Capítulo XX

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Hay cosas que no están destinadas a pasar. Como nosotros.

-¿Y? -pregunta sonriendo. Sus ojos azules penetraban tanto en mi.
-Esboce una enorme sonrisa, coloqué mi mano en mi boca-. Chandler...
-Por lo que veo, te gusto.
-Me fascina, es un detalle tan... Increíble, creo que es la palabra adecuada. Gracias, gracias por hacer esto por mi -coloque mi mano en su mejilla, él cerro sus ojos ante el tacto.
-Me gusta hacerte feliz. -tomo mi mano y la beso.

Que podría decirles, era un cuarto pequeño, del techo colgaban fotos de Chandler conmigo, fotos juntos, de tantos momentos, desde el primer día, el día de la fiesta en la discoteca, el día que él me hablo, hasta el día de hoy. Había una pequeña mesa con nuestra cena, y eran muchas frituras, unas pequeñas velas alrededor de la mesa. Cada detalle estaba calculado.

-¿Nos sentamos? -preguntó abriendo sus brazos para ceder mi paso.
Asentí con una sonrisa.

Comenzó a sonar piezas, y eran de piano. Chandler me conoce tan bien, y sabe que amo la música clásica.

-¿Nuvole Bianche? -pregunté tomando su mano.
-Nuvole Bianche. -replica.

Estaba pérdida en el detalle, no dejaba de ver las fotos, aunque conocía la mayoría.

-Me dijiste que ya no habían sorpresas. -reclamé sonriendo.
-En la fiesta sorpresa nada más. -guiñó su ojo.
Solté una risa tierna.

El ambiente que inundaba la habitación era de mucho amor, nadie podría creer que un chico introvertido y callado, podría llegar a ser tan detallista y romántico.

-Chandler. -dije llamando su atención.
-¿Si?
-Esto me recuerda tanto al detalle que tuviste con Jason en arreglar el mirador... ¿Recuerdas?
-Como olvidar tu reacción, te encanto.
-¿Mi reacción? ¿Estabas ahí? -abrí mis ojos como platos.

Silencio.

-Chandler.
-Si, estaba detrás de unos arboles, vestía ropa oscura, quizás por eso no me viste... Pero solo estuve un rato, luego me fui... Es que quería ver tu reacción, perdona..
-Chandler, ¡me hubieses saludado! - hice un puchero.
Soltó una leve carcajada. -Pensé que te molestarías.
-Nunca podría, sos una ternura, además te quiero.
-Yo también te quiero. -paso una de sus manos sobre la mesa para tomar la mía. -Y mucho. -concluyó.
-¿Sabés que eres el mejor amigo a nivel mundial?
-Lo sé, lo sé. -dijo riendo aumentando un leve ego.

Nos miramos fijamente, traspasando en nuestras ventanas del alma, diferentes pensamientos. No podría llegar a adivinar lo que puede pensar Chandler sobre mi, pero creo que compartimos un leve concepto de ambos: que nos amamos.

-Tengo una sorpresa más.
-Chandler... Por Dios, demasiado ya. -negué con mi cabeza.
-Es lo último, lo prometo. -levanto su mano en señal de promesa.
-Okay. -masculle.

Ladeó un poco su cuerpo, y saco una bolsa negra.

-Es tuyo, abrelo.
-Ya está abierto. -dije riendo.
-Ohh, si, se me olvido sellar, disculpa. -soltó una carcajada.

Por Dios es un tonto.

Metí mis manos al fondo de la bolsa y...

-Las primeras ediciones de las cartas pasionales de Frida Kahlo. Chandler no... -tapé mi rostro con mis manos-.

¡Primeras ediciones! Estaba maravillada, estos obsequios son costosos, y además imposibles de encontrar.

-Hay algo más abajo. -dice sonriendo-. Esta sonrisa es de victoria. -dijo señalando su sonrisa.

Meto una vez más mis manos a la bolsa y hay una tarjeta de color azul. En una cara, en tinta negra y excelente caligrafía, se lee:

«Cuando me alejo de ti, me llevo en las entrañas tu mundo y tu vida; y es de eso de lo que no me puedo recuperar.
Te adoro con toda mi vida.» -Frida K.

"Mi Mejor Amigo Es Chandler Riggs"  (Chandler Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora