Capitulo 4.

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 Perdí la noción del tiempo, me sentía débil, mis manos y pies temblaban pero no tenia frío, solo el temor de morir aquí encerrada. Mis latidos lentos acompañados de una respiración entrecortada, mis ojos hinchados de tanto llorar, recordé las sonrisas de mis amigos. Lagrimas salieron de mis ojos, pues no los volvería a ver.

 Un estruendo se escuchó afuera, levante mi rostro con dificultad fijándome en la puerta. Los sonidos se intensificaban, tragué saliva. Voces y cosas cayendo se oyeron del otro lado de la puerta, me pregunté que estaría pasando de aquel lado, me moví lentamente intentando una vez mas zafarme de las ataduras, pero fue en vano.

  Mi pulso se acelero más de lo normal al ver que intentaban abrir la puerta, la mire fijamente esperando que la abrieran. Después de unos segundos la puerta no se abrió, suspire. Pero antes de que me pudiera tranquilizar la puerta se quebró a la mitad, me cubrí el rostro para que algún trozo no cayera en mi cara.

 - Estuvo cerca.- Dijo alguien, fruncí el ceño.

 Busque con la mirada de donde provenía la voz, mis ojos se fijaron en un chico buscando algo en su pantalón. Saco una especie de collar y lo enrollo en su muñeca para luego verme, me regalo una sonrisa que yo no devolví.

 - Podrías ser mas cortés.- Dije poniéndose detrás de mi.- Te voy a sacar de aquí, lo menos que podrías darme seria una sonrisa.

 Fruncí el ceño al escuchar lo que aquel chico dijo, sentí la sangre volver a mis muñecas provocandome dolor,  las miré sorprendida. Estaban moradas e hinchadas, no podía moverlas con facilidad. El chico tomo mi muñeca haciendo que emitiera un gemido de dolor, cuando ya iba a salir del cuarto me paré en seco y el se volvió hacia mi confundido.

 - No iré contigo.- Di un paso atrás.- No te conozco.

 Antes de que el pudiera hablar una chica apareció tomando por sorpresa al chico golpeándolo, este cayó al piso tocando su cien, di un paso atrás sin quitar la vista de la chica. Esta al verme fue directo a mi,y por sus ojos su intención no era buena, retrocedí hasta chocar con la pared. Cerré mis ojos esperando lo peor pero nunca llegó.

 - La próxima vez me avisas.- Abrí mis ojos.

 La chica se encontraba en el piso y el chico que me había desatado de pie junto a ella con una leve linea de sangre en su frente. Tomo mi mano y puso la otra en mi cabeza, al instante sentí mis piernas pesadas y poco a poco mi cuerpo no respondía, mi respiración se dificulto y mis ojos se cerraron cayendo en la oscuridad.

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 Desperté en una habitación, pero esta vez no estaba atada. Me senté sobre la cama tocando mi cien, me di cuenta que mis manos estaban vendadas las observe por un momento y luego la habitación, era mucho mas grande que la mía, impecable y hermosa. Fruncí el ceño al ver nieve caer desde una especie de ventanal, me levante y me acerqué.

 - No puede ser.- Susurré.- En mi hogar nunca nieva.

 Allí comprendí que estaba muy lejos de casa, me aleje de la ventana intentando recordar lo que pasó, pero solo un recuerda llega a mi mente, ese chico que intento sacarme de aquel lugar. Fruncí el ceño al darme cuenta que el me había sacado de allí <<¿Pero como?>> Pensé.

 - Fácil,- Me sobre salte al oír una voz.- Son un poco despistados,- Se sentó en la cama tocando las sabanas sin verme.- solo tienes que hacerlos creer que eres unos de ellos.- Me miro sonriendo.

 - ¿Quien eres?.- Retrocedí.- ¿Por qué me trajiste aquí?, ¿Qué es lo que quieres?.

 - Oye, mas despacio.- Dijo riendo.- Solo fui a salvarte, y preguntaras el por qué.- Se levantó y yo retrocedí.- Pues, tengo algunos contactos. Y, me entere que estabas allí.- Cerró el ventanal ya que la nieve entraba.- Y fui a salvarte.- Completo.

 Me pareció imposible de creer, seguramente ya estoy muerta o alucinando. El frunció el ceño al ver mi expresión y luego rió negando, lo miré sin entender. El camino a la puerta, me dí cuenta que en su nuca había un tatuaje extraño, también tenia uno en su mano. Fruncí el ceño.

- No estas muerta o alucinando.- Dijo, fruncí el ceño aun mas.- Tu desayuno esta listo.- Completó.

CELESTINEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora