Capítulo 32.

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5:32 de la tarde. Me movía de un lado a otro en la habitación, debía estar en el gimnasio entrenando para la pelea que me espera en unas pocas horas, pero no, estoy aquí con los nervios de punta esperando a que den las 6 de la tarde y así poder ir al café Ford donde me citó quien sea que está detrás de todo.

En cuanto Fabio me vea me querrá matar.

5:37.

5:40.

5:45.

Abrí la puerta y bajé los escalones casi corriendo.

—¿Hayle? —Me sobresalté de manera exagerada. Miré al sofá de cuero donde está Haype la misma película de siempre.

—¿Si?

—¿No se supone que debes estar en el gimnasio entrenando para eso que haces?

—Si... bueno es que debo hacer algo antes. —Me rasqué la nuca nerviosa.

—En pocas hora es la pelea. —Lo sé Haype. Soy quien peleará.

—Si.

—¿Y por qué estás aquí?

—Ya te lo dije. Debo hacer algo antes. —Soné las llaves en mi mano. —¿Ya puedo irme?

—¿Estás nerviosa?

—No.

—¿Y por qué tuerces el dedo índice?

—Haype, debo irme. —Soné más desesperada que antes.

—Bueno. —Alargó la última vocal. —Está bien.

—Gracias. —Sonreí y corrí a la puerta iba a salir cuando su voz se escuchó de nuevo.

—¿Hayle?

—¡Dime! —Prácticamente le grité. Haype me miro mal con los ojos achicados.

—¿Por qué estas tan alterada?

—No lo estoy ¿solo era eso? —Con Haype así terminaré comiéndome las uñas.

—No.

—Entonces dime Haype, por Dios. —Entraré en cólera.

—¿Dónde están las taquillas VIP de la pelea? —Casi lo olvido. Siempre que tengo una pelea pongo a Haype en la VIP para que este mas segura.

—Están en el cajón de mi habitación.

—¿Te importa si tomó más de la cuenta? —Hizo carita.

—Son tuyas, puedes tomar las que quieras.

—Sabes que los chicos irán y Zet por igual.

—Si, lo había olvidado. —Miré la puerta y volví a dar un paso. —Adiós.

—Le daré una a Natanael.

—Él no irá. —Cerré los párpados con fuerza apretando la llave en mis puños. —No perderá su valioso tiempo.

....

Estacione cerca y bajé rápido del auto. Una vez mas miré la hora. 6:01. Un minuto más. Entré mirando a todos lados en busca de alguien a quién conozca pero todos me eran desconocidos. Habían Muchas personas por lo que se me será difícil saber. Mi celular empezó a sonar en los bolsillos. Lo saqué teniendo ya una idea de quien es.

*Número desconocido*

—Ya estoy aquí ¿dónde estás? —Dije de una vez.

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