#69: The Holder of the Mind

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En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier institución de salud mental o clínica de rehabilitación. Aproxímate al escritorio frontal, y pregunta por ver a alguien que se hace llamar The Holder of the Mind. Recibirás una mirada de repugnancia por parte del empleado, que sostendrá sólo lo suficiente para que sea apenas visible. Entonces serás conducido a un pasillo que termina en un tramo de escaleras. El encargado se retirará en este punto.

Sube las escaleras. Continuarás subiendo en lo que parecen millas. Si tu paso falla en cualquier momento, o tomas tiempo para descansar, siquiera un momento de respiro, tu concentración perderá claridad rápidamente, hasta desvanecerse completamente. Si luego recuperas la conciencia, te encontrarás en el lugar que tu llamas hogar, y la institución habrá desaparecido.

Si este es el caso, agradece a tu dios, cualquiera que sea, que lo menos probable ha sucedido, estas a salvo. Si tu conciencia no regresa, entonces eres afortunado de que aún no te despiertan, para encontrarte en el lugar donde tus nefastos predecesores han llegado antes.

Cuando llegues al final de las escaleras, te encontrarás en un pasillo en muy mal estado, que parece como parte de un edificio de gran altura. La pared a tu izquierda tendrá muchas puertas. No abras ninguna de ellas, bajo ninguna circunstancia, independientemente de cualquier sensación que te incite a hacerlo. Este sentimiento es poco más que un truco.

Las puertas restringen segmentos de tu psique, que, gracias a los cielos, están bloqueados, liberarlos ahora, será un grave error. La pared a tu derecha, estará compuesta enteramente de vidrio. Viendo a través de este enorme vidrio, estará el lugar, cualquiera que sea, donde hayas nacido, aunque totalmente vacío y carente de vida.

Camina por el pasillo. Su longitud es variable, así que puede ser más largo incluso que la escalera que recientemente subiste. Al final del pasillo, verás una puerta de doble hoja. A diferencia de las demás puertas de este pasillo, debes abrir esta puerta, aunque sientas renuencia a hacerlo. Esto es normal, tu mente continúa intentando protegerte.

Supera este sentimiento, y entra en la oscuridad del interior. En un tiempo breve, un pequeño foco se encenderá en algún lugar de la oscuridad arriba de ti, alumbrando un área del lugar. A través de la luz reflejada, se puede ver la zona de los alrededores muy poco iluminada. Lo mejor es no ver muy de cerca las imágenes que apenas se perciben.

Verás que estás de pie en el centro de unos círculos dibujados en el suelo, lo que indica que estas en una especie de carpa de circo. Frente a ti, habrá un hombre corpulento con aspecto extravagante, con un sombrero de copa brillante que tapa sus ojos con su sombra, evitando que percibas su mirada. Hazle la siguiente pregunta: ¿Qué me han ocultado?

Habla con claridad, y lo más importante, habla en voz alta. Habla como si te estuvieras dirigiendo a una multitud de miles, o el maestro de ceremonias delante de ti tendrá que quitarte de escena de una forma pensada para complacer a los seres que observan en ese momento. Su sentido de entretenimiento es muy diferente al de cualquier ser humano, no querrás averiguar cómo.

Si aplacaste al maestro de ceremonias, el romperá su látigo. El sonido será imposiblemente alto, y será acompañado de un destello de luz cegadora. Él habrá desaparecido, y en su lugar, encontrarás a otras dos personas. A tu izquierda, estará la persona que tú mas has odiado, quien quiera que sea, a quien guardes el más profundo resentimiento y odio. A tu derecha, estará la persona a quién más has amado, quien más te importa. Estén vivos o no, estas personas aparecerán en carne y hueso, frente a ti.

Acércate a tu enemigo mortal, y sin decir palabra, él te entregará un cuchillo. Sentirás un fuerte impulso por clavárselo en el pecho, pero debes resistir este impulso a cualquier costo. En lugar de eso, debes usar el cuchillo para retirar con él, el corazón de aquel a quien amas.

Ellos estarán conscientes de todo. Gritará sin cesar para que pares, llorando y clamando por entender el por qué de tu acción. No lo escuches y no dudes en tu tarea, la audiencia quiere ver derramarse la sangre de un débil y tú no querrás demostrar que eres un candidato válido.

Retira el corazón, y pásalo al maestro de ceremonia, quién está de pie detrás de ti. Luego, él te dirá con gran detalle, el primer pensamiento que te hizo tomar el camino en el que ahora te encuentras, y todo el contexto que lo rodea. Para algunos, este oscuro conocimiento, que reemplaza a una falsa construcción de la mente, puede conducirlos a tal desesperación que no podrán evitar clavarse el cuchillo en el pecho.

Si resistes a esta tentación, tu visión se ennegrecerá, y recuperarás la conciencia en el lugar en el que naciste, cualquiera que este sea. El cuchillo que usaste, está junto a ti, con una gruesa mancha roja, manchado para siempre con la sangre de todas las vidas que acabó.

El cuchillo es el Objeto 69 de 538. Ahora tienes el conocimiento del por qué comenzaste. Si los Objetos se juntan, tú serás el responsable.

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