Suecia×Lectora "Alas de Ángel"

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Con la luz de la luna traspasando la ventana, escribías una carta para mandarla a cierto individuo, con la pluma en tu mano, finalizaste con un "Espero tu respuesta".
-(t/n), es hora de dormir...-se escuchó del otro lado de la puerta, el guardia continuó su camino para transmitir el mismo mensaje a las doncellas de la casa.
Al colocar la carta en el sobre, lo dejaste en la mesa y encaminarte a la cama, un suspiro salió de tus labios al recordar que tu vida estaba marcada. Debido a las innumerables narraciones de los viajeros mentirosos, por todo el pueblo se esparció el rumor sobre extrañas criaturas que secuestraban a las mujeres solteras para llevarlas a su guarida, por eso los jefes tomaron la decisión de proteger a las doncellas en una casa y casarlas con algún joven de clase alta.
Pronto llegaría tu turno, ya que varias de tus amigas fueron llevadas al altar sin previo aviso, pero no querías casarte con alguien que no amabas, estar encadenada a la persona incorrecta no estaba en tus planes.
-Ojalá reciba una respuesta... y pronto...-susurraste antes de cerrar los ojos. Pero la tranquilidad no fue duradera ya que escuchaste un ruido en el balcón. Dabas por seguro que "él" estaba a unos metros de ti, tus ojos seguían cerrados mientras se escuchaban los pasos al adentrarse en la habitación, la persona se encaminó al escritorio y tomó la carta para guardarla en su abrigo azul.
Los ojos azules del muchacho se enfocaron hasta donde te encontrabas, sin titubeo alguno, se acercó a la cama, ya que él quería acariciar tu cabello (c/c).
-Pronto serás libre, (t/n)-se escuchó esa voz grave.
Un ligero calor apareció en tus mejillas al sentir su mano sobre tu cabeza, dabas por seguro que tenía su expresión seria, pero eso no quitaba el hecho que Berwald se preocupaba por ti. Después de varios meses, esa persona a la cual tachaban por monstruo estaba en tu habitación cuidando de ti sin ninguna mala intención. Ambos recordaban ese primer día en que se conocieron, las criaturas con alas enormes no eran tan malas como decían los viajeros, ese joven te había ayudado ya que hace un tiempo, te habías perdido en el bosque, junto con sus compañeros decidieron formar un pacto el cual señalaba que serían amigos por mucho tiempo. Con forme pasaban los días, las presiones sobre el casamiento se incrementaban, era arriesgado para ellos acercarse al pueblo, pero uno de los chicos ignoró las reglas creando estrategias para visitarte.
"Prometo que algún día serás libre, yo me encargaré de eso..."
Las palabras del rubio fueron suficientes para no perder esas esperanzas, si había una leve posibilidad en la que podías escoger a esa persona amada, la espera valdría la pena.
-Hey, Berwald... la habitación de (t/n) es enorme...-la voz de Mathias se hizo presente en cuestión de segundos...¿qué hacía él ahí?.
-No hagas escándalo, ella está durmiendo...-le regaño el mayor sin cambiar su expresión.
El danés que tenía las alas de color rojo sonrió divertido ante las palabras de su amigo y no dudó ni un segundo en sacar ventaja.
-Tanto te gusta como para venir a diario~?-
Tu corazón comenzó a latir más rápido...¿ese muchacho decía la verdad?¿El sueco tenía sentimientos por ti?
-Vamonos...-se escuchó por parte del mayor quien se acercó al balcón y desplegó sus alas las cuales eran de un lindo color azul obscuro, bueno, su objetivo era recoger la carta...
-Ojalá pudiera decirte que tú también me gustas...-susurraste antes de conciliar el sueño.
............
°•Unos días después•°
-(t/n)...-al girar la mirada, la joven de cabellos negros te dedicó una sonrisa, para luego entregarte una canasta de pasteles. En tu caminata por el pueblo, siempre pasabas por la casa de tu mejor amiga quien fue una de las pocas chicas que pudo escapar de esa casa.
-Mari, muchas gracias...-dijiste al tomar la canasta entre manos.
-¿Cómo vas con tu "chico ángel"?-preguntó la ojimarron con picardia en su voz.
-No es exactamente un ángel...-dijiste sonrojada al recordar las palabras del sueco unas noches atrás.-Vino a recoger una carta hace unos días, pero no recibí respuesta, creo que se percató que no estaba dormida...-al contarle la situación, ella comenzó a dar algunos saltos de felicidad.
-Todo es por algo... le gustas, (t/n)...-
-¿A quién le gusta (t/n)?-por la puerta, entró en muchacho quien ayudó a escapar a Mari. El rubio de ojos esmeralda estaba acompañado por uno de los socios de la casa.
-Cuanto tiempo sin vernos...-ese socio era uno de los viajeros que difundió los rumores de las criaturas. El morbo en su mirada era lo más repugnante.
Al tratar de ignorarlo, éste comenzó a buscar conversación contigo, ya que él era uno de los candidatos a ser tu futuro esposo.
-Yo ganaré tu corazón...-susurró en tu oído el pelirojo.
-No soy un premio y no pienso casarme con un mentiroso como tú...-le dijiste sin titubeos.
-Vete de esta casa, los negocios que tengas con Arthur son otro asunto, estás incomodando a (t/n) y eso no lo voy a permitir...-intervino Mari antes que se arme una discusión.
-Descuida, de todas formas, ya debo regresar, los guardaespaldas nocturnos no tardarán en llegar...-le dedicaste una tierna sonrisa a la pareja quien no pudo evitar verte con preocupación y saliste de la casa con la cesta de pasteles en tus manos.
Ya casi eran las 19:00pm no tardarían mucho en enviar a alguien por ti.
-Y ya pasó otro día...-
-(t/n)...-esa voz, esa voz era inconfundible para ti, no era posible que ese chico esté en el pueblo. Comenzaste a buscarlo con la mirada, un chico con abrigo azul y cabello rubio se perdió entre las personas. No tenía esas alas, pero esa expresión en su rostro fue suficiente para seguirlo.
El sueco decidió adentrarse al bosque ya que estaba consiente que los guardias no lo verían, comenzó a acelerar el paso hasta que sintió una mano sobre su espalda.
-Te... encontré...-dijiste entre jadeos.
-Pensé que no me seguirías...-salió de sus labios.
-¿Dime, por qué no viniste en tanto tiempo?... pensé que estabas molesto conmigo al escuchar esa conversación...-
-....- no hubo respuesta.
-Estaba preocupada, pensé que nunca seria capaz de decirte que...-antes de confesar esos sentimientos que habías guardado desde hace mucho, unos aplausos sarcasticos se escucharon en el bosque.
-Hermoso, divino... entonces por este infeliz no quieres casarte conmigo?-era el mismo sujeto da hace rato-¿(t/n), no te das cuenta que tu vida peligra?-
-Cierra la boca, no conoces nada de estas personas, crearon miedo innecesario en el pueblo privando de la libertad a varias chicas...-al decir esas palabras, la sonrisa cínica del hombre se borró en cuestión de segundos.
-Te equivocas, pude crear una nueva tradición, y como tu futuro esposo, no permitiré que vuelvas a ver a este monstruo...-de su abrigo sacó un machete-Le cortaré las alas para ponerlas en el cuarto, y cuando nuestros hijos me pregunten... "¿Papá, a quién le pertenece esas alas?"... yo les diré, del monstruo que quiso atacar a su madre...-
-Estas enfermo, no pondrás una mano sobre (t/n)...-Berwald se puso delante de ti-No dejaré que ella se case con alguien que no ama...-
-¿Y tú que sabes de ella?-escupió con odio el pelirojo.
-Claramente más que tú...-el sueco susurro unas palabras las cuales hicieron visibles sus alas, con rapidez te tomó en brazos para llevarte lejos de ese intruso.
-¡(t/n)!¡No puedes hacerme esto!-a pesar de sus gritos, ninguno hizo caso a su llamado. Tras unos minutos de vuelo, un silencio se formó entre ustedes, al ver sus ojos azules, él tenía un brillo especial.
-Te dije que serías libre, (t/n)...-mencionó el sueco antes de unir sus labios con los tuyos, una sensación calida rodeó tu cuerpo, delante de ti,estaba ese muchacho de quien su carácter te había cautivado.
-Pensé que estabas molesto...-susurraste tratando de ocultar tu sonrojo.
-No puedo enojarme contigo, después de todo, ambos compartimos los mismos sentimientos...-al tocar el suelo, habían llegado al territorio de las personas "ave".
-Apuesto a que ese hombre volverá a soltar los rumores...-dijiste al ver como cuatro chicos se acercaban con una sonrisa en sus labios.
-Descuida  (t/n), volverás para aclarar las cosas, tienes personas que estarán a tu lado, tal vez no podamos cambiar esa tradición de la noche a la mañana, pero ya diste un paso y cuando regreses, estaré a tu lado-confesó el muchacho al dedicarte una ligera sonrisa, la primera que viste en tanto tiempo.
-¡Bienvenida (t/n)!-Mathias se lanzó sobre ti, pero fue alejado por Lukas para darte espacio vital.
-Es un gusto tenerte aquí...-comentó Emil.
-Ponte comoda, preparamos una habitación especial!-el danés se veía emocionado, pero dentro de toda la conversación, Tino se acercó al mayor sacándolo de sus pensamientos.
-Me alegra mucho que esté sana y salva...-
-¿Estás seguro de que quieren volver a esa aldea?-preguntó el finlandés.
-Así es, pero todo a su tiempo, y cuando llegue ese momento, tendré la frente en alto para decir que... "ella es mi esposa"-los planes del sueco estaban marcados, él quería llegar a lo más profundo de tu corazón, estaba dispuesto a protegerte.
Algún día volverían a la aldea para desmentir todo lo que construyeron los viajeros y ahora tendrías al querido "chico ángel" a tu lado. Ganaron una batalla, pero la verdadera guerra recién comenzaría...
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One-shots  Hetalia ♤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora