Enfrentamiento

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(Reproducir Fatal Fury de Two Steps from Hell) ---En Multimedia

Paul frenó antes de que pudiéramos chocar contra un alumbrado público. Los cauchos chirriaron en el asfalto, y yo estaba muerto de la preocupación. En todo el camino no dejaba de gritarle a Paul que acelerara más rápido. Me bajé del auto, el frío de la noche chocó contra mi rostro. Giré hacia todas las direcciones, buscando a mi hermano o a los hombres de Branca. La calle estaba vacía. El sudor caía por mi frente y podía oír mi corazón palpitar. Maldición ¿Dónde está Tyler? ¿Qué hicieron con él? Saqué el arma de mi bolsillo, listo por si sucedía algo. Paul se bajó del auto, cargando su arma.

-          No deben estar muy lejos- contestó Paul junto a mí, listo para cualquier altercado.

-          Esta es la dirección- dije en un susurro desesperado-. Deberían estar aquí.

Paul me chistó, obligándome a callar. El viento silbaba en nuestros oídos, atentos como un halcón. Nuestras respiraciones eran agitadas. Un ruido, más bien, un grito ahogado. Casi salgo corriendo, buscando el origen del sonido, de no ser porque Paul me agarró del brazo. Paul estiró los brazos, el arma a la altura de su rostro. Comenzó a caminar en dirección hacia la entrada de Hyde Park. Le seguí con cautela, pero a cada paso que daba, estaba más aterrado con lo que podía encontrar allí. Entramos al parque y nos escabullimos por los árboles.

En la fuente central del parque había un tumulto de hombres. Todos estaban alrededor de alguien, dándole golpes, patadas, incluso se tiraban encima de él. Cualquiera pensaría que son una pandilla, pero yo sabía quiénes eran: eran los hombres de Branca. Pude sentir como mis ojos se llenaban de lágrimas. Habían cogido a la víctima del suelo, agarrándolo por el cuello y la habían tirado al suelo, como si se tratara de un muñeco de trapo. Era Tyler.

-          ¡Tyler!- grité.

-          ¡Josh, no!- escuché decir a Paul pero no le hice caso.

Hice caso omiso a las órdenes de Paul. Mi hermano estaba siendo brutalmente agredido por unos asesinos. No iba a quedarme de brazos cruzados. Todos ellos pararon al verme salir entre los árboles, con mi arma alzada, disparé hacia ellos, descargando toda la ira en mi pecho. Disparaba sin pensar, solo quería salvar a mi hermano. Dos de ellos cayeron, heridos, otros se ocultaron mientras sacaban sus armas. Estaba expuesto, estaba consciente de que estando aquí parado iban a matarme fácilmente. Mi arma no tenía más balas. Estaba jodido. Dejé caer mi arma cuando varios de ellos la alzaron contra mí. Todo se detuvo.

Disparos. Me tiré al suelo de inmediato, cubriendo mi cabeza. Algunos de los hombres se retorcían en el suelo, adoloridos, otros disparaban a la nada. Me arrastré  hasta llegar hasta el césped y esconderme tras un árbol. No veía a Paul por ningún lado. Intentaba buscarlo, pero en la oscuridad era imposible. Los mafiosos de Branca estaban aterrorizados. Varios de ellos gastaron sus municiones y corrían, despavoridos. Los pocos que quedaban intentaban localizar a su enemigo entre los árboles, pero terminaron huyendo con el resto de sus secuaces. El cuerpo de mi hermano estaba inmóvil en el suelo. Estaba realmente preocupado. Solo rogaba porque siguiera vivo. Quedó uno solo de ellos, y pude reconocerlo: fue el mismo que tuve que entregarle el maletín hoy. No sabía su nombre, pero recordé su cara. Paul por fin salió de la oscuridad, asombrándome de que estaba del otro lado del camino. El individuo no tuvo oportunidad de atacarlo, porque Paul le dio un tiro certero en el estómago y se desplomó en el suelo. El último sonido del disparo retumbó en el lugar. Mis oídos zumbaban, pero yo miraba el cuerpo de mi hermano.

Corrí hacia él y me arrodillé. Apenas había tocado su sudadera cuando sentí mi mano húmeda. Era sangre. Temblé, aterrorizado y volteé su torso.

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