Mariposas enjauladas

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Sue

Aunque pude salvarme ayer de no ir a la escuela, hoy no sería el caso. En realidad quería faltar toda la semana pero eso sería prácticamente imposible, como si la gravedad dejara de existir. En fin, todo sucedió igual que como me lo imaginé antes de dormir: rumores, rumores y más idiotas rumores que hace la gente sin oficio. Miradas hacia nosotros dos, miradas de sorpresa, recelo, asco ¿odio? No lo sé, pero podía reconocerlas con facilidad. Y lo peor es que en todas las clases estaba con Josh, tener que soportarlo a él cuando quería partirle la cara como aquella vez que me hizo una broma del ladrón. Ojala tuviera una raqueta ahora mismo, o un bate, o un garrote…

Decidí practicar mi plan: haré como si desde hoy hubiera sido el primer día de clase, cuando conocí a Josh por primera vez y lo odie. Así sería. Lo trataría indiferente…como siempre debió ser.

La clase de biología resulto ser muy aburrida. Solo me concentraba en mirar el pizarrón y los garabatos que tenía en él, pero mi mente estaba en otro lado. Suspiré y apoyé mi cabeza en mi mano. Comencé a hacer rayas, rayas sin sentido, como lo era mi vida ahora: una raya sin dirección, perdida, ingenua, confusa.

-          Y para la próxima clase, traigan el ensayo de las células madre-informó nuestro profesor antes de que el timbre sonara.

Cogí mis libros mi libro, cartuchera y cuaderno. Los apreté contra mi pecho y salí. Esperaría a Tyler afuera. Me apoyé en la superficie de cemento, mirando como todos salían del aula como entre bromas y charlas, cuando una figurilla se acercó a mí. Mad Killer.

-          Vaya, querida, apareciste- con su sonrisa hipócrita me miró, su mano posada en la cintura, su cuerpo llevaba ropas demasiado caras y finas como para ir a la escuela. Qué lástima sería que alguien las rompiese “por error”…

Me tragué mi lista mental de insultos cuando Tyler llegó hacia nosotras. Madison retiró su mirada ojiazul de la mía, para mirar con cinismo a mi mejor amigo.

-          Y miren quién apareció ahora- se burló-. ¿Cómo estuvo tu día ayer, Tyler?

-          Me gustaría responderte- dijo mi rubio amigo-. Pero tengo cosas más importantes que hacer.

-          Eh, eh- le detuvo Madison, apuntándolo con su dedo índice en forma de advertencia-. Mucho cuidado con lo que dices.

-          Qué más da- Tyler se encogió de hombros-. Ya me quitaste a mi hermano, ya no me importan los golpes.

Le miré consternada por su respuesta. Ni yo lo venía venir, pero Tyler ya se había dado la media vuelta y marchado hacia los casilleros. Me apresuré a alcanzarlo, sin poder disfrutar de la mirada de confusión que Madison tenía.

-          Tyler- le susurré con suavidad-. Yo…

-          Tengo unos conjuntos perfectos para la cita con Marcus- me interrumpió, cambiando sus cuadernos por los de la clase siguiente.

Sacó además, de la manga de su suéter de lana, un papelito el cual me extendió. Lo desdoblé con curiosidad. Eran los bocetos de sus atuendos. Vaya, hasta dibujaba la ropa mejor que yo.

-          Gasté toda mi tarde revisando mi armario- continuó, apoyado en los casilleros, los brazos cruzados sobre el pecho mientras me miraba-. Me gusta más este- señaló el atuendo de camiseta gris, skinny jeans negros, un abrigo de imitación de gabardina y una bufanda color azul royal y de complemento vans vinotinto.

Asentí a su elección. Los otros conjuntos no estaban mal, pero ese era el indicado, el elegido.

Aprobé su decisión y él me sonrió victorioso.

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