Un mal escondite

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Sue

-          Tierra llamando a Sue- chasqueó Tyler sus dedos cerca de mi cara lo suficiente para que reaccionara-. ¿Qué sucede? Te quedaste en pausa.

-          Eh, si- afirmé, manteniendo la compostura-. Dime que lo que acabo de ver fue…fue un producto de mi imaginación y no fue real.

-          ¿Te refieres el beso entre Madison “Zorra” Keller y Josh “Idiota” Welch?- me preguntó mientras destapaba su pudín. Asentí fervientemente-. Lo siento, querida, fue real.

Obvio que fue real. Madison estaba que se lo devoraba ahí mismo como Tyler con su pudín. Los vi de reojo. No quería que se dieran cuenta de que los espiaba. Madison le sonreía, su perfecta hilera de dientes hacia Josh. Josh solo la apretujaba contra él. Pude traducir ese lenguaje corporal como sexo. Si, era muy obvio. Lo siento, soy un poco “mente sucia” a veces, pero es la realidad ¿no?

-          ¿Entonces Madison Keller es tu cuñada?- le pregunté perpleja.

-          Shh, eso no se dice- me calló de inmediato agitando su mano-. Es como Lord Voldermot: no debe ser nombrado.

-          Entonces es un sí.

-          No debe ser nombrado- repitió, desechando su pudín vacío en la bandeja de plástico.

-          ¿Y cómo la soportas?

-          Se llama yoga, querida. Concentrar mi chakra interior y respirar.

-          ¿De verdad haces yoga?- la verdad es que no lo creía.

-          Hacía- me corrigió-. Lo dejé hace dos años, pero no he dejado la meditación.

-          Pues tendrás que enseñarme a meditar- le hice saber, apoyando mi cabeza con mi mano.

-          Con mucho gusto- me dijo entusiasmado-. Las clases son de tres a cuatro de la tarde.

-          Tonto- reí.

La verdad es que todavía no salía de mi asombro. Claro, Sue. Consigue una chica tan zorra como Madison y a un chico popular como Josh ¿Y qué pasará? Son pareja. Hasta un niño de tres años lo sabe.

***

-          ¡Sue!- gritó mi hermana desde abajo.

-          ¿Qué?- le pregunté de vuelta.

Estaba sentada comiendo un delicioso pote de Nutella mientras veía comiquitas. Lo sé, sé que estoy grandecita para esas cosas pero todos llevamos un niño dentro ¿no? Prefiero eso a programas y novelas dramáticos y de sexo.

-          ¿Quieres salir a trotar conmigo?

Rodé los ojos. ¿Acaso Genevive no podía hacer las cosas ella sola?

-          Gen, estoy en mi tiempo libre- le grité de respuesta-. Ve a trotar tú.

Me volví hacia mi gran envase de Nutella mientras devoraba cada cucharada gigante. Oh, Nutella, hermosa Nutella.

-          ¿Así es como pasas tu tiempo libre?

Me estremecí cuando me di cuenta de que Genevieve me observaba desde el umbral de la puerta. A veces podía ser muy silenciosa. Me miraba con una ceja alzada, piernas cruzadas y cargaba un lindo conjunto deportivo. A ella todo le queda bien, es obvio, a las modelos les queda todo lindo.

Different MindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora