Capítulo 15.

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Llevaba unos 20 minutos esperando que llegara la hora de ir a la universidad, me quedé en mi habitación para esperar que Haype se marche y luego salir yo. Escuché un auto encender, de inmediato me levanté de mi cama y fuí a mi ventana, era Haype, había salido ya para la universidad. Ni siquiera sé para que espero que se salga primero si de todos modos hoy es martes, quiere decir que tengo clases con ella... y Natanael.

Y no sé como lo voy a mirar después de lo sucedido ayer.

Tomé un largo suspiro y salí de mi habitación con el bolso colgando al hombro.

—Que rostro más demacrado. —Rodé los ojos al cielo y seguí mi camino.

—Buenos días, Nancy. —La escuché decir algo pero no le presté atención, abrí la puerta y fuí hacia mi coche. Quité el seguro y me adentré a él. Llegaré cinco minutos tarde.

....

Tomé los lentes grandes oscuro y me los coloqué, no quiero que nadie vea mis ojeras. No dormí ni 30 minutos sólo pensando en el beso con Natanael.

¿Desde cuándo paso mala noche por un chico?

Al caminar como siempre todos me miraban, creo que ya estoy acostumbrada.

Caminé con la vista al frente y sin mirar a nadie, hoy no quiero partirle la cara a ningún imbécil. Entré a los pasillos donde ya no había nadie, como lo había dicho, llegué cinco minutos tarde, doblé la esquina y caminé hasta la puerta, la abrí sin importarme nada, otra vez, todos me miraban, pero de todos ellos sólo dos miradas me ponían incómoda.

Natanael y Haype.

Haype estaba junto al idiota de Zet, quién también me miraba. Y Natanael estaba sentado solo, al parecer la verde de Fiona no vino hoy. Tenía un lápiz en su mano haciendo círculos en la mesa, el codo de la otra mano lo tenía apoyado a la mesa y su barbilla en la palma de su mano, su cabello estaba desordenado y debajo de sus oscuros ojos también había una bolsa oscura. Me miraba sin despegar la vista, ni siquiera parpadea ¿cómo puede hacer eso?

—Señorita Valentin, ¿se quedará parada en la puerta? —Dijo el maestro.

—Si, viejo estúpido. —Dije en un susurro para que no escuche. Ahora mismo no tengo deseo de ir a la dirección.

—¿Dijo algo, señorita?

—No. —Respondí de mala gana.

—Antes de tomar asiento, quite los lentes.

Pero que mierda es lo que quiere este hijo de... Agh, viejo de mierda, con razón y no tiene mujer, es un asco.

A regañadientes quité los lentes, sintiendo aún la mirada de todos quemarme. Sin mis consentimiento, mis ojos viajaron a los de Natanael, un error, sus ojos me miraron con ¿preocupación? Bueno como sea. Aparté la vista de él y fuí a mi lugar junto con el marica de... no sé como se llama, ese, el chico con quien comparto asiento, me lo había dicho en una de las clases pero ni que me importe saber su nombre.

Dejé mis cosas en la mesa y no saqué nada.

—Hola, Hayle, mala noche ¿no? —Escuché decir al idiota a mi lado. Me giré a él sin expresión alguna.

—No es de tu incumbencia. —Sonreí con falsedad y volví mi vista al frente.

—Quería saber si...

—Sólo callate ¿si? —Dije sin mirarle. Funcionó porque no volví a escuchar su voz.

....

Vamos Hayle, solo 20 minutos más, aguanta.

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