am[arte.]

[74.]

Creo que estoy volviéndome
demasiado dependiente
a esto de escribir
cosas sin sentido
esperando que alguien
me encuentre.

Digo, lo encuentre,
claro. El sentido.

Pero hey,
shhh,
menos mal que nadie lo sabe.

Que todos conocen mi autocontrol,
el cómo sé parar
justo antes del precipicio
y el seguir escalando
cuando ya me he caído por él.

Digamos que no es una adicción,
¿de acuerdo?
Aunque sí sepan
lo bien que se me da mentirme a mí misma.

Tan sólo es...
un placer políticamente incorrecto.

Esto es demasiado puro
para el aire contaminado en el que vivimos.
Y no me refiero precisamente al humo.
Esto es lo que se llama
arte abstracto, ¿no?

Ese desastre sin sentido
que no vale un puto céntimo
y algunos venden por millones.

Ese desastre
que algunos llaman arte
y sólo son cuatro pinceladas absurdas,
o aquello que algunos llaman poesía
cuando son un par de metáforas
que nadie entiende.

Y todos dicen
Oh, claro que lo entiendo,
esto representa el dolor del autor
y tal y cual,
cuando no saben una mierda
porque no conocen el artista.
(Joder, ni el propio artista se conoce.)

Siempre creí
que todo acabaría
el día
en el que me enamorara de un escritor.
O aún mejor,
(o peor),
de un poeta.
(Dios me salve de ello
aunque desee esa condena.)
Teniendo en cuenta la atracción
que siento por ellos
(o mi fatídico gusto
en la diferencia.)

Me gustaba esa idea de tener a alguien
con quien compartir mis demonios
como unos adictos con el mono,
eso de reformarnos juntos
sabiendo las veces
que hemos recaído por separado.

Eso de reformarnos a nuestra manera,
no de alejarnos de la droga
sino en convertirnos en ella
para el otro.

Sí,
ese famoso y cutre
"Eres mi droga"
que aparece en Tumblr sobreexplotado.

Ese famoso y cutre
"Eres mi musa"
que aparece en Twitter tan repetido.

No sé como pude ser tan estúpida.
No se trata de ser la droga,
maldita sea,
porque así no te ayudan.

Se trata de ser la cura.
Aunque duela.
Aunque no te guste.
Aunque sepas que en realidad no te comprende
aunque diga (y crea en el fondo, supongo) que sí.
Aunque anheles escribir
y que te escriban a ti en el papel,
y ser la musa más puta de alguien,
esa que consuela en las noches en solitario.
Aunque anheles llorar tinta
y que alguien te diga
No pasa nada,
al menos sirve para escribir
alguna mierda
en vez del asqueroso
¿Estás bien?
que obvian los estúpidos.

Déjalo,
en serio,
te lo dice alguien
que besa el suelo que pisa
porque es lo único que la aguanta
en sus caídas.

Busca a alguien que sea tu cura,
y te haga normal otra vez,
que está claro que lo echas de menos
aunque nunca lo hayas sido.

Y déjate de estupideces
y de guiarte de citas que lees
que finges que son para ti
cuando no conoces al autor.
Ni él a ti.