2P! Alemania× Lectora "¿Amor prohibido?"

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-¡Es hora de correr!-
-¡Concuerdo contigo (t/n)!-exclamó el chico de cabellos castaños quién lanzó una granada(bomba) la cual explotó destruyendo las paredes del edificio. Con rapidez llegaron al primer piso y subieron al auto el cual conducía un canadiense con cara de pocos amigos.
-De nuevo los volvieron a descubrir, alguna vez pensaron en hacer bien y discreto su trabajo?-preguntó el de ojos violetas quien aceleró para que los guardias rusos no le alcancen.
-Es que el cabeza de lechuga aquí presente-señalaste a Allen-dijo "(t/n), en la habitación de a lado hay bebida, ahora vuelvo...¿te lo traigo algo?"-imitaste la voz de Allen quien te miró fulminante.
-Yo lo hice por buen amigo, además tenemos la información,¿no?...-dijo el vegano quien le dió el Flash USB a su hermano. Tu trabajo en la mafia francesa no te permitía tener errores, pero con el grupo que te asignaron, todo era más diversión y misiones exitosas.
Desde tu reclutamiento demostraste perseverancia, valor, determinación y buen manejo de las armas. François quien era tu jefe apreció cada detalle de tus dones y los explotó al máximo para cumplir sus objetivos como robarle información a la mafia rusa.
-¿Ya llegamos?-interrogó Allen mientras leía una revista... ok, tus ojos (c/o) enfocaron algo no censurado. Sin decirle nada, le arrebataste de sus manos la revista y abriste la ventanilla del auto.
-¡Hey!¡¿Qué haces?!-exclamó molesto.
-Puedes leer estas cosas en tu habitación, pero en una misión no, despídete de ella-sin titubeos arrojaste la revista fuera del auto dejando al par de hermanos perplejos.
-Sabes que me vengare ¿verdad Doll?-dijo con una mirada pícara el estadounidense.
-¿Y sabes que si sigues acercándote, habrá uno menos en este auto?-Allen chasqueo con la lengua para después hacer un puchero que no borró de su cara hasta llegar a la mansión.
-Como siempre, un trabajo impecable-dijo tu jefe sin cambiar su expresión seria.-Vayan a descansar un poco que mañana deberán robarle algo al siguiente idiota...-les pasó tres archivadores que contenían la información de sus enemigos.
-¿La mafia italiana?¿Están de broma?-preguntó el pelicastaño.
-Ya se que tuvieron varios encuentros anteriormente con ellos, pero tienen información valiosa que robaron de la mafia americana y asiática, digamos que ellos hicieron el trabajo sucio-dijo un chico de cabello rosa que traía una bandeja con varios postres.
-¿Por qué pones esa cara (t/n)?-te preguntó François dudoso al verte sonrojada.
El motivo de tu sonrojo era que dentro del archivador había fotos de los integrantes de la mafia italiana. Entre ellos estaba un hombre de cabellera rubia y ojos violetas, tu corazón comenzó a acelerarse cuando recordaste la última vez que lo viste. Lutz era buen contrincante y ambos lucharon en varias ocasiones, las heridas eran muy notorias en sus cuerpos ya agotados, pero en un descuido, el alemán quedó sobre ti. Pensabas que él acabaría con tu vida para seguir las órdenes de su jefe, pero Lutz tenía otros planes... era inevitable recordar sus labios, esos besos brucos, demandantes y agradables... pero antes que pase algo más, te liberaste de su agarre.
"•Te dejaré ir, pero si te vuelvo a ver, no estoy seguro si podré contenerme•" esas fueron sus palabras.
-N-nada... mañana tomaremos el primer avión con rumbo a Italia-sin cruzar palabras con alguien más, saliste de la oficina del francés.
Mirar la foto del alemán te hizo dar un suspiro mientras veías desde el balcón de tu habitación, sabías que él era un chico reservado, serio, duro y no era muy expresivo que digamos, pero ¿Por qué actuó de esa forma en esa batalla?.
Temiendo que tu corazón salga lastimado por esos recuerdos, guardaste el archivador en tu mesita de noche, no querías imaginar que todo era un simple juego, que solo fue por capricho besarte... ya que tu trabajo y el amor estaban separados por una gran distancia, tu mente no te permitía ir más allá de esa regla.
......................
°•Al día siguiente-Italia•°
-¿Todo listo?-le preguntaste a Oliver quien intentaba jaquear el sistema de seguridad de la casa de Luciano.
-Todo salió correctamente, hay pocos guardias así que será fácil robar la información, dear~-
-Hay pocos, pero son los más problemáticos, Luciano no es idiota, así que hay que ser precavidos si en verdad apreciamos nuestras vidas-agrego Matt antes de lanzarle un dardo con somnífero a los primeros guardias. Con rapidez entraron a la mansión la cual estaba completamente obscura, el plan consistía en que Allen revisaría la plata baja, tú el segundo piso y Matt el tercero.
Cumpliendo tu deber, revisaste cada una de las habitaciones llegando a la sala de control encontrando a un sujeto frente a la computadora. Para evitar problemas, usaste otro dardo que dejó inconciente al muchacho.
-Esto no... esto no...-buscabas la información en la computadora antes que alguien descubra su paradero.-¡Bingo!-
Sacando tu Flash extraiste los datos correctamente, pero al querer salir de la habitación, chocaste con alguien.
-¿Otra vez tú?-delante de tí estaba el alemán con un arma en sus manos, sus ojos violetas pasaron por tu cuerpo.
-Hmp... hazte a un lado si no quieres que te lastime-sonreiste divertida mientras le apuntabas con tu arma para dormirlo con un dardo.
-¿Creíste que no nos daríamos cuenta de su plan?... mira por la ventana (t /n)-dijo con el ceño fruncido, desconfiada hiciste caso a sus palabras. Tus ojos (c/o) se abrieron de par a par al ver a Matt y Allen siendo apuntados por uno de los guardias.
-Liberalos ahora o arrojaré esta información a la fuente que esta allá-le señalaste la fuente de agua que se encontraba fuera de la casa-borré todos los archivos de sus computadoras así que no tienes otra opción-
-Aprovechar la ausencia de Luciano fue una valiosa jugada pero...-se acercó poco a poco a ti-Yo estoy a cargo de esto...-
-Aléjate ahora!-le gritaste.
-Te dije que si te volvía a ver, no me contendría...-no querías caer ante esos ojos violetas, analizaste la situación un momento, así que sólo te quedó usar el plan B.
-Matt, atrapa!-lanzaste el Flash por la ventana en dirección al canadiense y usaste el dardo para dormir al guardia que apuntaba a ambos hermanos. Pero en ese descuido, Lutz te tomó de brazo para acorralarte contra la pared dejandote indefensa.
-Muy lista (t/n), pero esto te costará caro-sonrió un poco mientras unía sus labios con los tuyos.
-¡Basta!¡No quiero!...-
-No mientas...-susurro en tu oído.
-No quiero que juegues conmigo...-el alemán paró sus besos y te miró confundido.
-¿Crees que quiero usarte?... cielos, debes conocerme un poco más-dijo el rubio mientras aflojaba su agarre.
-¿A qué te refieres?-
-Tuvimos nuestros encuentros, luchamos cuerpo a cuerpo, vi tus gestos y tus habilidades... ¿crees que no me llegarías a gustar?-preguntó ahora con un ligero sonrojo en sus mejillas. Ahora entendías esas miradas y esas veces que les dejaba escapar sabiendo que Luciano le regañaría por su acción.
-Yo... no puedo- si no fuera por tu trabajo, tal vez le hubieras dado una oportunidad a tu corazón.
-(t/n), dejemos esto en... trabajo alejado de amor, te veré con más frecuencia aunque no quieras, no me importa los berrinches que hagas-sentenció antes de darte un beso en el cuello, e inevitablemente soltaste un ligero suspiro.
-¿Un amor prohibido?-le preguntaste con algo de miedo.
-Sí, pero no me interesa los idiotas que se opongan ante eso... después de todo, eres la primera persona que me hace sentir humano-dijo antes de caer inconciente en tus brazos ¿Por qué? Pues Allen entró a la habitación y le disparó con el dichoso dardo.
-¿Qué hiciste idiota?-le preguntaste molesta.
-Te tenía rodeada (t/n), vamonos ahora,que Luciano está en camino...-sentenció el estadounidense.
Sin otra opción salieron de la casa concluyendo la misión con éxito.
-Cielos (t/n), si que Lutz te dejó su marca~-señaló Oliver mientras veía tu cuello, con un sonrojo notorio tapaste con tu mano la parte afectada.
Tal vez esté prohibido, tal vez esté contra sus reglas, pero fuera de que eras una integrante de la mafia francesa, también eras una mujer... darle una oportunidad a Lutz no era mala idea, además él también quería sentir ese afecto de la mujer que flecho su corazón con un primer combate.
Y no podías evitar sentirte vigilada en las siguientes semanas, ya que cierto alemán te veía analizando cada parte de tí, causando que ese amor vaya creciendo aún más.
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One-shots  Hetalia ♤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora