The beautiful people.

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[Narrador omnisciente] miércoles

Pete comenzó a contar que en Desert Church Academy, había una especie de secta en la que tanto algunos alumnos como algunos profesores estaban involucrados. Hacían rituales invocando al demonio, matando a personas inocentes y vagan por los pasillos disfrazados de gente normal que ven cada día.

Patrick estaba abrazando a Pete mientras temblaba, Gerard a penas prestó atención, Frank tampoco prestó atención debido a que no quitaba su vista de Gerard, Mikey estaba con cara de trauma, Bob intentaba acercarse a Mikey para tranquilizarlo, y Ray es el puto amo y no se ha inmutado. Mientras que las chicas tenían las orejas tapadas mientras decían "la la la la", infantiles.

–¿no tenéis miedo?– preguntó Pete sonriendo.

–es sólo una historia.– dijo Gerard encogiéndose de hombros.

–error amigo mio, puede ser tan real como tú y como yo– le dijo Frank.

–¿cómo lo sabes?– dijo Gerard mirando a Frank.

–porque lo sé.– dijo Frank sonriendo.

–investgamos sobre eso el año pasado y conseguimos pruebas, pero las perdimos.– dijo Pete abrazando a Patrick.

–oye Mikey, ¿tienes frío?– le preguntó Bob.

–e-estoy b-bien– Bob lo miró con cara de "a-mi-no-me-la-cuelas".

–ven– Bob lo pilló desprevenido y le abrazó por la espalda.

–gracias.– dijo un Mikey sonrojado.

Mirándolos se encontraba Gerard con cara de traumita, es que ver a su hermano con un tío es muy raro.

–{¿crees que acabarán juntos}– le susurró Frank en el oído a Gerard, éste sólo se sobresaltó y se puso la mano en el corazón.

–jo-der, no vuelvas ha hacer eso.– dijo más calmado.

–lo siento– dijo Frank riéndose.–qué fácil de asustar eres.– rió aún más.

–claro... Lo que digas.– dijo Gerard sentándose debajo de un árbol.
Frank se sentó a su lado.

–¿y bien?– Gerard lo miró confundido.

–y bien qué– Gerard levantó una ceja y Frank sonrió.

–si crees que Bob y Mikey acabarán juntos.– a Gerard se le abrieron mucho los ojos y tosió.

–no lo sé, no veo a Mikey saliendo con un chico y...– Gerard fue interrumpido por un grito muy agudo.

–Frankie sálvame!– Jamia se tiró encima de Frank y quedaron tumbados en el suelo.

–Jam! Me aplastas gorda!– dijo Frank riéndose.

–gorda tu madre enano!– dijo Jamia riéndose más.

–¿de que te salvo?– dijo Frank dejando de reir.

–de Melanie, se ha vuelto loca, quiere darme galletas envenenadas.– dijo Jamia mirando a Frank a los ojos.

En un momento Jamia se intentó acercar a los labios de Frank, pero alguien los interrumpió.

–que no son galletas envenenadas!  Lo juro, puede que la leche sí, pero las galletas no.– dijo Melanie por detrás.
Frank se dio cuenta de lo que estaba a punto de hacer y se levantó dejando a Jamia en el suelo.

–perdón por interrumpir...– se disculpó Melanie.

Frank buscó a Gerard con la mirada, no sabía por qué le importaba tanto que hubiera visto esa escena con Jamia, pero le importaba y mucho.
Lo vio alejado de todos, fumando otra vez. Se acercó un poco, pero vio otra silueta a su lado, Lin-z, claro, esa bruja aprovecha cuando la presa está sola. Vio que Gerard se levantó todavía con el cigarro en la mano y cara agria, dejando a Lin-z sola y con la palabra en la boca.
Frank corrió a su encuentro, y lo vio sentado en una roca un poco alejada de los chicos.

–oye, lárgate, quiero estar solo.– dijo Gerard sin mirar quien le seguía.

Frank se acercó igualmente a él y le tocó el hombro, Gerard se sobresaltó y se dio la vuelta asustado.

–Frank! Deja de hacer eso idiota!– dijo respirando agitadamente.

–lo siento... Otra vez– rió nervioso y Gerard le fulminó con la mirada.– ¿qué haces aquí solo?– se sentó en el suelo frente a el, como si le fuese a contar una historia.

–ya lo he dicho antes, quería estar solo.– se encogió de hombros y le dio una calada al cigarrillo, Frank miraba cómo el humo salía de sus labios, por dios, era la imagen más sexy que Frank vio en mucho tiempo.

–¿me das?– le señaló el cigarrillo y Gerard puso los ojos en blanco sacando la cajetilla– me refería... Del tuyo.– señaló el que tenía consumiéndose en los labios. Gerard se lo quitó de la boca y se lo tendió a Frank quien lo recibió encantado, dando una calada, sintiendo un cosquilleo, pues los labios de Gerard han estado ahí donde los suyos se posan ahora, poniendo inconscientemente una cara de placer.

–no pongas esa cara– dijo el pelinegro bajando la mirada.

–¿qué cara?– preguntó el castaño devolviéndole lo que quedaba del cigarro.

–da igual– Gerard dio otra calada, sintiendo el mismo cosquilleo en los labios y cerrando los ojos para disfrutar de ese inmenso placer que podría matarle.

–ya entiendo– Frank sonrió y se acercó al rostro de Gerard y lentamente, mirandole a los ojos, le quitó el cigarrillo de los labios al pelinegro, sintiendo el humo saliendo de su boca. Se separó y dio la última calada al cigarrillo antes de tirarlo.

Seguían mirándose a los ojos, avellana y esmeralda colisionando, corazones acelerados, latiendo como uno sólo. Frank se acercó lentamente a Gerard, sintiendo un cosquilleo en el estómago. Puso su mano en la mejilla del pelinegro, comenzando a acercarse a sus labios, sus suaves, sus perfectos, sus finos, labios.
Pero cuando estaban a punto de rozarlos, Pete gritó.

–NOS VAMOOOS!– Frank se separó bruscamente, y vio a un sonrojado Gerard, que lo miraba con los ojos muy abiertos. Frank se levantó y corrió lejos del pelinegro, tenía que pensar, aclarar su mente, pensar en qué estaba a punto de hacer, porque Frank pensaba que eso estaba mal, pero a la vez era tan excitante y prohibido...
Sin embargo Gerard no pensaba nada de eso, para el, eso estaba bien, dado que él es bisexual, pero... ¿Con Frank?

Mama we all go to hell.(Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora