Mama we all go to hell.(Editando)

Until the end of everything.

[Narra Gerard]

Al fin había llegado la hora de cenar, me moría de hambre. En la mesa estaban: Brendon, Ryan, Mikey, Bob, Ray y Patrick. No había ni rastro de Frank, Pete o Andy. 

Esto era raro, mi Frankie y Pete no se presentaron a cenar, puede que estén en su habitación, o puede que hablando con algún profesor, no hay por qué pensar mal de ellos, aunque Patrick anda muy nervioso, porque Pete y Frank nunca se saltan la cena. 

Convencí a Patrick de que no pasaba nada, y aunque sigue muy raro, se tranquilizó un poco. También convencí a Mikey y a Bob que me acompañaran hoy a salir fuera, se lo iba a pedir a Frank para estar una rato a solas... pero no lo volví a ver después de que se fuera de mi habitación. 

Bob, Mikey y yo bajábamos las escaleras que daban al sótano, casi nos pillas porque a Bob se le ocurrió asustar a Mikey, pero por suerte, le tapé la boca a tiempo a mi querido hermano. 

Una vez fuera, saqué una de las cajetillas de tabaco que me dió Jamia y encendí un cigarro. Mikey estaba sentado con bob debajo de un árbol, mientras yo fumaba sólo en una esquina. 

Pasamos una hora discutiendo sobre cómics, ganó Mikey por supuesto, es muy cabezota. De pronto oímos unas ramas crujir, todos nos callamos, nos escondimos asustados detrás de unos arbustos como las gallinas que somos, y miramos a ver quién andaba por allí. Cuatro figuras salieron del interior del edificio... nos quedamos helados al ver sus rostros; Frank, Pete, Oliver y Andy. Miré a mi hermano y a Bob, éstos sólo se encogieron de hombros, como diciendo que de verdad no tenían ni idea de lo que pasaba.

-eso es todo- dijo Pete en un susurro, lo suficientemente alto como para que nosotros lo oyéramos. 

-bien, un placer hacer tratos con vosotros.- dijo Oliver, estrechando la mano de Pete.

-igualmente Sykes.- dijo Frank sonriendo.

-volvamos, necesito apuntar ésto en la libreta del plan.- dijo Andy.

Los chicos volvieron a meterse en el edificio, dejándonos a nosotros con una cara de confusión.

-¿qué coño ha pasado?- pregunté saliendo de los matorrales.

-no lo sé, se supone que a Pete y a Frank no les caía bien Andy.- dijo Bob con algo de indignación.

-¿qué trato? ¿qué plan?- preguntó mi hermano.

-ni idea, pero pienso averiguarlo.- le contesté a Mikey. 

Esperamos unos minutos, para asegurarnos de que ellos no volvían. Cuando estuvimos seguros, regresamos adentro. 

Lo que me propongo hacer es sencillo, subir a la habitación de Frank y preguntarle, todo eso sin que me pillen, claro. Fuí silenciosamente por los pasillos, algunas monjas estaban dormidas en una silla, otras andaban muy despiertas. Cuando conseguí llegar a la habitación de Frank sin ser pillado, llamé a la puerta lo más silenciosamente posible... pero lo suficientemente fuerte como para que Frank lo escuchara.

La puerta se entre-abrió, dejando a la vista a un Pete sin camiseta.

-Gerard... ¿qué haces aquí a esta hora?- me preguntó con una ceja levantada.

-la pregunta aquí es... ¿qué haces tú despierto?- contraataqué con mi pregunta.

-pasa, nos pueden pillar.- me tiró del brazo para que entrara.- ¿qué pasa?- me preguntó cuando cerró la puerta.

-¿dónde está Frank?- pregunté al no ver al enano.

-eh... él... bueno... no lo sé, se habrá perdido.- dijo riendo nervioso. Obviamente no me lo creí.

-¿dónde está, Peter?- le pregunté más serio.

-Gerard, no lo sé.- me dijo nervioso.

-¿sabes? no me lo digas si no quieres, pero no me mientas, no me gusta que me mientan.- y es verdad, odio las mentiras, no las soporto.

-mira Gerard, mejor que te vayas a tu habitación, si nos pillan nos expulsan.- suspiré y asentí. Abrí la puerta y salí de la habitación, asegurándome de que no había nadie.

Al llegar a mi habitación, Patrick dormía, así que hice el menor ruido posible. Llegué a mi cama sin despertarle, y cerré los ojos. 

-Gee...- escuché la voz de Patrick llamarme, abrí mis ojos y me asomé para poder mirarle.- ¿sigues con Frank?- esa pregunta me desconcertó un poco.

-claro que sí Pat.- le respondí confundido.- ¿por qué?- le pregunté con curiosidad.

-por nada, es que... no creo que sea bueno para tí.- me dijo simplemente.

-Pat, sé que soy muy guapo, pero tú tienes a Pete...- intenté bromear.

-no es por eso.- me dijo cortante.

-¿entonces?- pregunté intrigado.

-debe decírtelo él.- entonces lo entendí.

-¿te refieres a lo de Andy y su "plan"?- tenía curiosidad por saber ese plan.

-¿te lo ha contado?- me preguntó mirándome.- ¿y sigues con él?- le miré confundido.

-¿a qué te refieres?- le pregunté.

-a el beso. ¿a qué te refieres tú?- me preguntó nervioso.

-al plan del que hablaban hoy por la noche... ¡¿beso?!- reaccioné a lo que había dicho Patrick.

-¿no lo sabías? mierda, se supone que debía habértelo contado él hoy.- me dijo enfadado.

-¿qué me tendría que haber contado?- le pregunté nervioso.

-Frank besó a Andy hoy.- me dijo enderezándose en la cama y mirándome. A mí se me partió el corazón al escuchar aquellas palabras. Me quedé en shock.- Gee... ¿estás bien?- me preguntó Patrick con pena.

-si, es sólo que... no me lo esperaba.- dije con voz monótona. La verdad, no me lo esperaba, sé que con Frank todo es difícil, que decía hace poco que era hetero y no le gustaban los chicos, pero no lo creía capaz de engañarme... con otro chico. Según él me quería, ¿acaso mentía cuando lo decía? pero, ¿por qué? ¿por qué me ilusionó entonces?... De mis ojos empezaron a salir lágrimas silenciosas, de verdad que estaba hecho mierda, quizás el plan de Andy consistía todo el rato en conquistar a Frank. 

-Gee... ¿de verdad que estás bien?- Patrick insistía.

-no...- dije con la voz quebrada.- yo... le quería, y él me decía que él también a mí...- abracé la almohada y ahogué un sollozo. 

-Gee... tranquilo, tan sólo tenéis que hablarlo.- me dijo levantándose de su cama y subiendo a la mía.

-estoy harto, Patrick, estoy harto de que me traten como si fuera una mierda, incluso yo me siento así...- dije sin mirarlo.

-Gee... tú no eres una mierda... dile a Frank cómo te sientes.- negué lentamente con la cabeza.

-no... creo que será mejor decirle que lo sé, y quizás tomarnos un... tiempo.- esas palabras me dolían demasiado, pero es lo más maduro que podía hacer.

-me parece bien...- me dijo acariciándome la espalda.- descansa un poco... mañana iremos con las chicas.- dicho esto se levantó y se fué a su cama. Yo me quedé despierto toda la noche, intentando no sentirme demasiado mal como para coger una cuchilla. Pero no, eso nunca más.