Todas las miradas están puestas en mi posición, todas ellas admirándome con sorpresa.
Trago con fuerza cuando veo a Ethan al fondo, mirándome con una gran sonrisa en el rostro y los brazos cruzados sobre su firme pecho como suele hacer.
Me obligo a caminar, cuando todos me miran como si fuese una loca aquí parada, justo en el umbral de la puerta.
Las paredes son de un blanco hueso muy elegante, más de lo necesario para ser un gimnasio.
Me aprieto la coleta alta y me acerco a uno de los grupos que se mantienen hablando entre ellos, seguramente sobre mi ridícula vestimenta.
—Hola.—Digo, cuando sus miradas me fulminan mientras me acerco.
Ninguno dice nada.
Dos de las chicas se agarran las manos, como si verme hubiese sido una gran sorpresa.
Desvío la mirada, intentando asumir que ninguno va a decir nada, y me abro paso entre ellos con tranquilidad.
Avanzo hacia el fondo, cada vez más cerca del que parece ser el profesor, el que se hace llamar Ethan Blake y que guarda mi habitación cada noche.
Visualizo entonces el cabello rojizo de Gemma, y aunque no pretendo hacerlo, mis ojos miran su muñón con un nudo en el pecho.
Y pensar que si hubiese llegado unas horas antes a la enfermería esta chica podría haber conservado el brazo...
—Con todos ustedes, la única heredera...¡Aria Hamilton!—Exclama con humor, inevitablemente haciéndome reír por primera vez en semanas.
—Creo que para ellos solo soy un bicho raro.
—Un bicho raro con unas piernas de escándalo.—Bromea.
Niego con la cabeza, sonriendo tontamente, intentando no fijarme demasiado en los brazos desnudos del de pelo negro. Cada músculo, cada parte de sus musculosos brazos se ve a la perfección desde mi posición, por lo que me resulta muy difícil concentrarme en las palabras de Gemma.
—No creí que te atreverías a aparecer.—Murmura.
—¿Por qué no?
Se pone a mi lado, apuntando con su única extremidad posterior al chico de la camiseta negra de tirantes.
—Ethan Blake.—Pronuncia.—El mejor guardaespaldas de toda California.—Su entusiasmo me hace querer que no pare de hablar de él.—Nunca, y digo nunca—Se detiene un instante.—Dejaría que la heredera al trono, por así decirlo, asistiese a clase, estando en alerta roja, claro.
—¿Alerta roja?
Asiente.
—No sé si soy yo la que debe explicarte esto, Aria.—Comienza.—Pero desde que tu padre murió, Derek está al pendiente de que no vengan a por ti.
Aprieto la mandíbula, con el pecho encogido al escuchar su nombre.
—No quiero que ninguno de vosotros peligre por mí.—Murmuro.—Yo...
—No te preocupes, Aria.—Admite, pasando su brazo por mis hombros.—No te miran como un bicho raro.—Dice.—Eres su reina, Hamilton. Todos aquí se preparan para protegerte.
Siento un calambre en la pierna al cargar más peso sobre ella, pero no le doy importancia. Después de escuchar sus últimas palabras, nada más que eso tiene mi atención.
¿Por qué esta gente se preocuparía por protegerme a mí?
Ethan aplaude, pidiendo silencio en la sala, y todos le prestamos atención.
![](https://img.wattpad.com/cover/84273838-288-k160833.jpg)
ESTÁS LEYENDO
GUARDAESPALDAS •¡YA A LA VENTA!• ©
Romance¡YA DISPONIBLE EN FÍSICO Y EN EBOOK! Publicación en Amazon, ya a la venta. La familia de los Hamilton esconde un gran secreto. Uno que Aria, la más joven del linaje, desconoce. La vida de la pequeña de diecisiete años había sido un completo mister...