Lifes Crossed

Capítulo 19.

Nunca antes había extrañado tanto darme una ducha de verdad y comer comida comible, no mierda con sabor diferente. Puedo decir que duré casi dos horas en la ducha y comí como si no hubiera un mañana. Si que necesitaba esto.

Sequé mi cabello y me vestí.

Lo extraño de todo esto es que no he visto a Haype, pensé verla al llegar, necesito abrazarla, nunca la había extrañado tanto. En casa sólo estaba Nancy, quien después de casi cinco meses me recibió peor y tachandome de delincuente, esta vez si le respondí, diciéndole que yo no pedí que mi madre le dijera que nos cuidara, que si por mi fuera me fuera con Haype a vivir a otro lugar donde no esté ella. Como nunca la había enfrentado, se quedó sin palabras. Decidí darme una ducha e ignorarla por completo.

Fabio me había dicho que debía ir al gimnasio, y justo eso haré, es obvio que iré a entrenar de verdad, en dos meses será el campeonato y debo estar preparada.

Tomé mis llaves y fuí a mi coche. Dejé el bolsón en el asiento de copiloto y salí disparada hacia el gimnasio.

....

Dejé el auto en su lugar y bajé luego de tomar mi bolsón donde están las cosas de entrenamiento.

Caminé hasta la entrada luego de saludar a la chica que pocas veces está recibiendo a los demás.

Cuando entré todo estaba oscuro, y el aroma que hay, no es de sudor, si no de diferentes perfumes ligados.

Subí mejor mi bolsón a mi hombro y no di un paso bien cuando las luces se encendieron y más de 50 personas salieron haciendo ruido y un sonido juntos de sorpresa.

Haype corrió hasta mi con los brazos abiertos y una sonrisa enorme. Casi caemos al suelo si no me aseguró bien con los piés. Haype se lanzó encima mío, literalmente se lanzó.

—Te extrañé tanto. —Dijo con voz aguda.

Acaricié su melena que ahora lleva lisa y sonreí.

—También te extrañé mucho. —Dije sin dejar de sonreír de tenerla en mis brazos. Dios, amo a esta chica. Dejé de sonreír cuando escuché un sollozo de parte de ella. Poco a poco me separé de ella y la miré a los ojos, estaba llorando, su nariz fina estaba roja y sus cachetes por igual. –Hey, Estoy aquí. —Por un momento dejé de escuchar el sonido de la música y los murmullos de los demás.

—No quiero que te vayas nunca más. —Dijo para volver a abrazarme. Sonreí y la recibí con ese amor que solíamos tenernos. Esta es la Haype que conozco, mi gemela que tanto amo.

—Nunca más lo haré, lo prometo. —La escuché sonreír y eso bastó para hacerme feliz.

—Ya, ya. Nosotros también te extrañamos. —Fredk llegó junto con Camil y Margot, separaron a Haype de mi y luego todos me abrazaron. Y como no soy persona de abrazar abiertamente a alguien más que no sea Haype, este no lo recibí con la misma confianza, pero los abracé con el cariño que se han ganado. Estaba dejando de respirar y seguro que mi rostro esta rojo.

—Chicos, creo que necesito oxígeno. —Palme la espalda de uno, creo que de Margot que es la que más me tiene apretada. Ningunos se separó. Y en serio necesito respirar ya. —Chicos, mi respiración. —Por Dios me matarán. Puedo separalos, pero no quiero que piensen que los estoy rechazando. —Haype, Ayúdame. —Dije casi sin voz. Haype me miró y casi suelta una carcajada, dió unos pasos y empezó a separalos.

—Hey ¿piensan dejarme sin gemela? ¡la están aficciando! —Dijo en tono juguetón. Todos se separaron, o bueno eso pensé hasta que volví a sentir otros brazos rodearme.

—Te extrañé, chica ruda. —Si, ese es Fredk. Escuché los pasos de los demás retirarse y dejarme sola con Fredk.

—También los extrañé... A todos. —Aclaré antes de que se confunda. Escuché alguien posicionarse cerca y luego aclararse la garganta. A como pude me deshice del abrazo de Fredk. Cuando digo que no me gusta abrazar personas lo digo en serio.