"No pienses que estas enfermo o algo por el estilo, eres hermoso tal y como eres"
Tan solo una frase fue suficiente, tan solo una frase pudo llenar el corazón de aquél niño que tacharon como enfermo desde que tuvo uso de razón.
Solo recordaba esa vez en que su madre le transmitía odio con esa mirada vacía, culpandole de su posición en la sociedad, al igual que recibía las burlas de medio mundo por no tener un "hijo normal"... tanta fue la desesperación de la madre que decidió actuar de la forma más cobarde. Igual que un perro no deseado, se llevo al pequeño Antonio hasta un bosque alejado de la ciudad para abandonarlo ahí. El niño al principio no entendía lo que pasaba, solo podía ver el auto irse con una mujer que no se arrepentiría nunca de tal acto deplorable.
A pesar de que el pelicastaño corría tras el auto, su condición física no pudo resistir mucho más y cayó al suelo con lágrimas en los ojos llamando a su progenitora. Pensaba que ella volvería y solo lo hacía para darle una sorpresa, pero pasaron los días y nadie regresaba por él. Hubo uno que otro leñador que rondaba por ese bosque, pero solo veía al niño con cierta repugnancia ya que no era normal, este niño tenía algo que le hacía diferente. El rostro y cuerpo eran idénticos al del ser humano, pero las orejas y cola de leopardo sobresalían, a pesar de que trataba de esconderlas, un leñador no dudó en llamar a ciertos expertos en el tema con el fin de ganar una buena cantidad por la información. El pequeño español solo recordaba a unos hombres con batas blancas llevándolo a la fuerza a un laboratorio, a partir de ese día fue centro de varias investigaciones, todos los días le sacaban muestras de sangre al igual que alguno que otro experimento. Al principio él creía que estaba enfermo y esas personas podrían ayudarle a ser normal como un ser humano y poder encajar, pudo vivir con esa mentira durante un año hasta que escuchó a un sujeto burlándose de su ignorancia.
-"El nunca saldrá de aquí"-
Todos los días eran iguales para el pelicastaño, levantarse, ir a una sala, comer, ir a otra sala, tomar una siesta, comer otra vez y dormir. Cayó en la monotonía hasta que un día, cierta persona le dijo las palabras que necesitaba para sobrevivir.
-"Mi nombre es (t/n)... y el tuyo?"-preguntaba la hija del científico al mando del proyecto.
-"Soy Antonio...¿no me tienes miedo"-
-"¿Por qué lo tendría?"-
Las palabras de esa peli(c/c) fueron una luz entre tanta obscuridad, el español pudo tener un motivo para sonreír al recordar las palabras de esa niña la cual iba de visita para seguir con el negocio familiar.
Con forme pasaban los años, más "Híbridos" (como ellos llamaban) se adentraban al laboratorio. Ahora con 24 años de edad, Antonio vivía en su propia casa en el pequeño vecindario artificial que los científicos diseñaron para que tengan una vida más abierta. Todo por petición tuya, ya que después de graduarte de la universidad, formaste varios proyectos para esas criaturas que no tenían la culpa de lo que pasaba.
-Buenos días...-saludaste al ver que cierto pelicastaño con un delantal rojo abría la puerta.
-Buenos días (t/n)!-dijo sonriente el español que te dejó pasar a su vivienda-No pensé que vendrías, me hubieras informado antes para preparar algo para ti...-
-Descuida, además me gusta la idea de que fuera sorpresa...-respondiste al entrar a su casa, no había cambiado mucho desde la última visita, solo que esta vez había más fotos en la pared en donde se plasmaba a Antonio con sus amigos y también una contigo.
-¿Cómo estuviste esta semana?... me enteré que entraron otras personas, junto con Lovi~ les tratamos de dar la bienvenida, pero estuvieron a la defensiva...-todo lo que decía el pelicastaño siempre era con tranquilidad y una leve sonrisa, en tu memoria estaba aún la imagen de ese niño asustado y desconfiado de todos, pero desde que pudo tener una amiga, aprendió varias cosas entre ellas en valorar esa amistad sin dudar de ti.
-Algo pesada, estamos tratando de ampliar Hamilton...-Así le llamaron al vecindario.
-Si necesitas ayuda, yo estaré aquí en todo momento... y descuida, no volverá a repetirse lo del otro día...-eso último lo dijo con un ligero sonrojo el cual le obligó a darse la vuelta. Aún sentía algo de pena ya que su mitad leopardo entró en "calenturas" hace un tiempo y en tu visita trató llevarte hasta su habitación ese día.
-T-tranquilo, no pasa nada... y te tendré informado de cualquier detalle...-sonreiste nerviosa-Bien, dejemos el trabajo y vamos al centro por algo de comer...-
Querías que esas personas se sintieran lo más humanas posibles, así que en el vecindario contruyeron tiendas, plazas, un cine y restaurantes. A pesar de que todos los habitantes te conocían a detalle, todavía les incomodaba el hecho de verte con tu bata de laboratorio.
-¿Churros o helado?-le dedicaste una sonrisa.
-¿Qué te parece ambos?-respondió el pelicastaño.
-Buena elección...-con el tiempo formaron una solida amistad, no tenían secretos el uno al otro, todavía veías en sus ojos verdes esa pureza que te daba ternura. Tu corazón latía por una razón inexplicable al ver ese brillo, pero desgraciadamente no podías salir de tu papel como científica, ya que al más mínimo problema, tus colegas amenazaron con algo horrible.
-¿¡Qué hace esta mujer aquí?!-los últimos híbridos que entraron todavía no sabían de tus visitas.-Dijeron que aquí no nos molestarían...-
-Calmate amigo, ella no es mala persona...-respondió Antonio.
-Hazte a un lado, niño bonito... esta mujer es parte de las personas que nos arrebataron todo!-
-Deja de acusar a (t/n) de tonterías!-cierto italiano comenzó a defenderte al igual que Antonio-Si no fuera por ella, todavía estaríamos en celdas.-
-No me hagan reir, ella no pertenece aquí y si no la sacan de aquí, yo lo haré!-el hombre mitad búfalo trató de atacarte, pero el español comenzó a luchar contra él. Tanto fue el escándalo que las alarmas comenzaron a sonar y llamó la atención de los científicos fuera del vecindario. Unos llegaron con armas tranquilizantes en mano y no duraron en disparar a los alborotadores.
-¡No!¡Detenganse!-a pesar de tus gritos, ambos cayeron al suelo inconcientes para ser llevados fuera de ese espacio privado.-¿Cómo se atreven a lanzar tranquilizantes sin órdenes?-
-Lamento decirle señorita (t/a), pero el director quiere verla...-no pensabas que tu progenitor te mandaría a llamar, así que fuiste a su oficina a toda velocidad.
Tras pasar esa puerta, parecía que todo iría bien, pero a medida que fluía la conversación, tu corazón se estrujaba cada vez más.
-¡No puedes hacer eso con ellos!-exclamabas molesta.
-Lamento decirte esto, pero mañana se destruirá Hamilton, por el comportamiento de los rebeldes y con tu vida en peligro, no tengo otra opción que devolverlos a las celdas, además los científicos me informaron que formaste un vínculo sospechoso con el híbrido 003...-
Tu peor pesadilla se proyecto frente a ti, ciertos soldados comenzaban a prepararse para atacar ese vecindario, no podías permitirlo, ellos no podían pagar por otros, su vida estaba hecha ahí, nunca se habían sentido tan aceptados entre si. Con solo imaginarte las miradas llenas de terror al ver que se les apuntaban con un arma,era suficiente como para ejecutar tu plan de emergencia. Al igual que había rebeldes en Hamilton, también en el laboratorio... personas que estaban en contra de la retención de esos híbridos, así que junto con ellas comenzaron un proyecto secreto el cual estaba lejos de (t/p), este se encontraba en un bosque de Canadá.
-Antonio... Antonio...-llamabas al español que seguía bajo los efectos del tranquilizante. Una vez caída la noche, te escabulliste hasta las celdas de castigo.
-5 minutos más...-
-Nada de cinco minutos, es hora de irse...-le decías al muchacho quien abrió los ojos con dificultad.
-¿A qué te refieres?-
-No hagas preguntas por ahora...-tomaste su mano-En el patio se encuentran todos los habitantes de Hamilton y un helicóptero que los llevará al aeropuerto...-
Más corrían, más comenzaban a escucharse las alarmas, se percataron de la fuga.
-(t/n)... a dónde iremos?-
-Nosotros no, ustedes... creeme que desde la primera vez que te vi, sólo quería verte libre, así que comencé con el proyecto HYBRID N°2, en Canadá se encuentra un espacio reservado en donde ustedes podrán ser libres... los rebeldes estamos seguros que todo saldrá bien, varios de ellos se encuentran allá ahora y esperan ansiosos su llegada... Hamilton sera destruida, pero no se quedarán sin hogar...-al terminar esas palabras, llegaron hasta el helicóptero el cual estaba preparado para partir.
-(t/n), ven conmigo...-suplicó Antonio.
-No puedo, debo quedarme aquí para ganar tiempo y puedan escapar...-una vez más viste esa mirada la cual apareció en Antonio una vez de niño.
-Por favor, no puedes dejarme solo...-
-Lo siento, pero sé que podrán salir adelante...-dijiste al subirlo en el helicóptero.
-Tu vida está en peligro si te quedas...-
-...Esta es mi decisión...-antes de darle la espalda al joven de ojos verdes, sentiste una presión en tus labios. Antonio comenzó a besarte con desesperación con forme pasaban los segundos. Al sentir que el aire les faltaba, te separaste de él con una sonrisa.
-Les deseo suerte...-dijiste antes de tomar un arma y adentrarte al laboratorio. En él se encontraba a la cabeza tu progenitor con varios soldados listos a disparar.
-¿¡(t/n), cómo pudiste?!-
-Fue un error traerlos aquí en primer lugar, ellos no estan enfermos, son personas que tienen derecho a ser libres...-
-Años y años de investigación al caño... lamento decirte esto (t/n), pero pagarás con tu vida por semejante traición...-solo pudiste ver como los soldados levantaban sus armas.
-Acabarás con tu propia hija por el proyecto...,bueno, lo que reconfortará mi alma será que esas personas serán libres de ustedes...-cerraste los ojos esperando a que las balas lleguen a tu cuerpo, pero no pudiste sentir nada.
-Piensen antes de disparar esas armas-esa voz.
Los híbridos del último helicóptero todavia seguían en el laboratorio, sin dudarlo comenzaron a atacar a los soldados que caían uno a uno.
-¿Qué hacen aquí?-
-Pensaste que te dejaría ir así nada más?-te dijo al oído. Esa voz te hizo estremecer hasta lo más profundo de tu cuerpo.-Lamento decirte que no te podrás librar de mi tan fácil...-
-N-no puedo... oye...-decías mientras corrían por los pasillos.
-Tú fuiste mi luz entre tanta obscuridad desde el día que me hablaste, déjame ser ahora yo quien te guíe esta vez...-
-Vamos, vamos, vamos!-
Antonio estaba decidido a llevarte con ellos. Una vez llegado al helicóptero, estabas a solo un paso de abandonar esa vida la cual te mantuvo varios años dentro de ese laboratorio.
-¡(t/n)!-exclamaba tu progenitor.
Ignorando su llamados, ya estaban a varios metros arriba.
-¿Te arrepientes de algo?-rompió el silencio tu "secuestrador".
-No, valió la pena la espera... podrán formar sus vidas sin estar encadenados a un laboratorio...-
-Ahora nuestra vida será más emocionante, y sabes qué es lo que me hace feliz?-te sonrojaste al tener cara a cara a ese muchacho.
-¿Q-qué?-
-Que podré tenerte a mi lado en todo momento, si con tus visitas me hacías tan feliz,imagina como me siento al saber que te veré todos los días...-un beso con ese híbrido rompió esa pequeña distancia.
Todos tachaban a esas personas como monstruos o personas enfermas, pueden que tengan características distintas a las de un humano normal, pero eso no les hacía menos que otros. Junto con Antonio descubriste que los híbridos podían ser más sinceros que esas personas con bata blanca , pero no fue lo único que tu corazón pudo conocer...
Amor... esa era la palabra.
°•°•°♤♡♢♧•°•°•°
ESTÁS LEYENDO
One-shots Hetalia ♤
FanfictionHola, soy Mey!!!! Bienvenidos al libro de One-Shots de Hetalia~ dónde las historias dulces y algunas picantes se verán reflejadas en este libro. Será Personaje×Lectora o Personaje×Lector Sin nada más que agregar,espero que disfruten los One-sh...