#125: The Holder of Forgiveness

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En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier institución de salud mental o centro de reinserción social a donde puedas ir. Cuando alcances el escritorio principal, pregunta por ver a quien se hace llamar The Holder of Forgiveness.

El trabajador te dará una bofetada en la cara y te insultará. No pierdas la calma. Tranquilamente pregunta una vez más; quizás debas hacer esto varias veces. Finalmente, el trabajador, sin esconder que lo hace muy a regañadientes, cederá y te dará un número de habitación.

Mira el directorio de la institución para hallar la habitación. Podrás notar un largo pasillo extenderse desde el lado este del edificio, incluso a través de un pasillo que nunca estuvo allí antes, careciendo de toda lógica. Ve por allí, y encontrarás el número del lugar que el trabajador te dijo. Entra por la puerta, y debería llevarte a un enorme parque de atracciones, con stands de juegos y zonas de paseo. Si la puerta te lleva a cualquier otro lugar, sólo siéntate y acepta tu inminente muerte, oponer resistencia en este punto será un completo desperdicio de tiempo.

Si eres llevado al parque, el cielo debería estar oscuro, como si fuera de noche, no importa a qué hora hayas entrado. Todas las luces en el carnaval estarán encendidas, y la música sonará, pero no habrá gente, y ninguna de los juegos funcionará salvo uno: el carrusel. Espera en el torniquete a que el carrusel se detenga, entonces entra.

Una vez vuelva a girar, dos personas, un hombre y una mujer, aparecerán. Estarán vestidos como si fueran niños, y su apariencia será granulosa y en blanco y negro, como si se vieran a través de un proyector antiguo. Ellos subirán a uno de los caballos, pero no uno junto al otro. Habrá un caballo vacío entre ellos.

Ubícate en el caballo vacío mientras el hombre y la mujer ríen de una manera espantosa y sin alegría. No toques a ninguno de los dos, o entres en cualquier tipo de contacto físico con ellos, o su guardián llegará temprano. Ninguna fuerza en el universo podrá salvarte de su tormento una vez que éste llegue para defender a sus cargas.

Aunque te ignoren completamente, míralos firmemente y, como si no te dirigieras a nadie en particular, pregunta: ¿Quienes serán perdonados cuando llegue la hora? ¿Ellos o nosotros?

Afírmate firme del poste, porque el paseo parará abruptamente. Tu caballo quedará alineado justo en frente del torniquete, donde ahora habrá un un demacrado trabajador viejo con ropas sucias y harapientas, el pelo largo, grasiento, gris y enmarcando su rostro en ruinas. Mira en sus ojos cansados. Si él no te considera digno de la respuesta, tus entrañas se desgarrarán de tu cuerpo por su propia voluntad.

Si eres digno, sin embargo, el hombre se inclinará respetuosamente hacia ti. El carrusel comenzará a andar de nuevo, pero esta vez irá a velocidades vertiginosas. Agárrate fuerte. El hombre y la mujer comenzarán a carcajear con regocijo mientras todo se vuelve borroso. Pronto te estarás moviendo tan velozmente que el mundo entero a tu alrededor se volverá borroso, y la presión estará cerca de golpear tus órganos internos.

Las carcajadas aumentarán exponencialmente en volumen, intensidad y velocidad, a un punto más allá de lo soportable. Sentirás (mas no podrás ver, debido a la velocidad a la que girará el carrusel será imposible para ti ver nada más allá que una mancha borrosa) que el carrusel en sí y todo el plano de existencia en el que estás se desgarrará, y todo se volverá negro.

Cuando despiertes, estarás ante la recepción de boletos en la entrada al carnaval. El hombre que operaba el carrusel estará parado frente a ti con un semblante de disgusto. No te levantes o hagas movimientos repentinos; quédate completamente quieto, mientras responde la pregunta. No importa qué tan pesimista o negativo seas, te sentirás bastante, bastante menos optimista o esperanzado de lo que nunca imaginaste que un ser humano podía estar. Incluso la persona más amargada y hastiada de todas no podría manejar tanta pérdida de fe en la humanidad. Es posible que sientas el impulso vicioso de poner fin a tu vida inmediatamente, pero debes resistir.

Una vez el operador termine con la respuesta, el hombre y la mujer que estaban en el carrusel emergerán del carnaval, con la excepción que son ahora serán niños más que adultos. Irán donde el operador y lo abrazarán, y lo llamarán entusiastamente como su padre. Cuando lo abracen, emitirán una luz brillante. Protege tus ojos, para que no quedes cegado.

Cuando ya no sientas el calor emitido por la luz, podrás abrir tus ojos. Estarás de vuelta en la recepción de la institución a la que fuiste. El trabajador te dirá que había algo tuyo en la zona de objetos perdidos. Acéptalo.

El boleto de entrada al carnaval que has recibido es el Objeto 125 de 538. Se te permitirá la entrada cuando llegue el momento, pero sólo entonces te darás cuenta si es necesariamente algo bueno.

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