Mama we all go to hell.(Editando)

Rezos y Plegarias.

[Narra Frank]

Ahora mismo estoy encerrado en el aula de castigados mientras la monja esa se llevó a Gerard a no-se-donde. Estoy de los nervios. No sé que mierda nos van ha hacer, sólo sé que no estoy junto a Gee.

De repente, la puerta del aula se abrió, dejando ver a la señorita Von Teese, una de las profesoras de la residencia de las chicas.

–Frank Iero, ¿no?— preguntó. Yo sólo asentí sin decir palabra.– bien, tienes que venir conmigo.

–¿dónde está Gerard?– pregunté de mala manera.

–está con la hermana Mary, tú tienes que venir conmigo...– me dijo abriendo la puerta y haciéndose a un lado para que pasara. Decidí no resistirme. Mientras antes haga lo que dicen, antes veré a Gerard.

***

No me gustaba a donde me dirigían. Salimos por las grandes puertas de la residencia de los chicos y cruzamos todo el patio hasta llegar a una puerta de madera rodeada de flores. La profesora sacó la llave y la abrió. Me conducía directo a la residencia de las chicas.

***

La profesora Dita me encerró en un cuarto con dos camas. ¿Qué pretendían?

***

Después de esperar diez, quizás veinte minutos, la vieja puerta de madera se abrió, dejando paso a una chica pelinegra siendo arrastrada por Yolandi. La reconocí al instante de escuchar su llanto. Jamia.

–¡no por favor! ¡Dejadme salir! ¡Dejadme verla!– gritaba mientras lloraba. Pero Yolandi la empujó tan fuerte que la hizo caer y darse un golpe contra una de las camas. Su llanto no cesaba, Yolandi cerró con un portazo y echó la llave de nuevo. Yo estaba en shock.

–¿Jam?– conseguí hablar, llamando su atención.

–¿¡Frank!?– gritó asustada. Pude ver entonces el rojo de sus ojos. Había estado llorando mucho tiempo. La tristeza se podía leer en sus oscuros ojos.

Sin decir nada más, se levantó aún aturdida por el golpe y me abrazó.

–Jam, ¿qué demonios está pasando?– le pregunté con un nudo en la garganta. Todo esto era demasiado.

–sólo... sólo sé que se han llevado a Melanie lejos de mí, y a mí me han traído aquí.
Estábamos riéndonos en la habitación y de repente aparecieron Tudor y Yolandi para separarnos y llevarnos lejos.
Creo que Tudor se llevó a Melanie a la residencia de los chicos...

–estamos encerrados aquí. No hay salida. Sólo hay una ventana y está demasiado alta y es demasiado pequeña.– comencé a enumerar. Estaba entrando en pánico.– no sé qué demonios pasa.

–Frank, tranquilo. No pueden tenernos aquí encerrados, hay normas...

–Jamia despierta. Somos homosexuales en un internado católico alejado de todo... nos pueden hacer cualquier cosa.– solté nervioso.

–¡tenemos que salir de aquí! ¡Se han llevado a Melanie! A saber qué harán...

–pensemos algo... necesitamos avisar al grupo de alguna manera...– dije mirando por toda la habitación.– el conducto de ventilación.– susurré para mí mismo. Era una buena idea. Apilar las camas para subirse y llegar al diminuto conducto...

–si... buena idea. Pero hay varios problemas, uno: es demasiado estrecho, Dos: está atornillado, tres: pueden venir y descubrirnos...– comenzó a enumerar Jamia.

–no es tan estrecho... cabes tú perfectamente. Si está atornillado podemos usar monedas para abrirlo. Este es el plan: yo abro el conducto, tú sales, traes las llaves de la puerta, me abres y salimos corriendo a buscar a Gerard y a Melanie.no podremos quedarnos aquí, habrá que adelantar la huída.– expliqué. Jamia estaba temblando, nunca pensó en que de verdad huirían de allí, pero necesitábamos hacerlo, por Melanie, por Gerard, por todos.– y mientras tú conduces a Melanie y a Gerard a los túneles, yo iré rápido a buscar a Pete a Oliver y a los demás.