One-shots Hetalia ♤

Sweet Devil! América×Reader "A sacrifice for love"

En esos momentos, el muchacho de ojos azules no sabía en lo que se había metido, tanto tiempo robando almas de mortales, la mayoría hombres y la primera vez que había intentado robar el alma de una mujer... perdió rotundamente al apostar su libertad y ella su alma.
Un juego de ajedrez había terminado con la libertad de Alfred, un demonio que le gustaba observar a los mortales y llevarse las almas de estos.
-¿No dejarás de fulminarme con la mirada? Ya pasó ocho meses...-sonreiste al ver tu programa favorito.
-...-Alfred no respondió nada y siguió volando por tu habitación.
-Dentro de unos minutos iré a la piscina...-
-Todavía no entiendo como tú...-se acercó peligrosamente a ti quedando cara a cara-logró ganarme en un juego tan simple... no lo logro comprenderlo-
-Dijiste que podía escoger el juego que quería... además tú no eres el único demonio en el mundo humano-le dijiste con un ligero sonrojo en tus mejillas, ya que Alfred estaba invadiendo tu espacio vital.
-Arthur perdió contra Mey en cocina... ambos fuimos los jueces ese día...-comentó pensativo al recordar la derrota del demonio británico.-Ese no es el punto, yo... Alfred, uno de los demonios más poderosos del inframundo es esclavo de (t/n), una humana normal-
-Lo dices con tanto desprecio, además ya te dije que no eres un esclavo... eres mi amigo-le explicaste al de alas obscuras, Alfred iba a decir algo más, pero tu alarma tocó señalando que era hora de salir. Tomaste tu bolso de color (c/f) y saliste de casa para llegar a la piscina justo a tiempo, dejando a Alfred con la palabra en la boca.
-¡Hey!¡Te estoy hablando!-una idea de seguirte pasó por su cabeza,pero fue interrumpida al ver que su otro compañero alado entró por la ventana.-¿Te hizo lo mismo,Arthur?-
-No lo negaré, esa niñita me dejó en casa solo, así que vine aquí para hablar contigo...-Arthur sacó de su bolsillo unos frascos que contenían un líquido en el interior.
-¿Qué se supone que son estas cosas?... ¿comida tuya?-
-No seas maleducado, idiota... es una poción...-Arthur le explicó la idea al americano quien sonrió picaramente accediendo al plan.
Ambos tenían planeado hacer sufrir a sus "amigas" en nombre de su libertad.
...................
°•En otro lado•°
-Vamos (t/n), tú puedes!!!-exclamó tu amiga de cabello negro. Estabas a punto de saltar desde el trampolín y diste el último suspiro antes de dejar caer tu cuerpo al agua.
-Tú puedes... todo saldrá bien (t/n)-te diste ánimos a ti misma, así que diste un salto para caer a la piscina. El agua estaba fría y era refrescante ya que estaban en primavera.
-Exelente como siempre~-canturreo Mey.-(t/n), qué tienes en tu espalda?-
-¿Eh?... es verdad, fue unos rasguños al intentar de ocultar a Alfred de mis familiares... se puso terco unos segundos y no quería desvanecerse-le explicaste a la muchacha.
-Ambos se llevan muy bien por lo que veo...-
-No se si "llevarse bien" son las palabras correctas, Alfred es... inesperado...-diste un suspiro causando un par de risas en la boliviana.
-Está más que claro... que el americano complicado robo tu corazón-dijo ella como si nada, estar enamorada de ese chico... ¿era posible?
Tu corazón latía con rapidez al ver que Alfred cuidaba de tí en las noches, dormía cerca tuyo, te seguía cuando salías de casa, no sabías si llamarle demonio o ángel guardián.
-No digas tonterías, él no para de molestarme todos los días, se ríe de mi cada vez que hago algo, por lo mínimo que sea, siempre se burla-desviaste la mirada, Mey sonrió por tu comentario dejandote confundida.
-Mi querida (t/n), recuerdas la vez que te pusiste celosa cuando su amiga vino de visita?-comentó ella al recordar que una diablesa citó a Alfred y Arthur fuera de tu casa.
-T-tú también te pusiste celosa con la llegada de Luciana...-te excusaste.
-No hablemos de eso y vamos a nadar...-comentó nerviosa la ojimarron quien tenía un sonrojo en sus mejillas, pero ese color rojo se desvaneció por completo.
-¿Mey?-
-Entra al agua,(t/n)... -dijo ella como si hubiera visto un fantasma, al enfocar tus ojos (c/o) hacia donde veía ella, casi das un grito al cielo.
-Alfred...-susurraste al ver que el americano se veía como un humano común y corriente, no tenía sus cuernos ni tampoco su cola y alas. A su lado estaba Arthur con una sonrisa en sus labios.
-Te encontré (t/n)-se acercó al borde de la piscina-Ese traje de baño te queda muy bien-
-¿¡Qué se supone que hacen aquí?!-les preguntaste al par de "humanos".
-Estabamos aburridos en casa, además quería estar a tu lado-te dijo Alfred, no sabías si esas palabras eran sinceras o sólo estaba jugando, no querías salir lastima por causa del ojiazul.
-Volveremos a casa... ahora-comento Mey al intentar tomar su bolso, pero el británico se la llevó a la barra para consumir algún refresco.
-¿Tienes sed, (t/n)?-preguntó Alfred.
-No... sólo quiero volver a casa-hiciste un puchero sacando un ligero sonrojo en las mejillas del intruso.
-¿Tanto te molesta mi presencia? ¿o es por ellas?-varias chicas miraban con ilusión al americano esperando el momento adecuado para acercarse.
-Creo que tomaré la primera opción... por qué no confías en mi por una vez en tu vida...-le dijiste sin temor alguno.
-¿A qué te refieres?-
-Todos los días me sigues a donde yo voy... crees que sería capaz de hacer algo malo?-Alfred se quedó callado ante esas palabras, había una razón por la cual te seguía a todos lados, pero ni él mismo lo podía recordar, Alfred sentía la necesidad de protegerte de todo y todos, aunque no lo admitiera, se había enamorado de su amiga o "ama".
-No es eso...-comentó el ojiazul.
-¿Entonces qué?-
-No preguntes y sigue con tu diversión, yo sólo veré desde aquí-
-Alfred... no me moveré de aquí hasta que me respondas-desafiaste al demonio disfrazado de humano quien no pudo contener esos impulsos de probar esos labios puros y besó por primera vez a la humana de quien se había enamorado.
Alfred te estaba besando, sus besos eran timidos y dulces, él esperaba alguna clase de golpe por tu parte, pero se quedó sorprendido al ver que correspondiste la acción. Cuando la falta de oxígeno se hizo presente, ambos se separaron más sonrojados.
-¿Qué fue eso?-dijiste en susurro.
-¿Qué más puede ser (t/n)?...-Alfred te tomó de la cintura atrayendote más a su cuerpo-Estoy... enamorado-susurro en tu oído causado un escalofrío.
-Pensé que...-
-Pensaste que por ser demonio , no me enamoraría?-miraste sus ojos azules los cuales brillaban más fuerte que nunca.-Pasaron varios meses... días y horas a tu lado... conociendote, observandote y amándote-
Sorprendida ante esa confesión, uniste tus labios con los de él para callar sus palabras.
Es demonio te quería más que a una amiga, se había enamorado de la ganadora en el juego, sus acciones, gestos, voz... todo le volvía loco al demonio americano.
.........................
Una vez que había pasado el día, volvías a casa entrelazando tus dedos con los de Alfred quien seguía con sus apariencia humana.
-Dejaré de ser un demonio...-soltó de golpe.
-¿¡Qué?!-
-Quiero compartir una vida a tu lado... ¿acaso está mal?-esas palabras fueron inesperadas, Alfred dejaría de ser un demonio por amor... ¿era posible?
-Alfred... creo que estás tomando decisiones apresuradas...-le dijiste algo nerviosa.
-No... se lo que quiero, tal vez deje de volar o manejar magia, pero lo haría por la chica de quien me enamoré-
-....- no le respondiste nada y caminaron en silencio hasta llegar a casa. El americano estaba seguro de sus palabras, tan seguroque puso un pie en tu habitación y comenzó a buscar en su libro algún hechizo que le ayude con su comentido.
Pasaron un par de horas y Alfred no apartaba la mirada de su libro.
-Oye... no tienes hambre?-le preguntaste para sacarle de su concentración.
-Ahora que lo dices... si, quisiera comer una de esas cosas con carne y pan que trajiste el otro día...-
-¿Hamburguesas?-
-Esas cosas...-sonrió picaro, así que decidiste hacer caso ante el pedido ya que ese antojo apareció al recordar las hamburguesas de ese centro de comida rápida.
-En un momento vuelvo... yo...-no pudiste terminar tus palabras ya que Alfred voló hasta ti y besó tus labios.
-N-nos vemos...-sonrojada saliste de la habitación, Alfred sonrió victorioso al ver lo que provocaba en tí así que continuó con su lectura.
-Después de volverme humano... qué haré?...podré ir a la escuela con (t/n), volvernos novios oficiales, estudiar una carrera... vivir juntos... uno o dos hijos no estaría mal-el americano comenzó a soñar con la vida perfecta a tu lado, aunque le costaría muchos años,lo haría por tí.
Pero esa ilusión se rompió ya que de un momento a otro sintió su corazón vacío... como si algo se hubiera ido.
-¡(t/n)!-salió por la ventana desplegando sus alas y buscar la energía faltante. Unas lágrimas rozaron su rostro dejándolo más confundido.
Tras volar unos metros más, llegó hasta el callejón cerca de ese centro de comida, allí divisó un cuerpo tendido en el suelo con una notoria cortada en el abdomen.
Alfred cerró los puños con furia, ya que ese cuerpo le pertenecía a la chica de cabellos (c/c).
-No, no , no...-se acercó a tí con la esperanza de que estuvieras viva-(t/n), no me hagas esto, hace un rato estabas sonriendo... por favor no me dejes, yo... yo te amo, (t/n)-
Al ver que no había respuesta alguna, comprendió que era tarde, una esfera de luz salió de tu pecho dejando una herida muy grande en el corazón del ojiazul. El demonio había ganado, tenía el alma de la chica, pero más que un premio, era un castigo...
-De qué me sirve si no la puedo ver sonreir...-
-Alfred...-se escuchó una voz en el callejón, su compañera con alas rojas apareció con una sonrisa.
-Luciana... n-no es buen momento-
-¿Estás llorando?... por favor, si ella es sólo una humana, sabías que pasaría esto...-en ese momento, Alfred recordó el por qué te protegía a diario-En ese encuentro hace ocho meses, tú debías quitarle la vida, pero al perder contra ella, la alargaste por mucho más de lo que esperaba... ya viste la fecha de su muerte sobre su cabeza? ¿O también perdiste esa habilidad?-
-Su línea de vida era larga... hasta que decidiera acercarme, ella era interesante... todo es mi culpa-las lágrimas de Alfred rozaban sus mejillas viendo el cuerpo sin vida de la primera persona que había amado de verdad, se sentían inútil al no saber que hacer, eras su joya más preciada y la arrebató al buscar un deseo propio.
-Es hora de llevarla al inframundo... cumpliste tu misión, eres libre...-
-¿Podrías dejarnos un momento a solas?-le pidió el ojiazul, Luciana accedió desvaneciendose en una pared de fuego.
-¿Qué problema no?... debo llevarte al inframundo... eres una humana, pero eres la humana que amo, (t/n), no pude protegerte... perdóname, perdóname!-
Ese día Alfred dejó caer sus lágrimas por toda la noche, ya que su chica había muerto por un intento de robo.
Alfred seria capaz de cualquier cosa por ella, devolverle la vida que le había arrebatado al fijarse en ella. Así que tomó la última opción.
No tardó mucho que Arthur se entere de la noticia... había una esperanza, pero a cambio de un alto precio.
-Hazlo... por favor...-
-Pero ella...-
-¡No me importa!¡Sólo salva a (t/n)!-
...............
Sólo recordabas esas voces que exigían la salvación de una humana, al abrir los ojos, te encontrabas en tu habitación. Miraste a todos lados y buscaste alguna señal de vida.
-¿Un sueño?... peculiar a mi parecer-sonreiste al recordar a esos demonios.
-(t/n), son las 7:45 am!-exclamó tu hermano.
-¡¿Qué?! ¡Llegaré tarde!-saliste de la cama como un rayo, pero había algo... algo faltaba-¿Cómo se llamaban? Arthur y... A-Alfred...-
Ese sueño pasó por tu cabeza todo el día, no era normal, no existían los demonios ¿verdad?
Bueno, eso es lo que la humanidad daba por echo, pero sólo dos muchachos sabían lo que pasó la noche anterior, ya que alguien dejó al amor de su vida por darle una oportunidad más en el mundo humano.
¿Alfred lo lamentaría?... tal vez, pero (t/n) estaba viva y eso era lo único que le importaba, las esperanzas de que ella lo recuerde todavía estaban presentes, pero él ya no quería intervenir en su vida, así que sólo la observará desde el inframundo.
-Si que soy un idiota...-
-Deberías luchar por ella...¿no crees?-
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