#115: The Holder of Pestilence

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En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier institución mental o centro de reinserción social a donde puedas llegar. Cuando llegues al escritorio principal, pregunta por visitar a quién se hace llamar The Holder of Pestilence. En este punto, el recepcionista debería atragantarse e intentando no vomitar. Luego de varios minutos, finalmente se rendirá, vomitando sobre una cesta de basura. Entonces se levantará y te guiará por un pasillo. Llegarás a una puerta, ligeramente entreabierta, pero no la toques. Hacerlo es invitar a la maldición en ella a tus huesos, y tu destino estará sellado. En lugar de eso, pide al trabajador que la abra por ti. Entra rápidamente, el Holder está esperando.

Te encontrarás en una habitación oscura. La puerta tras de ti se cerrará de golpe; otra vez, no la toques. Camina a través de la oscuridad, hasta que encuentres lo que parezca un altar de piedra. Busca por allí una ranura. Aquí deberás pensar sólo en tu hogar, tus amigos, y en la gente que amas, mientras algo frío y húmedo se desliza momentáneamente sobre tu cara.

Luego que acabe aquello, verás que la ranura se abrirá, y el altar revelará una escalera. Desciéndela, con cuidado de no tropezar. El Holder no quiere que te presentes dañado. Finalmente, al final de las escaleras, es vital que no bajes el último peldaño. En lugar de eso, mira tan fijamente como puedas hasta que veas huellas despejadas entre la hondura y la pudrición que cubre el piso. Pisa sólo sobre éstos, ya que tocar lo podrido te hará unirte a él. Mientras sigues adelante, encontrarás al final un sarcófago de piedra.

Poca gente lo sabe, pero la palabra ‘Sarcófago’ significa‘El que devora la carne’, y es justamente lo que este ataúd es. Debes levantar la tapa de piedra, y acomodarte dentro. No te muevas. Está durmiendo. Luego de un rato, el lugar se encenderá, con luz ambiental lentamente llenando la habitación. Debes permanecer quieto. Si se despierta, todo estará perdido.

Luego que la habitación brille completamente, oirás un ruido pulsante, como si alguien caminara dentro de la habitación, sin embargo, serás incapaz de oír el origen de éste. A medida que los pasos se acerquen más y más, oirás una voz áspera que habla en un lenguaje desconocido. Muchos Buscadores consideran importante no concentrarse en sus palabras, pues contarán verdades que los mortales no pueden comprender. Finalmente, el hablante callará. La base del sarcófago se levantará, y será seguro moverte. El Holder está aquí.

Su piel es gangrenosa y ennegrecida, y sus ojos estarán hundidos. Te hablará en tu lenguaje nativo, y hará un serie de preguntas sobre ti mismo. Responde con la verdad, y tu mente permanecerá intacta. El Holder te pedirá que levantes tu mano izquierda. Él la alcanzará, dejará algo frío en tu palma, y cerrará tu mano. A pesar de su apariencia devastada, el Holder no es un ser malvado, y te deseará suerte. Una puerta se abrirá detrás de ti. Ve por ella y estarás de regreso en la institución a donde fuiste.

La joya en tu mano es el Objeto 115 de 538. ¿Te atreves a manejar la Piedra de los Podridos sin protección?

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