregón!- Se acercó a él haciéndole retroceder y le señaló golpeando su pecho con furia –¡Esto es quien eres ahora!- Volteó a ver a Josh y lo levantó con sus mano, el demonio era enorme, vio a Obregón y añadió –Y esto, no es nada comparado con nosotros- Comenzó a apretar el cuerpo de Josh apretando sus costillas cada vez más fuerte mientras este se quejaba e intentaba soltarse –Suéltalo- Dijo Obregón con la cabeza baja tratando de contener su furia empuñando sus manos mientras su cabello cubría su rostro -¿Por qué debería hacerlo?- Replicó Zelabah con frialdad y apretó más fuerte haciéndole sufrir más, el crujir de los huesos del detective podían escucharse a punto de romperse y este no podía hacer más que ver al cielo con profundo dolor –Te dije...- Añadió el muchacho conteniéndose -¡Que le soltaras!- Gritó con furia haciendo que una de sus extremidades saliesen de su espalda y cortasen la mano del Rey Demonio liberando a Josh dejándole caer al suelo tosiendo violentamente. Zelabah vio fijamente a Obregón e hizo tronar su cuello -¿Te revelas a tu maestro?- Preguntó y de sus huesos una nueva mano se formó –Veo que solo ha salido una extremidad de ti ¿Estas débil mi muchacho?- Preguntó con burla -Necesitas más almas para vivir ¿No es así?- Comenzó a reír con burla y subiendo el tono violentamente exclamó -¿Por qué entonces no consumes el alma de ese insignificante humano?!- Obregón respiraba violentamente lleno de furia e impotencia pues su poder era débil. Las córneas de zelabah se encendieron con fuego fatuo y la mente de Obregón fue invadida por su maestro haciendo que el demonio escuchase estruendosos susurros en su cabeza haciéndole perder la cordura -¡Sal de mi cabeza!- Exclamaba Obregón colocando sus manos en sus oídos y gritando con desesperación –Soy el demonio que puede corromper tu alma- Fue uno de los susurros que podía escucharse con más claridad que los otros –Ríndete a mí y vencerás, levántate en mi contra y perecerás- Obregón calló de rodillas tratando de resistir a la locura –Ríndete ante mí Obregón- Decía Zelabah en sus pensamientos –¡Jamás me doblegaré!- Exclamó Obregón resistiendo a la locura tratando de subir más el tono de su voz -Ríndete a mí y serás fuerte- Dijo nuevamente Zelabah y mientras lo hacía, los ojos de Obregón se tornaron completamente negros y de su boca surgieron los tentáculos de zelabah haciendo que esta se abriese, Zelabah estaba corrompiendo su alma haciéndolo su sirviente. Obregón trataba de contenerse pero los tentáculos que salían de su boca crecían en gran manera abriéndola cada vez más –Ellos no te perdonarán Obregón ¿Para qué regresar?- Continuaba diciendo Zelabah –Las almas de humanos que tomaste y corrompiste, los ángeles que murieron en tus manos ¡Todo eso me enorgullece!- El muchacho comenzó a levantarse resistiéndose, otra de sus extremidades salió de su espalda y la introdujo en las corneas de zelabah rápidamente, lastimándole y evitando que lo corrompiese, el Rey Demonio presionó el pecho de Obregón con su mente y este trató de seguir en pie; Con la respiración agitada y el crujir de sus dientes, el muchacho comenzó a acercarse a Zelabah –No dejaré que te gloríes...- Dijo tomando fuerza -...De la muerte...-¡DE LOS MÍOS!- Gritó al cielo haciendo que sus cuatro extremidades salieran de su espalda gran furia, estas ahora se veían más largas y fuertes al igual que el demonio quien respiraba violentamente lleno de ira, arqueó su espalda hacia atrás y soltando un grito otras dos extremidades surgieron, sus ojos resplandecían completamente acompañados de una potente aura púrpura y dirigió su mirada a Zelabah lleno de ira y poder manteniendo una poderosa postura –Perfecto- Dijo Zelabah riendo levemente y nuevamente trató de corromperle más esto no surtió efecto alguno –¿Qué ocurre?- Se preguntó impactado, Obregón rió y se acercó a él –No hay nada que corromper...- Extendió sus extremidades con furia para golpear a Zelabah mas este las detuvo extendiendo los tentáculos de su cabeza, el demonio de la venganza soltó otro ataque con furia para ser detenido nuevamente por Zelabah, ambos se vieron a los ojos y sonrieron encendidos de furia como todo rival digno lo haría, los ataques de ambos eran rápidos, Ian Josh temía levantarse de suelo y se limitaba a observar lo que ocurría desde su posición. La mirada de Obregón brilló con astucia y con cuatro de sus extremidades ató los tentáculos de Zelabah enredándolos y antes de que este se liberase, con un movimiento certero, atravesó a Zelabah por sus costados con sus dos extremidades restantes, las que acababan de surgirle cuyo color era púrpura oscuro. Zelabah gritaba de dolor y trataba de liberar sus tentáculos. Obregón, utilizando sus manos, trató de invocar su espada rogando a que funcionase y así fue –Perfecto- Dijo mientras sus ojos volvían a verse normales y sonrío con victoria, utilizó las extremidades que atravesaban a Zelabah como impulso para correr hacia él y luego saltar elevándose por los aires blandiendo su espada y apuntando a la córnea que se encontraba en la frente del Rey Demonio, logró extender sus alas y voló alto para luego caer dirigiendo su espada a su objetivo –¡No por favor, gran demonio!- Exclamaba Zelabah pidiendo piedad desesperado, Obregón ganó más impulso y furia para finalmente atravesar la córnea de Zelabah y también su cráneo, soltó sus extremidades del Rey Demonio y calló de pie con gloria, Zelabah se quedó sin palabras para luego dar un grito de dolor al cielo consumiéndose completamente en fuego fatuo para luego implotar, consumiéndose por completo y desaparecer tras la espalda de Obregón. Ian Josh, encontrándose débil en suelo, levantó su mano y extendió su pulgar viendo al demonio con una leve sonrisa Obregón rió levemente –Levántate de ahí- Le dijo al detective y le ayudó a levantarse -¿Cómo supiste sobre su punto débil? Preguntó Ian Josh –Leí las letras pequeñas de su descripción- Respondió el demonio sonriendo, el brillo de su mirada era más noble ahora con menos odio pero con el mismo poder que había reflejado siempre. –¡Mira eso!- Exclamó Josh señalando el lugar donde Zelabah había muerto en el cual algo brillaba de manera titilante. El demonio se acercó a aquel lugar y en el suelo habían dos espadas gemelas: Estas espadas estaban hechas una de oro y la otra de plata, el mango de cada una era torneado y tallado de la madera más fina, con delicados detalles con leyendas de ángeles caídos grabadas en hebreo, y cada mango poseía una esmeralda las cuales eran "Los ojos de zelabah" al ver a través de las esmeraldas, se lograba observar cada sala del infierno en su interior y exterior; Las espadas estaban rodeadas cada una de fuego fatuo y conservaban su brillo sin quemarse, estas espadas eran Las Espadas de Zelabah. Obregón tomó las espadas y sus ojos se rodearon del fuego fatuo. Y el fuego fatuo de las espadas era azul más sin embargo, al ser tomadas por el demonio, este fuego se hizo púrpura. Josh se acercó a Obregón quien veía con admiración ambas espadas -¿Ya no usarás la devoradora de almas?" Preguntó viendo al demonio –Estas espadas son mucho más fuertes, puedo sentir todo su poder en mis manos y cuerpo- Respondió el demonio admirado de lo que podía sentir en sus venas. Guardó ambas espadas como lo hacía con su espada la salvación: rodeándolas con sus manos y haciéndolas desaparecer, de la misma manera las invocaba.
La Puerta de Las Almas continuaba abierta y aconteció que ambos, humano y demonio, entraron a la sala en dónde el Rey Demonio descansaba.
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Corazón de Ángel (ETAPA FINAL)
FantasyDentro de un mundo dónde la razón es lo último que reina; Dónde los seres humanos viven solamente bajo un único propósito él cual es complacer los deseos de su propio bienestar olvidando la diferencia entre el bien y el mal. Un mundo corrompido dónd...