Chocolate y susto de por vida

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Sue

 

Nunca había ido a una feria navideña y esto era fenomenal. Todo el centro comercial estaba decorado con adornos navideños, un gran árbol que casi llega hasta el techo, luces de colores y además, habían muchos puesto de vendimias, sea de comida u adornos. Estaba maravillada, quizás mucho más que Jason. Había una gran cantidad de gente, lo suficiente como para perderme en un segundo. Jason estaba tomado de la mano de su padre y yo iba un poco más adelantada junto a Josh, cada quien por su lado

-          Tienen que tomarse de las manos- nos dijo Jason-. Pueden perderse.

Josh y yo nos giramos hacia el niño. Él asintió como si tuviera razón y nos quedamos viendo las caras. Ni en un millón de años me tomaría de la mano con este pingüino.

 El pequeño se había comprado una bota navideña, unos bastones de dulces y una piruleta. Habían diversos juegos en los que muchos niños participaban y reían…hasta había un Santa Claus en su típico sillón, donde le esperaba una fila de niños.

-          ¡Papi!- le llamó Jason-. ¡Ahí esta Santa, ahí está Santa!

-          Ven, vamos a conocerlo- lo animó su padre.

Sonreí hacia Jason mientras guiaba a su padre a la extensa fila. Mi sonrisa se fue esfumando cuando un recuerdo lejano comenzó a llegar a mi mente. Un recuerdo muy preciado para mí.

Flashback

Lamía mi piruleta con sabor a cereza, estaba deliciosa. Apreté fuertemente la mano de papá. Había mucha gente y no quería perderme. Mi abrigo cubría mi mano. Todavía me quedaba un poco grande. Nos detuvimos y yo alcé mi cuello. Era Santa, Santa estaba allí. Sonreí muy emocionada y jalé la mano de mi papá.

-          Papi, allí esta Santa.

-          ¿Quieres ir a pedirle tus regalos?

Asentí con entusiasmo y mi papá me sonrió. Me alzó en sus brazos y pude ver mejor a Santa. Su traje rojo, su barba blanca, sus lentes y sonrisa cálida. Miré a mi papá y lo abracé fuerte.

-          Eres el mejor papá del mundo.

 

Fin Flashback

-          Eres el mejor papá del mundo- le dijo Jason a David, dándole un cariñoso abrazo.

Me quedé en trance, observándolos. No pude ocultar mi tristeza. Era duro para mí. Creí haberlo superado, pero estaba equivocada. Mis ojos, los sentía cristalinos.

-          ¿Estás bien?

Sacudí mi cabeza. Josh me miraba con extrañez y con preocupación. Me sorprendí de verlo a mi lado y asentí, dudando de mi misma.

-          Estás un poco pálida.

-          Estoy bien, de verdad.

Me miró dudando de mí y yo no le di importancia. Divisé, en la fuente del centro comercial un espacio libre en el muro de piedra y me senté, alejándome. Necesitaba calmarme. No podía dejar que mis recuerdos se desplomaran aquí. No podía hacerlo. Sentí que alguien se sentó a mi lado. Creí que era alguien más que solo quería descansar los pies y la espalda, pero ese alguien me extendió algo. Una barra de chocolate. Levanté mi vista. Esto tenía que ser mentira.

Josh tenía su mano extendida, la barra de chocolate en su mano. Me la estaba ofreciendo. No veía rastro de fastidio o de que su tarea fue obligada. Lo había hecho por voluntad propia. Sus ojos me transmitían una tranquilidad increíble, más que la de Tyler…creo. No podía moverme de lo perpleja que estaba.

Different MindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora