Finjamos que no pasó.

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[Narra Gerard] viernes

Es viernes, me pasé 1 día en cama resfriado. La verdad, no quería enfrentarme a Frank.

~flashback~
Patrick me cuidó casi todo el rato a pesar de que le dije que no hacía falta. A veces venían Pete y Mikey a hacerme compañía y jugábamos a las cartas o hacíamos los deberes juntos.
No dejaba de pensar en lo que pasó con Frank, la verdad, no puedo dejar de pensar el Frank. Sus ojos, su pelo, sus labios... Oh sus labios, tocaron el cigarrillo que estuvo en mi boca. No sé que pasó, pero todo a nuestro alrededor paró en el momento en el que nos miramos a los ojos, y cuando se acercaba a besarme... Dios, quería probar sus labios, pero se fue corriendo, si, causo ese efecto en las personas. Quizás él no quería besarme, quizás sólo se sintiera solo, o Jamia le rechazó, o me quería gastar una broma, eso es lo más probable.
Pero yo si quería besarle, porque me gusta Frank Iero.

~fin del flashback~

Y aquí estoy, un viernes, en el comedor a la hora de la comida, con comida en la bandeja que no parece comida.
Frank no aparecía por ningún lado y no sé si alegrarme o molestarme. Es decir, sería incómodo, pero una parte de mí quiere hablar de lo de ayer, aclarar las cosas, porque si sigo así puedo terminar enloqueciendo.

Estoy en mi habitación, solo, Patrick estaba en el cuarto de Pete haciendo vete tú a saber qué y Frank no ha ido a clases hoy. Sinceramente me molesta su actitud hacia mí.

Decidí darme un baño para despejar mi mente, estaba triste, cabreado, cansado, frustrado y estresado.

Cuando me quise dar cuenta ya tenia la mano en mi entrepierna, acariciando mi miembro mientras las gotas caían por mi frente sudada.
No sabia exactamente por qué lo hacía, ya que yo no suelo hacer estas cosas, estaba estresado por varias cosas: los exámenes, mis recuerdos, mis profesores y Frank.
–Frank...– se me escapó un gemido con su nombre y en seguida me arrepentí de aquello. ¿Cómo podía gemir el nombre de una persona tan estúpida que ni siquiera conocía bien?
Aumenté la velocidad de mis movimientos, intentando ahogar mis gemidos.
Cuando terminé, salí de la bañera poniéndome una toalla en la cadera.
Me miré al espejo y estaba colorado, todavía con ojeras y la boca entreabierta respirando con dificultad.
Me vestí para la cena aunque quedaba 1 hora y me puse a dibujar mientras esperaba a Patrick.

Cuando llegó estaba colorado y con el pelo revuelto, dios, sé lo que ha hecho con Pete y no me gusta saberlo. Él me sonrió incómodo y entró corriendo al baño, mientras yo me quedé con cara de trauma total.
Salimos de la habitación después de que Patrick tardara 20 putos minutos en escoger qué camiseta se ponía, era como una adolescente que quiere impresionar a su novio (no ando muy desencaminado).
En la mesa estaban todos menos Ray, a saber dónde está ese metido.

Frank me miró y segundos después apartó la mirada, eso me molestó.

–hola– les saludé y todos respondieron con un "hola" a coro (todos menos Frank).

Empecé a comer en silencio y noté que alguien me pegaba golpecitos en la rodilla con el pié. Miré al frente y ví a Frank con cara de "tenemos-que- hablar"

Me cogió de la muñeca e hice una mueca de dolor al notar cómo rozaba mis heridas, intenté disimular lo máximo posible y funcionó.

–bien, tenemos que hablar de lo de ayer– dijo Frank sin mirarme.

–si lo sé– dije nervioso.

–yo... No sé que me pasó, quizás era el hecho de que no sabía cómo disculparme o porque estaba vulnerable, pero no debió haber pasado.– esas palabras me partieron el corazón, pero solo Sonreí y asentí, como había aprendido ha hacer siempre.

–pienso lo mismo, es decir, incluso Lin-z intentó besarme ayer, y yo no soy un experto en eso que digamos, dado que mi primer beso fue con ella jugando a la botella– confesé sin más, eso se oía patético.

–¿e-en serio?– me miró sorprendido.– uff, lo siento por tí– le Sonreí como pude y negué con la cabeza.

–¿por qué? No estuvo mal, no soy gay ¿sabes? Soy bisexual, lo descubrí en segundo de la eso al querer a una chica que era mi amiga y a un chico de mi clase a la vez.– me reí al recordar a aquello, pues no fue mas que pura atracción física.

Él sonrió y volvimos a la mesa donde se encontraban nuestros amigos, pero había alguien más...

–chicos! Venid, os presento a Ryan Ross y a Spencer Smith, son mis esclavos.– dijo Ray palmeando la espalda del chico con el pelo castaño, eyeliner y camiseta ajustada.

Frank y yo lo miramos raro y Ray sólo se rió.

–tiene una explicación, veréis: Ryan y Spence estaban en el despacho de Bet cuando fui a llevarle unos papeles que me entregó el profesor. Ellos estaban husmeando en el ordenador principal, así que prometí no contárselo a la directora si me servían para el resto de sus miserables vidas. Y aquí están, ahora son del grupo, lo que significa que haremos otra iniciación.– miré a los chicos que sonreían tontamente. Ilusos, no sabían donde se metían.

Mama we all go to hell.(Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora