Capítulo 18.

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—¡Hayle! ¡Me quedó perfecto!

Me levanté como un resolte llevando mi mano al pecho.

—Joder Carina, debes dejar de hacer eso, un día me matarás. —Ella solo sonrió inocente.

—Lo siento. —Caminó hasta mi y me tendió su cuaderno. —Creo que ha sido el mejor que he hecho.

Rodé los ojos y tomé el cuaderno, siempre dice esa frase.

Y una vez más tenía razón, es hermoso. Es de un paisaje, un río totalmente azul, aves en los árboles, flores de colores a su alrededor, todo un paisaje hermoso.

Carina es algo así como Haype, solo que Haype es mas femenina.

—Está hermoso. —Le sonreí y me senté en la cama.

—Gracias. —Sonrió con satisfacción. —¿Ya estás mejor?

Si, otra vez me he peleado, pero deben entender que esta vez no fue mi culpa, llevaba dos semanas sin hacerlo. Pero unas idiotas me tomaron de sorpresa en el baño, eran cinco y estaban armadas y yo una y solo tenía una toalla, era obvio que me darían una paliza. Y así lo hicieron. Me dejaron la costillas hecha una mierda,

—Si, te dije que no fué nada.

—Para ti nunca nada es nada. —Bufó.

Y así los meses iban pasando. Cuatro meses en este lugar.

Y todo seguía igual.

Peleas, pesadillas, reír con Carina, defender a Carina, ejercitarme cada mañana, ir a la celda de castigo, enfermarme por no comer la comida de porquería de este lugar y muchas cosas más.

Había recibido varias visitas, una de Fiona donde la muy descarada vino a ver mi situación y a decirme que nunca saldré de este lugar, también a decir que ella y Natanael habían regresado. El mencionado me vino a visitar cada día de visitas, pero para no verlo golpeaba a una de las guardias y así volvía a la celda de castigo. Fabio vino varias veces, él aún no se da por vencido, según él, pelearé en el campeonato y ganaré. Está claro que no pelearé en el campeonato estando en este lugar. Haype, cabe decir que nunca pensé que vendría pero lo hizo, a ella si la enfrente, dice que confía en mi y que saldré de este lugar, le dije que se alejara de mi y que olvidara que tiene una hermana. Son 30 años de condena, es obvio que debe alejarse, Zet me visitó, lo mandé a la mierda y luego golpeé a alguien para que me lleven a otro lugar, la madre y el padre de Natanael vinieron, eso no me lo esperaba. Fredk vino, me disculpé por desconfiar de él, y luego le dije que no volviera, Camil y Margot también vinieron, y le dije lo mismo que a Fredk. Nancy vino para burlarse de mi. Y por último otra vez volvió Fiona, a decirme lo bien que le va con Natanael, esta vez no golpeé a las guaridas, le golpeé a ella dejándola un ojo morado.

Y así pasaron los cuatros meses, yo alejando a todos y quedando solo con Carina.

Y aunque me golpeé mentalmente, cabe decir que extraño a todos. Principalmente a dos: Haype y Natanael.

—Cuando salgamos de este lugar visitaremos Francia juntas.

—Carina, cuando salgamos de aquí estaremos ancianas, y eso es si salimos. —Y es cierto, Carina apenas lleva un año de 25 y yo solo cuatro meses de 30 años. Vi cambiar su rostro y sus ojos llenarse de lágrimas. —Lo siento, no quería hacerte sentir mal...

—Tranquila, no es tu culpa. —Sonrió y secó una lágrima. —Supongo que tienes razón. —Movió la cabeza a los lados haciendo volar su cabellera rubia. —De todos modos me alegra que siempre estaré contigo. —Y sin verla venir me estaba abrazando. En otro momento y si fuera otra persona la hubiera apartado como si fuera a infectarme. No soy de dar mucho cariño, siempre he sido recta, y con la muerte de mis padres todo aquello aumentó. Pero con Carina es como con Haype. Le devolví el gesto acariciando su cabellera de tonta.

Lifes CrossedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora