ARIA
Mis ojos se sienten pesados, quizá, más de lo que nunca se sintieron.
Mi cabeza da vueltas y pesa sobre mi cuello. Mis dedos tiemblan, casi como si pudiese percibir el peligro. Intento abrir los ojos, pero estoy tan débil que no sé ni cómo me mantengo sentada.
Ah sí, claro que lo sé. Estoy atada.
Una rugosa y áspera cuerda me mantiene inmóvil, sujeta con tanta fuerza que casi no logro respirar a lo que supongo que es una silla.
Intento recordar. Recordar cómo demonios llegué aquí y por qué que me duele tanto la pierna.
No es hasta que logro organizar mi cabeza que recuerdo todo lo que pasó, y cuando lo hago, me obligo a luchar contra las ataduras con todas mis fuerzas.
Muevo los hombros con todas las fuerzas que logro reunir, y aunque es en vano, logro aflojarlas lo justo para poder respirar con normalidad.
Abro los ojos, y la inmensa oscuridad me da de lleno en la cara, aunque la asumo como si hubiese sido esperada.
Recuerdo apenas haber llegado aquí, haber gritado un par de palabras a estos malnacidos y que uno de ellos me había pegado un bofetón.
Noto la piel de mi mejilla palpitante, ardiendo bajo el pelo que tengo pegado a la cara.
No ha debido de pasar mucho tiempo, ya que se sigue notando irritante.
Muevo la silla, de un lado a otro con fuerza, para intentar desatarme una vez más, pero lo único que consigo es caer de lado de un movimiento torpe.
Mi cabeza vuelve a estar confusa, tanto que mis pensamientos no se escuchan con claridad, y el dolor que siento en el brazo derecho es arrollador.
Mi pelo cae sobre mis ojos como una cortina de humo, pero tampoco tengo nada que ver.
Grito por intuición cuando noto la herida de mi pierna volver a abrirse, pero nadie da señales de vida.
¿Y si no hay nadie? ¿Y si estoy sola en medio de sabe dios dónde? ¿Y si me van a dejar aquí por siempre? ¿Y si han cogido mi collar y han decidido que abandonarme con una herida de bala sería más divertido que matarme?
Noto la sangre fluir por mi pantalón, y aunque no lo veo, sé que se ha construido un charco de sangre en la sala.
Entonces, y justo cuando abro la boca para gritar otra vez, la puerta de la pequeña sala se abre de par en par.
Cierro los ojos de golpe, y el pelo delante ayuda a que no me deslumbre tanto la luz que de repente ilumina todo.
—Niña estúpida mira lo que has hecho.—Dice con furia, y me agarra del cabello hacia atrás para obligarme a mirarlo.—Eres un poco pesada ¿Sabes?
—Déjalo ya Rob, llévala a la enfermería. No queremos que se muera antes de tiempo.—Otro hombre aparece a su espalda, uno calvo y flacucho, todo lo contrario al primero.
—¡Ayúdame, merluzo!—Exclama el primero, y el segundo susurra algo que no comprendo a regañadientes.
Ambos me desatan, con toda la confianza del mundo, y me cogen por los hombros y por los pies.
Lucho por bajar, por escapar ahora que estoy desatada, pero sé que si lo hago moriré por desangrarme. Sería algo estúpido.
Me llevan a una sala totalmente blanca, con varias camillas a los costados de la que me dejan, y se quedan admirándome con sus ceños fruncidos desde la altura.
—No comprendo cómo esta niña se la ha podido jugar tanto tiempo a la jefa.—Dice el tal Rob y aprieto las manos con las pocas fuerzas que me quedan.
![](https://img.wattpad.com/cover/84273838-288-k160833.jpg)
ESTÁS LEYENDO
GUARDAESPALDAS •¡YA A LA VENTA!• ©
Romance¡YA DISPONIBLE EN FÍSICO Y EN EBOOK! Publicación en Amazon, ya a la venta. La familia de los Hamilton esconde un gran secreto. Uno que Aria, la más joven del linaje, desconoce. La vida de la pequeña de diecisiete años había sido un completo mister...