#74: The Holder of the Mark

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En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier institución de salud mental o centro de rehabilitación al que puedas llegar. Al llegar a la recepción, pide visitar a alguien que se hace llamar The Holder of the Mark. La expresión del trabajador se congelará, como si estuviera esperando este momento desde hace mucho tiempo y temiera que llegara a suceder. Él tartamudeará, y te dirá que no existe tal hombre en esa institución, pero sé insistente. El muy pronto cederá, y luego de mirar alrededor, por si alguien lo observa, te hará señas para que lo sigas.

Te guiará por corredores de tamaño cada vez menor, hasta que finalmente, tendrán que agacharse para avanzar. Te señalará una puerta al final de un pasillo tan pequeño que tienes que arrastrarte para llegar a ella. Será perfectamente normal, excepto por un gran signo de exclamación en el centro y un signo de interrogación más pequeño en el pomo de la puerta. Esta es tu última oportunidad para volver, y si tienes el menor atisbo de duda, recomiendo que lo hagas. Si tu voluntad es fuerte, abre la puerta y entra

Entrarás en un salón adornado, cubierto de murales que representan famosos dictadores y asesinos históricos, los carniceros, los violadores y los asesinos en serie. No te detengas en ellos, pues las almas de estas personas residen en esas fotos y el odio retorcido que tuvieron en vida ha crecido en su muerte, esperando alcanzarte y despedazarte miembro a miembro, deleitándose con tu muerte lenta y dolorosa.

Cuando finalmente, llegues al final de la sala, habrá una pequeña caja de madera. Dentro de ella habrá una insignia, una marca vieja y desgastada. Sentirás un cosquilleo fuerte subiendo tu columna vertebral, mientras observas la insignia. Luego, escucharás una voz que te dirá: “Bonito, ¿verdad?” Debes responder:“Como la luna llena”. Si no está satisfecho con tu respuesta, ruega que no te haga uno de sus cuadros y, por tanto, sufrir una muerte sin dolor.

Si está satisfecho con tu respuesta, dirá: “Haz la pregunta”.

Debes decir exactamente: ¿Cómo podemos destruirlos?

Él se reíra y dirá que no lo sabe, pero luego, simplemente dirá: “Estás obligado a pensar en algo”.

A continuación, despertarás en el baño más cercano a la institución donde fuiste, y sentirás en el ojo un dolor insoportable. A medida que el dolor disminuya, verás que tu pupila ha adoptado ahora la forma de la marca en la caja que viste en la habitación.

Esa marca es el Objeto 74 de 538. Ella te permitirá contemplar la última verdad. Si valdrá o no la pena esa experiencia es otro asunto.

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