#90: The Holder of the Seeker

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En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier institución de salud mental o centro de reinserción social que puedas encontrar. Al llegar a la recepción, pide visitar a alguien que se hace llamar The Holder of the Seeker.

Una mirada aburrida se extenderá a través de su cara y te preguntará, “¿Amigo o familiar?” mientras busca en sus papeles. Responde con prontitud, pero con calma, que tu eres “Aquel que busca”. Te dará una mirada que te dará a entender que te encuentras en una situación comprometedora. Aunque, de hecho es así, pues estás comprometido desde que decidiste emprender este viaje. El secretario te dirá que te retires, alegando no tener tiempo para bromas. No insistas. De hacerlo, serás escoltado por los guardias, y perderás toda oportunidad de conseguir lo que buscas.

Levántate para salir, y pon tu mano en la puerta del edificio. Recuerdo claramente que muchos de los que han buscado a este Holder, han llorado amargamente en este punto, aunque dudo que tú lo harás. Grita con todas tus fuerzas, con una voz lo suficientemente fuerte como para sacudir las piedras: “¡Yo sé que son reales! ¡No dejes que esto termine aquí!” 

Sentirás una mano en tu espalda. Tal vez te toca el hombro o el brazo, o tal vez te tira de tu pantalón. Gira para ver quién llama tu atención, no habrá nadie. Te encontrarás en una choza destartalada. Si un aire prohibido parece alejarte de ella, has encontrado el lugar. Si deseas ahorrarte los innumerables horrores de los 538 Objetos, da marcha atrás. Nadie va a pensar mal de ti. Sin embargo, si eres valiente, toca la puerta de plástico forrado.

La puerta se deslizará hacia atrás, revelando a una mujer hermosa en un vestido elegante. Sus ojos tendrán ojeras por falta de sueño, y estarán rojos de tanto llorar por muchos, muchos años. Te preguntará si realmente crees en Ellos. Dile la verdad, porque si mientes, lo sabrá, y tu búsqueda terminará allí.

Si dices la verdad, y le gusta tu respuesta, entonces te invitará a entrar. Quítate los zapatos una vez dentro. Es una maniática del orden y se enfadará si ensucias la alfombra. El interior de este destartalado lugar es opulento, adornado con mármol, madera, oro y sedas finas.

No toques nada mientras te escolta en su salón. Especialmente los cristales. Una vez dentro de la sala, siéntate en una mesa pequeña, mientras ella se sienta frente a ti. Esta mesa tiene forma de bagua (mesa de 8 lados), con una bola de cristal en el centro y las patas incrustadas con imágenes de los otros Objetos. No los mires. No toques la bola. Ya habrá tiempo para eso.

Ella te hará preguntas, preguntas profundas sobre tus oscuros secretos. Preguntas que pondrán al descubierto todos tus pecados y fallas. Si empieza a llorar, debes saberlo, ella llora por ti, y llora por sí misma. No la consueles.

Después de un momento, ella tocará la bola de cristal. Haz lo mismo. Te preguntará tu nombre completo. Díselo. Tu nombre aparecerá en la bola de cristal. Te pedirá tu fecha de nacimiento. Dásela. También aparecerá en la bola. Te preguntará por tus títulos, tus seudónimos, tus apodos. Todos aparecerán en su bola de cristal.

Cuando te pida que te levantes, hazlo, y síguela a su dormitorio. Aquí, ella pondrá ropa en la cama y saldrá, sin soltar la bola de cristal. Desnúdate delante del espejo. No dejes un solo anillo en tu dedo, o pendiente en tu oreja. Debes estar completamente desnudo. Pon tu ropa en la chimenea que está apagada. Vístete con la ropa que ella puso para ti. Tu destino estará sellado por los colores de las prendas.

Acuéstate en la cama. No te acuestes de lado o boca abajo, porque si lo haces, te quedarás allí por toda la eternidad, no podrás dormir, pero experimentarás cada pesadilla que alguna vez tuviste. Permanece inmóvil durante cuatro minutos y trece segundos. Si llegas a moverte al menos un poco, no vendrá. Cuando lo haga, estará usando la misma ropa que tú. Se verá siempre tan hermosa.

Esta es tu última visión de la verdadera belleza, antes de tu largo viaje de horror. Lanzará tus zapatos en la chimenea, y ésta se encenderá, quemando toda tu ropa y tus pertenencias. Luego se acostará a tu lado en la cama, alisando tu cabello como una madre lo haría a su hijo. Mira ésto en silencio, mientras cientos de sirvientes grotescos entran en la habitación. No los mires a sus ojos, llenos de dolor. No hagas caso a sus quejas. Porque si lo haces, harán sonidos que, lenta y dolorosamente, fundirán cada uno de tus huesos.

Lo peor está por venir. Cuando todas tus cosas no sean más que cenizas, ella se volteará e introducirá su mano en ti. Pinchará tus músculos y nervios. A veces te parecerá que hurga en tu médula. A continuación, se levantará en toda su altura y dirá: “Sabes lo que tienes que preguntar, pregunta”.

Pregúntale: ¿Soy el Elegido para buscarlos?

Este podría ser tu último momento con tu mente, corazón, alma y cuerpo intacto. Ella probablemente comience a llorar cada vez más fuerte. Sus lágrimas caerán en tu pecho. Comenzará a masajear sus lágrimas en tu piel. Si sus uñas se clavan en ti, entonces ya sabes que cada mentira tuya, ha sido descubierta aquel día. Criatura tonta, ¿cómo podrías mentirle a ella? Sus lágrimas se fugarán entre tus venas y disolverán tu voluntad en una cáscara farfullante, y serás convertido en otro grotesco sirviente, llevando las pertenencias de los demás por toda la eternidad, sin tener nunca nada propio.

Ella podría mirarte con lástima, porque has llegado de tan largo viaje y has experimentado horrores inimaginables, e incluso, le has dicho la verdad, pero no eres el Elegido. Ella se disculpará por lo que te ha hecho y por lo que has sido forzado a hacer. A continuación, te preguntará: “¿Quieres olvidar?” Puedes responder de tres maneras. Si dices que sí, todas tus pertenencias te serán devueltas. Estarás de regreso en tu casa, y no tendrás ningún recuerdo de los Holders, los Objetos, o los horrores que has presenciado en la búsqueda de ellos.

Si dices que no, como algunos lo han hecho, su casa desaparecerá. No tendrás ropa ni pertenencias, pero tendrás el conocimiento de los Objetos, así como cualquier Objeto que ya hayas recogido. Si lo que buscas es recogerlos para tu beneficio personal, esta es tu opción a elegir.

Sin embargo, puedes decir: No, pero me gustaría ayudar al Elegido. En este caso, te indicará el nombre y la ubicación del Elegido. Debes inmediatamente buscarlo, contarle todo, y darle los Objetos que hayas encontrado. Después de esto, como en la respuesta “sí”, serás devuelto a tu casa con todas tus pertenencias y sin recuerdo de los Holders.
Esto es en caso de que no seas elegido.

Sin embargo, si ella se agacha y te besa en los labios, y tus prendas tocan las suyas, sabrás que has sido elegido. Ella te dirá de los Holders perdidos. Te dirá el orden correcto en el que debes acercarte a ellos, de modo que puedas buscarlos. Y mediante la búsqueda de ellos, buscarlo a Él. Luego, te susurrará al oído tu nuevo nombre, tu nombre como el Buscador de los Holders.

Ahora sabrás que cada persona que sabe de ti, no recordará tu nombre, seudónimo o apodo que hayas tenido. Sólo tu nombre como el Buscador de los Holders. Si estás en cualquier institución de salud mental o centro de reinserción social y le pides al viento que te lleve donde la Novia del Buscador, su casa aparecerá para ti como un refugio para tus problemas.

Ahora Tú eres el Objeto 90 de 538, el Buscador de los Holders. Si los buscas para reunirlos o destruirlos, los que hemos ido antes, rezaremos por tu alma.

The Holders  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora