Desperté con un terrible dolor de cabeza, sentía punzadas bajar desde mi cuello hasta mi espalda, como una corriente eléctrica. Intente abrir mis ojos, pero algo no me permitía ver, los abría varias veces y lo único que podía observar era la oscuridad. El miedo se apodero de mi, no sabía donde estaba, no recuerdo nada. Mi pulso empezó a acelerarse al igual que mi corazón.
Empecé a moverme bruscamente intentando zafarme del agarre de las ataduras en mis manos que impedían que me moviera, intente mover los pie, pero estos también estaban atados. El miedo se apodero de mi cuerpo cuando intente hablar, nada salia por mi boca, solo sonidos.
Oí un sonido no muy lejos, me quede quieta al oír pasos acercarse a mí. Mi respiración se agitó, al igual que mi corazón, temía por mi vida ¿Qué harán conmigo?. Mi familia debe de estar muy preocupada por mí, Jane y Adam también lo estarán en este momento.
Los pasos se acercaron mucho mas hasta oír la respiración de aquella persona. En un movimiento, ya mis ojos se encontraron con la luz, aunque no era mucha. Una silla frente a mi, un bombillo con luz opaca y las paredes oscuras con rastros de lo que parece ser sangre, Trague saliva. Sin darme cuenta ya las lagrimas brotaban, pasaban por mis mejillas como cascadas y se posaban en mi mentón. Apenas podía ver todo ya que mi vista seguía borrosa, solo podía oír mi respiración y los sollozos que retenía.
Mi vestido blanco ya estaba negro con algunas manchas rojas, estas estaban en mi abdomen y en medio del pecho. La persona que me quito la venda de los ojos caminaba a la otra silla, enrollando la venda en su muñeca. Luego de que se sentó, el miedo y el pánico se transformo en odio y rencor con solo ver sus ojos y su sonrisa ladeada.
- Hola preciosa.- Dijo.- Me sorprende que despertaras tan rápido..- Fruncí el ceño.
-¿Sabes por que estas aquí?.- Preguntó, yo negué con el ceño fruncido.- No te hagas la valiente conmigo preciosa, no te servirá de nada.
- Es bueno saberlo.- Dijo Jace con una navaja en la mano, al lado de Leo. Empecé a moverme intentando quitar las cuerdas de mis manos solo observando como movía la navaja de un lado a otro
Se acerco a mi moviendo la navaja de un lado a otro, yo la seguía con la mirada ignorando la risa de Jace. El se acerco y poso la navaja en mi mejilla haciendo que soltara un sonido, las lagrimas pasaban por la navaja y terminaban en mi vestido. Jace fue bajando la navaja hasta mi mentón y luego dejándola en mi cuello, intente reprimir las lagrimas ya que odiaba llorar frente a los demás, pero fue en vano ya que bajaron con mas rapidez.
Jace quito la navaja, pero seguía a mi lado pasándola por mi sucio cabello.
-¿Le tienes miedo?.- Pregunto Jace rozando la navaja por mi nariz, yo ignore mi orgullo por un momento y asentí rápidamente. El rió.
Jace se puso detrás de la silla en la que me encontraba sentada y posiciono la navaja en mi nuca. Podía sentir el filo de aquella arma blanca en mi piel, un escalofrío corrió por mi cuerpo seguido de un sollozo.
- Bien, hagamos un juego ¿Vale?.- Yo negué enseguida a la propuesta de Leo.- Bien, ¿No quieres salir herida verdad, muñeca?.- Jace apretó mas la navaja a mi nuca, y asentí cerrando con fuerza los ojos rogando que esto terminara.
Jace corto mi nuca un poco haciendo que un grito saliera de mis labios que estaban vendados. Empecé a moverme bruscamente mientras mas lagrimas salían de mis ojos, que estaba cerrados ya que no quería verle la cara a ese chico. Son amigables contigo y luego te apuñalan la espalda "Literal-mente". Seguía moviendo hasta que sentí un impacto en mi mejilla haciendo que mi rostro se sintiera caliente, pude sentir el sabor metálico de mi boca junto con las saladas lagrimas que entraban.
Abrí mis ojos de golpe y me encontré con la mirada fría y vacía de Jace.
- Si respondes a todo lo que te digamos.- Dijo mirándome a los ojos fijamente, mire a otro lado pero me agarro la quijada lastimándome y obligándome a verlo.- Puede que no te hagamos daño niña.- Dijo antes de volver a ponerme la navaja en la nuca.
- Entonces cooperaras con nosotros niña.- Escuche la voz de Leo, yo solo estaba concentrada en la navaja que estaba en mi nuca, sabia que no iba a salir viva de esta.
Leo miro a Jace y este en un movimiento rápido corto la cinta que tenia en la boca, me sobresalte ya que pensé que me iba a cortar la cabeza. Lo primero que salio de mis labios fueron sollozos que intentaba reprimir.
- ¿Como te llamas?.- Pregunto leo acercando la silla hasta estas frente a mi. Jace movía la navaja en mi nuca.
- Ce-ce.- Trague saliva.- Celéstine.
- Célestine.- Dijo mientras asentía.- ¿Años?.
- Die-dieci-si-seis.- Jace acerco mas la navaja, sentí como perforaba mi piel.-¡Dieci-ocho! tengo dieciocho.
-¿Apellido?.- Mis manos empezaron a temblar al igual que mis labios.
Antes de que pudiera pronunciar un apellido cualquiera, Leo se levanto de golpe sin antes mirar a Jace que quito la navaja rápidamente. Ambos salieron del mugroso cuarto en donde ahora me encontraba sola, con frió y miedo, llorando temerosa de que podría pasarme. Pensé en gritar pero nada salia de mis labios, solo sollozos.
- ¡Ayuda!.- Grite desesperada mente con esperanza de que alguien me escuchara.- ¡Sáquenme de aquí!..Por favor.- Lo ultimo lo dije en susurro ya que el dolor y los llantos se intensificaron.
Luego de un rato el dolor se fue acompañado de mi valentía, todo estaba oscuro han. Perdí la noción del tiempo, no se si llevo minuto u horas aquí metida. Solo esta conmigo el miedo y la desesperación. Mi boca tenia un sabor metálico horrible, evitaba tragar saliva, mi cabello estaba pegado a mi rostro gracia las lagrimas y lo sucio que estaba y extrañamente no tenia zapatos.
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CELESTINE
VampireAhora todo depende de seis, chicos seis elementos. Cada uno con el mismo y trágico destino, acabar con la muerte de miles por la codicia de uno. #144 Vampiros 04/01/2018