El aire fresco se siente bien aquí fuera, lejos de todos aquellos que mantenían su mirada sobre mí, incomodándome sin pretenderlo.
Me abrazo a mí misma cuando la brisa nocturna me azota con fuerza, intentando tapar mis brazos desnudos, y de pronto me arrepiento de haber salido.
Busqué a Isaac, pero se quedó hablando con mi hermana y su prometido. Y simplemente le dije que necesitaba aire, a lo que esperaba que se ofreciese a acompañarme, pero como de costumbre, no lo hizo.
Respiro con profundidad, mientras la máscara que me obligaron a ponerme allí dentro se escurre por mi nariz, haciéndome unas cosquillas insoportables.
Me la arranco, incapaz de aguantarla un minuto más, y pienso en la excusa perfecta para irme a mi habitación y olvidarme de todo esto, pero no se me ocurre nada creíble.
—Bonito colgante.—Escucho a mis espaldas, una voz suave y grabe al mismo tiempo. Miro de reojo al chico que se ha posicionado en la otra esquina del pequeño porche y suspiro.
—Gracias.—Suelto con frialdad, esperando no tener que contestar mucho más.
—Te he visto allí dentro.—Dice.
Me giro ligeramente, solo con curiosidad por verle la cara, y me congelo al ver su silueta.
Va vestido exactamente igual que Isaac, con un traje blanco, corbata negra, y hasta la rosa que mi hermana Lydia le regaló, colocada en el bolsillo de su chaqueta tal cual hizo Isaac. Por un momento vacilo, incluso llego a pensar que puede ser él, pero es imposible que le haya cambiado tanto la voz de repente, y me aclaro la garganta.
—Dado que soy una de las dueñas de la casa, era de esperar. ¿No crees?—Digo, y me quiero pegar de pronto por ser tan borde con este joven de impactantes ojos azules.
—Eres muy difícil de conquistar. ¿Lo sabías?—Pregunta, y noto el rubor invadiendo mis mejillas.—Es broma.—Aclara, y la vergüenza de habérmelo creído me azota de golpe.
—Qué gracioso.
Me froto con suavidad los brazos, notando la piel de gallina que han adoptado, y me mira tras esa máscara negra con preocupación.
—¿Tienes frío? Si quieres puedo...—Se empieza a quitar la chaqueta, pero me separo de la columna en la que estaba apoyada y niego con la cabeza.
—No hace falta que te molestes.—Suelto.—De todas formas ya me iba.
Paso por su lado, incapaz de creer lo que acabo de decir, y trago con fuerza cuando se queda a mi espalda con los brazos cruzados.
Las grandes puertas de mi casa se abren cuando me posiciono ante ellas, dejándome ver directamente a toda la gente que se ha acumulado aquí dentro.
Paso entre los invitados, intentando que no pisen mi vestido y a poder ser mis pies tampoco. Recibo codazos y disculpas de todo tipo, pero intento concentrarme en la tarea de buscar al chico de traje blanco que hace rato estaba esperándome.
Y cuando lo veo, me quedo con los brazos tensos.
Isaac Tanner está apoyado en la barra de la cocina, con una copa de alguna extraña bebida entre las manos, y me sonríe con dulzura desde la lejanía.
Me acerco como puedo, incapaz de despegar la mirada de la de él, y cuando la masa de gente se interpone entre nosotros le pierdo de vista. Mi corazón se acelera, incapaz de creer que le haya perdido en cuestión de segundos, en una simple línea recta.
A menos que él se haya movido.
Giro la cabeza de un lado a otro, buscándole con frenetismo, pero resulta difícil cuando mides nada más que un metro cincuenta. Me intento poner de puntillas, pero cuando voy a darme la vuelta, una silueta firme y alta se interpone en mi camino.
![](https://img.wattpad.com/cover/84273838-288-k160833.jpg)
ESTÁS LEYENDO
GUARDAESPALDAS •¡YA A LA VENTA!• ©
Romance¡YA DISPONIBLE EN FÍSICO Y EN EBOOK! Publicación en Amazon, ya a la venta. La familia de los Hamilton esconde un gran secreto. Uno que Aria, la más joven del linaje, desconoce. La vida de la pequeña de diecisiete años había sido un completo mister...