Nyo! Belarus×Lectora "Perdóname" (Final Alternativo)

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-Nikolai...-

¿Era posible lastimar a una persona de ese modo?
El color blanco crema adornaba el interior de la iglesia, elegantes ramos de flores blancas con decoraciones doradas, bellísimas damas con vestidos pomposos, invitados susurrando sobre la situación y una novia con lágrimas en los ojos al saber que su prometido nunca llegaría.
Se supone que debía casarse ¿no es así?... todos comenzaban a criticar la ausencia de Belarus y pocas eran las personas que consolaban a la novia de cabellos azules quien maldecía con toda su alma a ese muchacho que rompió su corazón.
Belarus estaba seguro de lo que hizo, con un traje de novio corría sin mirar atrás para llegar a un dichoso parque. Se suponía que iba ser el día más feliz de su vida, que podría casarse con la persona que amaba, pero desgraciadamente se dió cuenta muy tarde de lo que tenía.
Tras la fiesta de compromiso, él se percató que un chico ruso comenzaba a cotejar a su mejor amiga, quien no dudó en comenzar desde cero. Nikolai sabía lo que tú sentías, al principio no asimiló con claridad tal información mientras andaba con su exprometida, pero ahora, Ivan quería ser quien cure esa herida.
En un comienzo lo vió como celos de mejores amigos, pero con forme frecuentabas ver al ruso, una sensación desagradable crecía en su interior. El tiempo fue muy corto, pero esos sentimientos llenaron su pecho. Molestia, inquietud, desconfianza, celos... al último momento pudo arrepentirse de la decisión que había tomado. Ese día que los vió bailar, parecían una pareja destinada a encontrarse, sus pasos eran sincronizados y solo se miraban entre sí.
-¿De qué sabor quieres tu helado?-preguntó Ivan con una sonrisa.
-Uno de (s/f), por favor...-comentaste al igual que una niña pequeña, después de ese intenso dolor, comenzó a salir el sol para ti. El ojivioleta era muy amable al igual que dulce, tenía unas formas diferentes de expresar su interés por ti. Nuevamente tu corazón comenzaba a sentirse libre, que podías volver a creer en un amor que esta vez puede ser correspondido, a ojos de tus amigos parecía que habías superado a Belarus, aunque de vez en cuando, recordabas las actividades que hacían juntos.
-En estos momentos Nikolai ya debe estar casado...-comentaste tras recibir tu helado-¡Gracias!-
-De nada, mi girasol... pensé que irías a la boda...-dijo el ruso tras probar la delicia entre sus manos.
-Sabes más que nadie el motivo por el cual no fuimos, cuando lo vea me sentiré la peor amiga del mundo...-con algo de dificultad, le contaste al ruso todo lo que pasó entre Nikolai y tú, los sentimientos no correspondidos y la palabra que quebró tu corazón ese día. Él comprendió tu situación y se propuso a cerrar las heridas, aunque no lo dijo directamente, Ivan comenzó a desarrollar sentimientos a tu persona.
-Si preguntan, les diré que estuviste conmigo, da~?-
-Da~...-esa sonrisa cautivaba cada vez más al ojivioleta, solo a tu lado podía tranquilizar su corazón de la presión del trabajo.
-Esos dos... que molesto...-susurró el rubio escondido tras unos árboles. Fulminaba con la mirada a Ivan quien se percató rápidamente que alguien los vigilaba. El ruso ubicó a Nikolai con la mirada y este le sonrió como si nada estuviera pasando.
-¿Ivan?-le llamaste al tocar su hombro.
-¿Quieres ir a mi casa?... es que quisiera ver una película contigo...-ese cambio de ánimo fue repentino que te dejó confundida.
-Tengo dos horas más de libertad antes de ir a la cafetería, así que está bien...-le respondiste tras ver tu reloj.
Ambos comenzaron a caminar mientras compartían uno que otro chiste, pero sentías un escalofrío recorrer tu espalda.
Nikolai por otro lado, comenzó a seguirlos sin llamar mucho la atención, estaba seguro que Ivan planeaba algo. A pesar de las innumerables llamadas por parte de Rusia y Ucrania, él no contestaría hasta saber el plan de su rival, ya que ese día se propuso a recuperar lo perdido, cueste lo que cueste.
Al llegar a casa del ruso, esta se veía limpia y con un estilo clásico, Ivan te ofreció un vaso de jugo de (s/f) antes se sentarse en el sofá de la sala.
-(t/n), siéntete como en casa, ya es la quinta vez que vienes y estás como soldado-se burló el ojivioleta al acariciar tu cabeza.
-Que cruel...-Hiciste un puchero que hizo sonrojar a Ivan, pasar tiempo con él era diferente.
Antes de comenzar a ver la película, tu celular comenzó a sonar debido a un mensaje, el plan era ignorar por un par de horas el aparato y disfrutar de la compañía de Ivan, pero cada 10 segundos sonaba. Tras revisarlos te diste cuenta que eran de Belarus.
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One-shots  Hetalia ♤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora