El ángel de alas negras cruzó las ventanas de la vieja cabaña emprendiendo vuelo con sus extensas alas negras. En sus ojos se reflejaba la furia de entre su color púrpura resplandeciente. Sin si quiera notarlo, Obregón cruzó, de la cabaña a la mansión y de la mansión a la sala de Heaven Community, cruzando los planos dimensionales, como Lucifer y Ernest lo hacían llegando rápidamente a Tennessee de la misma manera. Llegó al barrio de Ashely, siendo invisible ante ojos mortales y procedió a seguir el rastro caótico que dejaba la bestia a su paso para llegar a su encuentro. El rastro de caos de la bestia terminaba en el centro de la ciudad cruzando la carretera principal sin embargo, Obregón logró ver a la bestia la cual caminaba tranquilamente tras la muchacha asustada. Sin pensarlo dos veces, el demonio, manteniendo aun sus alas extendidas entró a aquel callejón a enfrentarse a Luzbel.
Lucifer había amedrentado a la muchacha dejándola caer a sus pies para consumir su alma. -¡Detente ahí!- Exclamó Obregón llamando la atención del caído quien le volteó a ver con impacto y furia -¡¿Cómo has logrado salir?!- Exclamó Lucifer -¡He venido a reclamar lo que me pertenece!- Respondió Obregón, Lucifer simplemente rió levemente –Parece que aún no entiendes, muchacho- Respondió entre risa –Después de tomar gran parte de la energía de los pródigos me he hecho invencible- Añadió –Pero parece que estas confundido...- Continuó diciendo el caído acercándose a Obregón con sus manos tras la espalda -...Seguramente tienes muchas preguntas y te las puedo responder si me das la oportunidad...- Lucifer sonrió con ironía y descaro a Obregón quien lo veía enfurecido tratando de controlar sus impulsos –Seguramente te preguntas tantas cosas cómo: ¿Por qué Ernest es ahora uno de los míos? O ¿Para que necesito realmente a los pródigos? O más importante, ¿Por qué quiero sacarte del camino a ti y a tu vínculo mortal?...- Obregón no soportó ver a Lucifer burlándose de él con esa "estúpida sonrisa de victoria" así que tomó impulso con sus alas desplazándose rápidamente hacía él para atacarle con sus puños prendidos en llama eterna siendo detenido por el caído sin esfuerzo alguno con tan solo un par de sus dedos –Tranquilo...- Dijo Luzbel riendo levemente haciendo una señal de negación con el dedo índice de su mano izquierda, Obregón lo veía lleno de furia sintiéndose impotente. Lucifer se alejó tranquilamente y continuó caminando alrededor del demonio –Quitaré la niebla de tu mente...- Añadió –...Y lo haré con una pequeña historia...-.
El relato de Lucifer se remontaba a antes de que la tierra fuese creada, antes de cualquier creación mortal y terrenal habida y por haber. Cuándo en el cielo no existían más que ángeles, principados y todo ser celeste creado. Los ángeles, como ha sido eternamente, eran organizados por rango el cual era notorio a través de sus alas: Blancas, doradas, en tamaño y cantidad. Los ángeles más antiguos en cuanto a existencia física "Los Eminentes" se encargaban de amaestrar a los ángeles menores siendo estos sus maestros. Siendo así, Miguel el maestro de Matías; Zelabah el maestro de Obregón; Gabriel el maestro de Emuna y de igual manera, el maestro de Ernest era uno de los ángeles más hermosos y perfectos, este no era otro más que Luzbel. Mientras Zelabah enseñaba a Obregón la melodía de la flauta y el pandero; Y así como Miguel inculcaba en Matías la lealtad y los mayores secretos de todo lo existente; Así como cada maestro educaba a su pupilo, así mismo Lucifer educó a Ernest. Sin embargo, los planes de Lucifer para su aprendiz eran de grandeza, -Serás exaltado de entre el resto de los ángeles así como yo lo he sido- era lo que le decía cada vez que le enseñaba sobre algo llamado "Gloria" Que según decía Lucifer "Era algo que cada ángel poseía pero no sabía aprovechar, limitándose solamente a su lealtad". Luzbel quería que Ernest ascendiera más rápido que el resto de los aprendices y fuese tan grande como Miguel, como Gabriel y él quería colocarse aún más alto "Llegar incluso al nivel del creador mismo". Lucifer sentía que en su creación misma había más belleza que en la del resto de los ángeles, incluso más que el resto de los eminentes a pesar de ser el último eminente creado. Si bien, dentro de cada Eminente (con excepción de Gabriel y Miguel) existía el mismo sentimiento de ser más que un simple sirviente, el de Lucifer crecía cada vez más hasta llegar a ser más grande que su lealtad. En una oportunidad Lucifer reunió a los Eminentes ya que tenía cierta diligencia por sobre ellos menos por sobre Gabriel y Miguel quienes existían más allá de la eternidad, no por sobre el creador más no por mucho tiempo después. Aún sin los dos mencionados anteriormente, la cantidad de eminentes era un cuarto de la cantidad de ángeles creados siendo entre estos Lucifer y Zelabah los más importantes. Lucifer al reunirlos llevó consigo a Ernest pues se acercaba el tiempo en el que los aprendices fuesen entregados a sus talentos para ser ángeles asignados a un propósito celestial en específico. Lucifer en esa improvisada reunión habló sobre algo que todos los Eminentes estuvieron de acuerdo "Somos más que simples ángeles, más que simples creaciones que viven bajo el único propósito de servir". Así que Lucifer les hizo una humilde propuesta: "Demostremos a las simples creaciones que estamos por sobre el nivel del que gobierna y gobernemos por sobre todos ellos". Cada Eminente se opuso a esta propuesta y se retiró uno a uno más solamente uno de ellos se quedó, Zelabah quien apoyaba a Lucifer y estaba dispuesto a secundarle. Al notar el resto de Eminentes que el Gran Zelabah concordaba con Luzbel fueron regresando de uno a uno apoyando la propuesta de levantarse en rebeldía. Y así se hizo, cuando los ángeles menores fueron entregados a sus talentos, los Eminentes se levantaron en rebelión siendo esta la primera guerra del Cielo. Se levantaron ángeles contra rebeldes siendo solamente Gabriel y Miguel los únicos Eminentes que luchaban en nombre del Cielo. Los pupilos de los Eminentes les secundaron en rebelión aumentando el número de rebeldes a un tercio a excepción de Obregón y Ernest quienes cuestionaron a sus maestros y se opusieron -¡¿Qué haces?!- Le exclamaba Luzbel a Ernest -¡Esta es la grandeza a la que te he dicho que perteneces!- Ernest se opuso y replicó –Mi grandeza está en el Reino al que prometí lealtad- Y con él dolor de su corazón se enfrentó a su maestro. Obregón, por su lado, se negó a pelear pues su lealtad le pertenecía aún al Cielo pero también a su maestro sin embargo, cuando Zelabah hirió a uno de los ángeles guerreros a muertes se levantó en combate contra su protector demostrando fuerza y superioridad trayendo para él la victoria al contrario de Ernest quien fue derrotado por su maestro. Sin embargo, luego de una ardua guerra el Reino de los Cielos salió victorioso y desterró a los Eminentes Corrompidos junto con sus pupilos con excepción de los dos que no flaquearon. Sin embargo, antes de ser desterrados, Zelabah y Luzbel le hicieron la misma promesa a sus pupilos "Yo en verdad te digo que a mi volverás".
Luego de esto, Obregón se hizo una sola promesa "Vengar al cielo de la traición de los caídos" siendo este el propósito que lo hizo ascender rápidamente en su talento asignado el cuál fue ser un Ángel Guerrero para volverse del mismo rango de Gabriel y Miguel. Sin embargo, el talento de Ernest no fue entregado por los escándalos de la guerra y se le asignó ser El Guardían de los Caídos que para él era el talento más simple. Esto consistía en que, luego de que los guerreros ganaran en batalla por sobre alguno de los caídos, estos fuesen llevados en esencia inmaterial a las manos de Ernest quien se encargaba de traerlos a su forma física y encadenarlos por el resto de la eternidad. Ernest poseía el poder de forjar cadenas con tan solo girar su muñeca y las palmas de sus manos. Sin embargo, Ernes aún deseaba grandeza e hizo algo que pocos cómo Obregón hacían: Buscar más conocimiento de entre los ángeles más sabios llegando a ser un guardián y un protector del Reino. Se dio cuenta que traer de vuelta las esencias a su forma física no era solamente para condenar caídos si no para "Revivir" ángeles por debajo o por igual de su rango (No funcionaba con los Eminentes restantes del cielo ni con los Principados más si por sobre el resto de ángeles del cielo y por sobre todos los caídos sin importar su rango). Este don le había sido otorgado por Miguel y también se le había dado a Obregón pues había demostrado ser un noble Guerrero noble y humilde, así como leal al igual que Ernest.Luego de que la vida fuera del cielo fuese creada y la humanidad diera sus primeros brotes de vida, los ángeles juraron proteger esta creación siendo Obregón uno de los primeros. Sin embargo, Ernest dudaba de la lealtad que podían ofrecer los seres creados teniendo razón en muchas cosas y limitarse solamente a observarles sin tenerles fe alguna solamente pensando sobre la opinión de Luzbel al respecto y en lo que podría llegar a hacer en contra de esta ceración tan imperfectamente perfecta. Ernest, limitándose a realizar su propósito en el cielo, solamente veía como la humanidad escupía por sobre sus protectores y creador y veía como ciegamente los ángeles les protegían y tenían tanta fe. Contemplo al ángel más respetado corromperse y perder la fe a la creación en la que alguna vez creyó ciegamente, Obregón. Contempló entre las sombras como Obregón hería y asesinaba a cada ángel del cielo para presenciarle al ser desterrado y volver a verle levantándose contra el Reino siglos terrenales después. Trayéndole a la confundida mente del Guardián un sinfín de preguntas.
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Corazón de Ángel (ETAPA FINAL)
FantasyDentro de un mundo dónde la razón es lo último que reina; Dónde los seres humanos viven solamente bajo un único propósito él cual es complacer los deseos de su propio bienestar olvidando la diferencia entre el bien y el mal. Un mundo corrompido dónd...