Different Mind

Encuentro Particular

-          ¡Genevieve!- grité por décima octava…décima onceava ¿Doceava? Bueno, me entendieron-. ¿Qué rayos estás haciendo?

-          Ya voy bajando- respondió desde arriba.

-          ¡¿Ya vas bajando?!- le cuestioné, histérica-. ¡Eso llevas diciendo desde hace 15 minutos!

-          Ya voy, ya voy- decía con todo de fastidio mientras la oía bajar las escaleras.

¡Milagro! Por fin Genevieve se dignó a bajar. Era jueves en la tarde y Mamá nos había invitado a salir. Hacía tiempo que no salíamos juntas, así que era una excelente idea y bueno…creo que mi hermana tiene también la velocidad de una tortuga. Creo que vino un poco defectuosa de la fábrica. Habría que devolverla.

-          No tienes por qué gritar- me replicó mientras tomaba su abrigo-. Te van a salir canas.

-          Si, las canas de la impaciencia- le respondí-. Rayos, Gen, solo es una salida, no una sesión de fotos.

Genevieve rodó los ojos y caminó con sus altos tacones plateados al auto de mamá. Bufe y cerré la casa. Nos montamos en el auto. Mamá encendió la radio. Por suerte estaban pasando música movida. Oh ¿Ahora si pasan música movida? Por que cuando Sue Wiltmore necesita bailar, le ponen canciones de remordimiento de conciencia. Gracias estimadas emisoras, las quiero.

Mamá condujo hasta un sitio encantador llamado The Rocks, a una cafetería, llevándonos a un lindo y acogedor lugar. Un café en la esquina de dos grandes edificios. A pesar de su ubicación, me sentí en el mismísimo Reino Unido cuando entramos.

-          Me encanta este lugar- alardeé mientras me dejaba caer en el asiento.

-          Sabía que les gustaría- nos dijo mamá-. Veamos, pidan lo que quieran.

Cogí el menú. Wow, habían cosas deliciosas, aunque el precio dejaba mucho que desear. Arqueé una ceja hacia mamá. Me incitó a leer el menú de nuevo y a elegir. Terminé ordenado un chocolate caliente con una ración de galletas con malvaviscos suaves y sirope. Era la única cafetería que conocía que vendían malvaviscos y galletas. Genevieve ordenó un jugo natural de moras y una ración de ensalada de frutas y mamá ordenó una torta de chocolate con Nutella. Saldría rodando de ahí, era lo más seguro.

-          Sue, querida, no me has contado nada de la escuela.

Detuve mi proceso de meterme otro sándwich de malvaviscos con galleta y sirope para responder su pregunta.

-          Pues, todo bien- respondí-. Tengo un par de trabajos que hacer junto con Tyler. Es mi mejor amigo.

-          Que felicidad, cielo.

-          ¿Y qué hay de tu amigo el idiota?- preguntó Genevieve, mientras revolvía su jugo con su pajilla.

-          Ese idiota no es mi amigo.

-          ¿Tienes un amigo idiota?- preguntó mi madre.

-          Si, digo no- me contradije-. En primer lugar no es mi amigo y en segundo lugar es un idiota.

-          Y en tercer lugar, te gusta- continuó mi hermana, bebiendo un sorbo de su jugo.

-          Que no me gusta, Genevieve ¿Cómo puede gustarme alguien que maltrata a su hermano?

-          ¿Josh maltrata a Tyler?- preguntó mi hermana. Pude jurar que iba a escupir el batido en mi cara de la sorpresa.

-          Sí, solo por tener una preferencia sexual diferente- me crucé de brazos. Tan solo con pensar esa situación me hervía la sangre de la cólera.

-          Oh por Dios- exclamó mamá, claramente asombrada-. Que horrible.

-          ¿Eso aclara todas tus dudas, Gen?- le pregunté a mi hermana con tono pedante. Ella solo rodó los ojos y suspiró.

-          ¿Y tienes más amigos?- me preguntó mamá, deseosa de saber.

-          Pues…técnicamente…- decía haciendo gestos con las manos.

-          Hoy tuve una sesión de fotos- me interrumpió Genevieve, claramente, salvándome de la incómoda charla.

Suspiré un poco más tranquila. No me enorgullecía no tener más amigos que solo Tyler, pero me conformaba con saber que él nunca me fallaría.

-          ¿Y cómo te fue?- preguntó mamá.

-          El tema de hoy era moda en las alturas- explicó-. Tuvieron que atarme a un poste.

-          ¿Un poste?

-          Sí- afirmó Genevieve-. Y no es divertido. Me mecía a cada lado todo el tiempo, estuve a punto de vomitar.

-          Oh, pero esa hubiera sido una muy buena foto- le dije bromeando y ella solo me tiró una frutilla.

Carcajeé junto con mamá, mientras Genevieve nos dedicaba una mirada asesina.

-          ¿Sue?

Giré por la voz que me llamó. Era Caroline Franco. Wow, no todos los días me encontraba al alumnado de Tornfield High en la calle (claro, si apenas salía de casa) así que era un gran acontecimiento.

-          Hola Caroline- le saludé mientras me levantaba.

-          Hola- me sonrió tierna-. ¿Qué haces aquí?

-          Vengo con mi madre y mi hermana a…a salir un rato- respondí.

-          Yo estoy con mi padrastro- me respondió y señaló al hombre de abrigo y lentes. Parecía un tipo amigable pues me saludó con la mano.

-          Que gusto.

-          ¿Fuiste a las clases de fotografía?

-          Oh, sí- respondí, todavía rememorando lo que sucedió.

-          Bueno, que tengas una linda tarde- me dijo-. Yo me voy con mi papa…digo, padrastro.

Nos despedimos. Mmm, por lo que podía ver Caroline tampoco la pasaba muy bien como yo me la imaginaba. Ahora ya empezaría a formular mis “suposiciones”, pero no estaba segura. No la conocía bien.

***

-          Entonces, para la semana que viene- hablé mientras salíamos de la clase de biología-. Tenemos el ensayo de literatura, el examen de matemáticas, el taller de química y la tarea de historia y geografía- finalicé mientras contaba con los dedos, dejándome sorprendida la cantidad de deberes que teníamos: 5 tareas.

-          Si, nuestra vida es una desgracia- se lamentó Ty meneando la cabeza.

Contemplaba una vez más a mi rubio amigo. Me encantaba su forma de vestir, tan fresca, clásica y juvenil. Traía una camiseta de algodón blanca, una línea roja en las mangas y pantalones capris beige con unos toms blancos. Ojala tuviera su guardarropa, enserio. Además, su cabello rubio lucía fabuloso.

-          Este fin de semana creo que no saldré ni al jardín- bufé, fastidiada.

-          Querida, yo tengo clases de baile hoy- dijo Ty, señalándose-. No tendré tiempo ni de parpadear.

-          Tienes razón.

Un golpe en mi hombro me hizo salir de mi buen humor cuando vi que fue la señorita Keller junto con sus cómplices. Mi boca se hizo una fina línea cuando ya iba a darle su merecido, pero Tyler me tomó de la mano y me miró, pidiéndome que no cayera en su juego. Tenía razón, no tenía tiempo para esto. Gracias Tyler, pero para la próxima, Madison tendrá que usar un peluquín.

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Holaaaaa preciosas! Listas para Navidad? Yo sí! wow el año se fue corriendo, brincando y volando ¿No creen? woow. Bueno les dejo este cap, aunque es corto, el próximo será más interesante ;) Las quiero! Kisses!