Capítulo XLV

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“Este no es un adiós.”

Despierto de un sueño convulso y extraño. Veo hacía abajo y veo los brazos de Chandler rodear mi cintura. Dirijo mi vista a la puerta de mi recámara y veo dos maletas enormes en la entrada.

-No -musito para mí-. No, no, no...

No quiero que se vaya, no, no. No puede. Por favor, no sé que hacer. Comienzo a llorar en silencio; llevo una mano a mi boca para silenciar los quejidos que intentan salir de mí. Todo lo que quiero siempre se va, siempre.

-Mi amor -dice Chandler y besa mi cabeza.

Quisiera irme a vivir a mi imaginación por que allí todo me sale muy bien. Me giro y veo a Chandler con una sonrisa de lado, sé que esta muy acongojado.

-Es el día -comento y desvío mi mirada a su pecho.

El no dice nada y en respuesta, lanza un largo suspiro, libera alguna presión en su pecho: el dolor. Chandler me apreta con su cuerpo y me dejo desplomar en el llanto, aquel llanto imparable, triste y de ninguna manera apaciguable.

-Vamos a desayunar -dice Chandler.

No contesto y me giro, dando así mi espalda a su persona. Me coloco en posición fetal y cubro mi cuerpo con el edredón. Odio llorar, odio sentir tristeza, lo odio. Vuelvo a tener ese gran dolor en el pecho, aquel dolor que me hace recordar que nunca he tenido esa felicidad que tanto anhelo.

-Te quiero -digo con la voz quebradiza-.  Te quiero aunque te vayas y ya no vuelvas.
-Yo te quiero más, mucho más -dice con gran intensidad.

Los peores sentimientos se han apoderado de mí. Estoy hundida en tristeza y dolor. Duele tanto perder a una persona, y más si esta viva. Sí, lo pierdo. Estará muy lejos, muy lejos. Saco mi cabeza por el edredón y Chandler no está allí, obvio, ya esta cansado de ti, y tu lloradera, pienso. Ni yo misma me soporto ahora podrá él.

Escucho que se abre la llave de la ducha, de seguro es él. Por favor, Diosito haz algo, por favor. Me coloco las pantuflas y salgo del cuarto, por los menos le prepararé un agradable desayuno. Saco huevos, bacon y tortilla y dos tazas de café bien cargadas.

-Huele delicioso -dice Chandler y besa mi mejía.

Es la última mañana que despertaremos juntos, que sentiré que sus brazos cuidan de mi, que sus besos inocentes curan y calman mi dolor.

-Debemos salir dentro de dos horas -murmura y mete un trozo de huevo a su boca.
Trago saliva fuerte y trato de contener el llanto.
-Bueno -logro decir.

Aspiro hondo y suelto la sonrisa más fingida que puedo. Me siento a su lado y desayunamos juntos.

Narra Chandler.

Y ahí estábamos por última vez, nuestro último silencio, nuestras últimas respiraciones irregulares. Obviamente no la dejaré, vendré cada vez que pueda, pero ya nada será lo mismo. Ella se volverá a enamorar, me sustituirá.

Veo como introduce cada bocado a su boca con desánimo, y cada gesto que hace es de dolor. Pucheros, sonrisas de lados, miradas vacías. ¿Por qué esto duele tanto?

-¿_________? -pregunto.
-Si -responde y nuestras miradas se enlazan.
-Te quiero, mejor amiga -digo y beso su mano.

En sus ojos se amontonan miles de lágrimas, los apreta con fuerzas y caen dos lágrimas. Me quedo en silencio observándola, no sé que más hacer...

-Te quiero más -dice y inspira hondo.

Narra _________.

A minutos de salir de casa. Nuestros amigos comienzan a despedirse de Chandler.

-Te deseo éxito, verás que serás un gran actor Chandler, cuidate mucho. Te aprecio mucho -dice Madison y lo abraza con fuerza.

Y así comienzan uno por uno a despedirse de mi mejor amigo. Duele ver todo esto, desearía que Chandler me dijera: ¡sorpresa, todo es una broma!, pero no, despierta __________, enfrenta las cosas, pienso.

-¿Nos vamos? -pregunta Chandler.
No, no. No nos vamos. Jamás.
-Okay.

Las horas pasan en un solo pestañar, de un segundo a otro estábamos en casa desayunando, y ahora estamos aguardando el vuelo de Chandler. Chandler me observa y deposita un beso en mi mejía izquierda.

-"Vuelo 096 pasen abordar el avión, vuelo 096 pasen abordar su avión con destino a ...." -dicen los altavoces del aeropuerto.

El corazón se me acelera a mil por hora, los nervios, la presión, el dolor, todos los sentimientos se encuentran en mi cuerpo y veo a Chandler nerviosa. Ambos nos ponemos de pie y caminamos a la fila.

-Dime que es broma, por favor -digo con miedo.
Él me observa y baja la mirada.
-No, mi princesa. Te prometo que vendré cada vez que pueda, haremos vídeo llamadas. Todo lo posible para estar comunicados.
-Inventa un teletransportador -bromeo con desánimos.
Él suelta una débil carcajada.

-Este no es un adiós -dice Chandler y besa mi frente. Intento sonreír.
-Te quiero -expreso y lo abrazo con tanta fuerza que quiero detenerlo, hacer que cambie de idea. Y decida quedarse conmigo.
-Te quiero mucho más.

Chandler se acerca a mi rostro y cierro mis ojos; sus labios se deslizan en los míos y sus lágrimas caen en nuestro beso. Me separo de Chandler y sostengo con mis manos su rostro, sus ojos están rojos y grandes gotas se deslizan por sus mejías. Vuelvo a unir nuestros labios.

-Hasta pronto, mi amor -digo a Chandler y abrazo con fuerza.
-Hasta pronto -reitera y deposita un último beso en mis labios.

Y lo veo desaparecer por las aquellas puertas enormes de vidrio polarizado.

Me echo a llorar y me quedo por largos minutos allí, esperando que salga el avión. Veo a Chandler subir a la aerolínea adecuada y me lanza un beso de lejos. Alzo mi mano y hago un gesto que tomo su beso.

Y así desaparece de mi vista. El mejor amigo que pude haber tenido. Y siempre lo será.

Fin.

Gracias por leer 💕

"Mi Mejor Amigo Es Chandler Riggs"  (Chandler Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora