#161: The Holder of Loss

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En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier institución de salud mental o centro de reinserción social a donde puedas llegar. Cuando alcances el escritorio principal, pon tu mejor cada de desesperación y angustia, aférrate en el borde de la recepción y murmura las palabras: “¡Me he perdido! ¿Puede él ayudarme a encontrarme?” a la criada del mostrador. Si ella se muestra con un semblante de amor maternal y trata de consolarte, ellos te han encontrado, y sus palabras de compasión serán las últimas palabras de bondad que escucharás antes de tu macabra muerte.

Si ella pone una cara de asco y suelta una cruel y fuera de personaje réplica: “¡No soy tu madre, ve a buscar a alguien a quién le importe!” has tenido éxito en esta parte de tu búsqueda. Mantén tu mirada y responde:“¡Bien! ¡Iré a donde me quieran!” entonces inmediatamente date la vuelta y camina hacia la puerta. Si hay alguna variación de esta conversación exacta, será mejor que termines con tu vida en el momento, porque ningún vehículo te llevará lo suficientemente lejos como para huir de las oscuras bestias que el Holder ha soltado para ti.

Cierra tus ojos y aprieta el mango de la puerta. Piensa en tus recuerdos más cálidos con tus seres queridos, y abre la puerta y ve delante. Una vez pases por la entrada, mantén tus ojos cerrados fuertemente por once segundos, ni más ni menos, entonces ábrelos. Estarás en el lugar donde dio lugar a tu recuerdo, y te verás allí, en tercera persona. Rápidamente busca cobertura, no querrás que tu yo del pasado te vea. Sabrás si lo hiciste bien si luego de permanecer escondido durante treinta segundos, fuiste visto; si así fue, el tejido de la realidad se hará pedazos, y tanto tú como tu ser del pasado serán arrancados de sus vidas y absorbidos por el vacío, siendo borrados de los corazones y memoria de todos aquellos que los recuerden.

Una vez te hayas escondido, deberás esperar en silencio. Eventualmente tu recuerdo variará de lo real, y en este punto deberás gritarte a ti mismo desde donde estás: “¡Tú eres una ilusión! ¡Toma tu verdadera forma!”Luego, tus alrededores se desvanecerán en oscuridad y todo lo que quedará serán tú y tu ser del pasado, sus ojos ahora ardiendo de odio ya que has echado a perder su diversión. Lo mejor es que hayas traído un arma, o que conozcas algún tipo de arte marcial, pues serás atacado por tu ser del pasado con una fuerza improbable, que sabes que no tenías en ese tiempo.

No deberás sucumbir ante este asalto. Espera a que esté a más o menos un metro de distancia, entonces arremete y golpea al demonio en la garganta. Si fallas, serás descuartizado, extremidad a extremidad, por tus propias manos del pasado. Si tienes éxito, la criatura colapsará contra el suelo, inconsciente, a pesar de si tu golpe era capaz o no de provocar tales daños. Deberás acercarte a tu ser del pasado y susurrar esto y sólo esto:¿Cuál es la pérdida que uno debe sufrir para tener éxito?

Si susurras cualquier otra cosa, la aparición recuperará la conciencia y te tomará de los tobillos, derribándote y procediendo a destriparte con sus propios dientes. Sin embargo, si preguntaste correctamente, la ilusión de ti mismo se desvanecerá para tomar la forma real del Holder: un hombre pálido sin cara. El hombre se levantará, y deberás mirarlo a donde se supone que debería tener los ojos. Si tu mirada se tambalea, tu castigo por tu falta de respeto es indescriptible para la lengua humana.

Una vez el hombre se levante, comenzará a hablar, y oirás su ronca voz desde cada ángulo, tentándote a buscar la fuente del sonido, pero debes resistir. Él te contará de cómo los hombres fallaron durante el comienzo de la era de los Objetos, olvidándose a sí mismos en su búsqueda de poder. Te contará de cada hombre que perdió su alma por su codicia, y qué llegó a ser. Este conocimiento no será traumático, pero te perseguirá por el resto de tus días, trayendo depresión incuestionable a cada minuto de tu existencia.

Luego que termine, deberás responder con: “No llevaré codicia, perderé todo antes que perderme a mí mismo”. Ante esto, cada hueso el hombre se quebrará y él se plegará en un montón, cuya carne reformará el suelo donde estás. Luego de ver esto, sin importar tu fuerza mental, vomitarás, todo se apagará, y colapsarás dentro del retorcido charco de carne y sangre.

Cuando despiertes, estarás fuera de la casa de tu ser más querido, y en tu bolsillo habrá una billetera hecha de la carne del hombre pálido. Ábrela, y encontrarás una identificación sin nombre, en cuya foto aparecerás tú con el hombre sin rostro.

Esta identificación es el Objeto 161 de 538. Con ella de tu lado, nunca te olvidarás de ti mismo.

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