Yo iré contigo

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No sé si era el efecto post graduación o que había cogido una extraña enfermedad. Pero por alguna razón me sentía deprimida. Todo había terminado, ya era libre al fin…o eso creía pensar. ¿Qué me estaba sucediendo? Desde el primer día de clases ya quería graduarme, pero ahora solo quería retroceder el tiempo, volver a vivirlo todo como si fuera la primera vez.

A veces pienso que soy una maldita bipolar. Me quedé sentada en la cama por un buen rato, mirando hacia la nada, pensando.

A mi alrededor las cajas ya estaban casi recogidas y la gran maleta roja a medio cerrar. Mi habitación lucía exactamente igual como el primer día que entré en el: vacío, las paredes desnudas, sin color. Me preguntaba cuando sería el día en que me quedaría en un sitio permanentemente, me preguntaba cuando sería el día en que me quedaría con alguien que me amase y no se fuera. ¿Cuándo llegaría ese día? Mmm, quién sabe.

Quizás estoy cometiendo un error. Lo estoy haciendo. Ayer fue una noche maravillosa: besé a Josh. Jamás en mi corta vida creí que besaría al chico que más odiaba en todo el mundo, pero: los que se pelean se aman ¿no?

El que inventó esa frase es un jodido idiota pero tiene razón.

En fin, estoy haciendo algo mal. Lo estoy lastimando. No le he dicho que me voy el lunes. Y hoy era sábado. Iba a ser doloroso. Lo ilusioné. Diablos Sue ¿Por qué no puedes hacer las cosas bien por alguna vez en tu vida? No, tienes que meter la pata.

Pobre Josh, pobre Tyler. Los voy a destrozar si les digo la noticia, pero tenía que hacerlo. No podía engañarlos, no de esa forma. Eso sí sería cruel.

Cuando bajé hacia la sala, me asombre que casi todo ya estaba recogido. Mamá se había encargado de vender los electrodomésticos y objetos de cocina, incluyendo el televisor. Lo hizo para poder comprar los pasajes de avión y el translado de las cajas. Era extraño caminar por la sala casi vacía. Los muebles se quedarían, pues venían con la casa. Me senté en el sofá, mirando todo a mí alrededor. Vacío, opaco, gris, triste. Era más o menos como me sentía en este momento. Mamá estaba embalando todas las fotos que nos trajimos. Levantó la vista cuando se dio cuenta de mi presencia.

-          Hola cielo- me saludó mientras desenrollaba más tirro-. Vaya, fue una buena noche ¿No crees?

-          ¿Ya todo está empacado?- pregunté con tristeza.

-          Casi- anunció, deteniendo el embalaje al notar mi desconsuelo-. ¿Ya le dijiste a los Welch?

-          No. No he podido…no puedo- me rendí, cabizbaja.

Sorbí mi nariz. Esto sería más duro de lo que creí. Despedirte de alguien con quien quieres permanecer el resto de tu vida. Mamá se sentó a mi lado, envolviéndome en un maternal abrazo. Le correspondí el gesto, comenzando a sollozar.

-          Está bien, cielo. Tenemos que ser fuertes. Podrás volverlos a ver, estoy segura de eso.

-          ¿Cuándo, cuando lo hare? No quiero irme…

-          Cariño, es por nuestro bien. Sé que Josh va a entenderte…

-          ¿Y sino me perdona?- le pregunté, mirándola a los ojos-. Mamá ¿Y si no me perdona jamás?

-          Creí que ese muchacho no te gustaba…

-          No, mamá. Josh no me gusta- expresé, tratando de controlar mi quebrada voz-. Yo amo a Josh. Lo amo. Y sé que suena extraño por que antes lo odiaba a muerte pero…él ha cambiado y…y yo…yo no puedo vivir sin él.

Different MindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora