Capítulo XXX

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Familia.

El viaje hasta California ha sido tan eterno, muero por ver a mi familia. Los amo demasiado.

El taxi se estacionó enfrente de casa. Mi mamá esta en la acera esperándome con mi papá y mi hermano.

-Muchas gracias -dije al conductor mientras bajaba del auto.

Caminé unos cuantos pasos para ser envueltas en los brazos de mi fuerte mi padre, -oh su aroma de padre- sus cálidos brazos me envolvieron tan fuerte que me hizo sentir tan segura, como nunca.

-¡Cuánto te hemos extrañado!, mi futura doctora -exclamó mientras besaba mi frente.

Sonreí con amabilidad. Mi mirada se dirigió para mi madre, ella abrió sus brazos.

-¡Cuanto te amo! -exclamó mientras me apretaba más fuerte en sus brazos.
-Yo te amo más -mis ojos se cerraron para saborear el dulce abrazo.
-Tengo hambre mami -dijo mi pequeño hermano mientras jalaba la falda de mamá.
-Kyle, calmate, no me has ni saludado. Ya veo que no me extrañas. -Me coloque a su altura.
-Te quiero hasta el cielo... -dijo sin terminar cuando sus manos fueron a mi cuello.

Sus abrazos ¡Dios! Necesitaba muchos abrazos. Necesito amor.

«¿En serio?»
No me recuerdes a Chandler, por favor.

-
-Preparé un pai de manzana, tu favorito -dijo mi mamá mientras cargaba el recipiente que contenía el delicioso postre.
-Gracias mamá, eres la mejor.
-Soy la mejor, por que tengo a la mejor familia -sonrió afable.

Nos levantamos de la mesa y ayudé a mi mamá a levantar y fregar los platos sucios.

-Deberías ir a descansar, de seguro vienes agotada -dijo mientras ponía los platos sucios en el fregadero.
-Me gusta ayudar, tranquila.
-Sé que te gusta ayudar, tu cuarto está igual a como lo dejaste, muy cómodo, con tu aroma de niña, haces demasiado falta, amor. -Su mirada irradiaba nostalgia.
-Yo más a ustedes, pero cada cosa tiene un propósito, y mi propósito es ser una gran doctora y ayudar a las personas, a quiénes necesitan -sonreía mientras fregaba los platos sucios junto a mamá.
-Y serás la mejor doctora de Estados Unidos -dijo sonriendo victoriosa.

Ay mami, cuanto extrañaba oír tu voz en persona.

Luego de fregar los platos, me dirigí a mi recámara, me coloqué la pijama. Me aventé sobre la cama haciendo que se estremecieran las sábanas y almohadas.

Podrá parecer tonto y aferrada mi situación, pero cargaba aún conmigo las cartas que me había hecho Chandler, las releía sin parar. Me dolía leerlas, quizás para producirme más dolor lo hacía. Masoquismo.

La luz del sol se cola por las aberturas de la cortina de mi ventana golpeando mi rostro. Arrugo mi rostro y lo cubro con las sábanas.

-Buenos días, princesa
Asiento un poco adormilada. Rasco mis ojos para intentar abrirlos.
-Papi va para el trabajo, así que vengo a recibir mi beso de buena suerte en el día -dijo con una gran sonrisa en su rostro. Ese tipo de sonrisas que te alivianan el alma.
-Tome su beso papi -acerqué mi rostro a su mejía y le di un cálido beso.
-Cuidate mi pequeña, vuelvo pronto si Dios quiere. Hasta en la noche. -Sus labios fueron a parar a mi frente.
-Vale papi.

Minutos después, me levanté de la cama, me estiré un poco, asomé mi rostro por la ventana que tenía mi recámara inhalando el dulce aroma de una mañana fresca y vivaz.

Restregue mis ojos un poco y tomé mi teléfono para llamar a Jason.

Su teléfono comienza a repicar. Al tercer pitido él contestó la llamada.

"Mi Mejor Amigo Es Chandler Riggs"  (Chandler Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora