Capítulo XXVII

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La vida poco a poco comienza a desmoronarse.

Mis ojos están rojos e hinchados, mis labios tan resecos. ¿Porqué he perdido a mi mejor amigo? ¿Porqué soy tan débil? Es un dolor horrible, como si hubiera perdido a mi hermano o al amor de mi vida, es inexplicable.

-________, ya es tarde, ¿irás a la Universidad? -preguntó Hanna atrás de mi puerta.

No tengo fuerzas para decir un: no, siento que si hablo me quebraré en llanto.

-¿________?

Vamos, vamos. Respira hondo.

-No, no asistire hoy.

Cubrí rápidamente mi boca para ahogar un quejido.

-Jason está afuera esperándote. ¿Le digo que no irás?

Mis lágrimas comenzaron a brotar al recordar que Jason ha causado todo ésto. Chandler tiene razón: si amas a alguien te importa verlo feliz. Y Jason no lo hace.

-Por favor... -dije en un hilo de voz.

Hanna soltó un suspiro largo antes de marcharse.

-Hanna -dije tratando de llamar su atención.
-Si, ¿quieres que entre?
-No, pero... Estoy bien. No te preocupes; te quiero.
-Cuentas con nosotras ________, no lo dudes. Cuidate. Si quieres comida en la nevera hay pollo frito y mucho helado de vainilla.
-Gracias -dije sonriendo con un deje de tristeza.

Tomé mi teléfono, lo encendí y no tenía ni una llamada, ni un mensaje. Realmente Chandler se ha alejado de mi.

«¿Pero que esperabas?»
No lo sé, no sé nada.
«Pequeña, ya no te quiebres.»
Apenas fue ayer... Es muy doloroso.
«Te lo advertí muchas veces»
Lo sé, soy una tonta.

Las horas del día se me hacían eternas, solo quería que el día acabará. No quiero atormentarme con estos pensamientos, no quiero recordar a nadie.

Mi teléfono comienza a sonar y di un pequeño salto del susto. -Podría ser Chandler-. Pero no era así, era Dylan. No sé para que se molesta en marcarme, ni siquiera creo que le importe, él es amigo de Jason y de seguro se cuentan todo. Ignoro la llamada.

Mi teléfono suena nuevamente. Pongo mis ojos en blanco creyendo que es Dylan que me llama una vez más, pero... Es mi mamá. Frunci el ceño.

-¿Mamá?
-Mi amor, ¿cómo estas?

Mal, destrozada, dolida.

-Bien mamá y ¿tú? ¿y papá?
-Papá en el trabajo, y tu hermanito -recalco-. En clases.
-Se me olvido, disculpa -solté una débil risa.
-No estás bien, soy tu mamá, sé todo.

Tenía la razón, y estuve a punto de desmoronarse en el teléfono para comenzar ahogarme en llanto, pero no podría hacerlo en frente de mi madre.

-Mamá estoy bien, lo que pasa es que estoy hasta el cuello con trabajos de la Universidad, y estoy muy estresada.

¿Ahhh, si?

-Mi amor, por lo que sea que estás pasando tienes mi apoyo, mis consejos, mis brazos. Sé que no me dirás nada.

Mis ojos se nublaron de lágrimas otra vez.

-Gracias, pero todo está bien, creeme.

Mentirosa.

-Espero que no estés sufriendo por tu relación. Sabés que a tu padre y a mi, Jason...
-Ya madre -dije interrumpiendo.
-Chandler me dijo hace mucho, que Jason no te trata bien, y me preocupa.

¿Chandler? Mi Chandler.

-Mi relación está muy bien, no te preocupes.

Hablamos durante unos minutos, cuánto quería tenerla aquí, conmigo, envolverme en sus brazos para  quejarme de la vida y que ella me demuestre el lado bonito de todo.

"Mi Mejor Amigo Es Chandler Riggs"  (Chandler Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora