Epílogo.

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Hoy, después de tres años mi vida sigue de una manera totalmente diferente. No fué fácil, a de admitir. Los primeros meses fue una tortura, para mi y para todos.

Natanael sufrió con la muerte de su hermana y al saber sobre su embarazo sintió tanta culpa dentro de él que no permitía que nadie más que yo le tocará. Y ese era el mayor problema, me era difícil dejar que cualquier otra persona me tocara, cada vez y sentía unas manos en mi mi cuerpo me tensaba y los nervios salían a flote. Luchaba por ser diferente, me repetía en la cabeza que él nunca me haría daño que fue quién arriesgó su vida para sacarme de aquel infierno.

Estaba dañada tanto física como mentalmente, era conciente de que debía luchar contra estos traumas que aunque se vean fáciles de superar, son las cosas más difícil en lo que me he enfrentado.

Al año aun seguía visitando centros de reavilitacion y terapias para mis traumas. Permanecí sin poder usar mis pies cuatro meses dependiendo de otros, mi espalda sufría de una lección que me llevó a hacer las cosas más difíciles. Poco a poco fuí mejorando hasta poder usar mis pies.

En cuanto a mis traumas aún hay sombras que me persiguen, pero me prometí a mi misma no ser la misma de antes.

En ese año Natanael nunca me dejó sola, siempre estuvo ahí para lo que fuese. Prácticamente le obligué a volver a la universidad y terminar lo poco que le quedaba de su carrera. Hoy es un empresario graduado y visto con honor.

Haype me obligó a volver a vivir en nuestra nueva casa, y no es que no quisiera volver a estar junto a Nancy y su nueva familia, sino que quería estar mas cerca de mis padres. Pero como una vez ellos me dijeron: debo seguir mi vida y pasar página, así que volví como ella lo quería.

Haype, la chica me tiene cautivada, si antes la cuidaba, ahora lo hago más, no me imagino si fuera ella en vez de yo. El solo pensarlo me hace un dolor profundo en el pecho.

No era feliz viéndome en una cama o silla. Al pasar el tiempo y viendo mi mejoría ella también fue cambiando y hoy es una gran chica, con ese antiguo brillo en sus ojos y esas ganas de vivir la vida. Zet esperó mucho en que Haype lo acepte nuevamente, pero ahora están tan juntos que dan asco.

Ese mismo año volví a ver una persona de mi pasado, quise matarla sin darle tiempo a nada, pero nunca falta un Natanael que me detenga. Camil, pensé que ella fue partícipe de todo aquello que me sucedió, pero al escucharla entendí que solo fue una víctima más. Y hoy es una amiga tanto como lo es Carina, quién ese mismo año empezó a salir con Max, sabía que esos se traían algo entre manos y al fín decidieron sacarlo a la luz.

Al año y medio ya me sentía mucho mejor en todos los sentidos, estaba tan sana como cualquiera, solo había un problema que cada día me recordaba lo que fuí y sucedió. Cada vez que me miraba al espejo y veía todas aquellas cicatrices en mi cuerpo era como si volviera a vivir toda aquella tortura. Recuerdo como una vez entré en un estado de pánico donde empecé a llorar, romper cosas y maldecir. Todo fue tan raro y extraño; Empecé a correr hasta quedar en un bosque, allí seguí corriendo y lo último que recuerdo de esa noche fue el rostro de Natanael sudado y su traje sucio de arena. Cuando desperté estaba en mi cama con él a mi lado. Me prometí nunca mas pasar por un ataque de tal manera y así lo hice. Gracias a mi esfuerzo y a que Natanael haya insistido en llevarme a un hospital de cirugías y eliminar de mi cuerpo todas y cada una de mis cicatrices. Con ellas se fueron grandes miedos y traumas...

A los dos años me sentía tan viva como cualquier chica de mi edad. Mi vida cada vez era mejor, había terminado mi carrera de gastronomía y estuve trabajando en unos de los mejores restaurantes italianos, allí era muy conocida, aún más que antes.

Lifes CrossedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora