#132: The Holder of Fame

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En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier institución mental o centro de reinserción social a donde puedas llegar. Cuando alcances el escritorio principal, pregunta si puedes ver a alguien llamado The Holder of Fame. El trabajador con severidad deberá negar tener cualquier paciente nombrado como tal, pero después él se asegurará de que nadie está mirando y discretamente te dará una púa de guitarra y susurrará:“Salúdalo por mí, ¿quieres? Yo soy un gran fan”. Acepta con agradecimiento la uñeta y agradece al trabajador, a continuación, sal de la institución. Te darás cuenta de que ha caído la noche cuando salgas, sin importar la hora a la que entraste por primera vez.

Al otro lado de la calle habrá un bar, incluso si nunca estuvo allí antes. Ve allí, y oirás que tocan música. No le prestes atención, como los que ahora en la audiencia fueron lo suficientemente tontos como para detenerse y disfrutar de ella. Estos desafortunados están ahora atormentados por siempre por las melodías que derriten sus cuerpos, sus almas y hacen sangrar sus oídos, su audición nunca disminuida frente a esta demoníaca armonía.

Ve tras el escenario, donde un guardaespaldas estará esperando. Cuando bloquee tu camino, muéstrale la uñeta que recibiste del trabajador. Si aún así no te deja pasar, reza por que arranque tu cabeza primero, para que no tengas que sentir el dolor de ser destripado con sus propias manos. Si te lo permite, serás guiado a una habitación, que, a diferencia de la decoración del bar que te rodeaba antes, será una habitación sencilla, con paredes pintadas en color beige y una sola lámpara que cuelga de arriba.

En medio de la habitación estará un hombre con aspecto de estrella de rock, con el pelo ondulado y largo, un físico delgado y jeans ajustados. Estará tocando una guitarra eléctrica, y a su lado habrá una silla con una segunda guitarra. Incontables horrores y pesadillas te aguardan si ésta no es la escena que ves cuando el guardaespaldas te deje entrar.

El guitarrista tocará la más bella de las melodías. Tocará con tanta habilidad, que será como si sus dedos se deslizaran como el agua en la playa. Serás hipnotizado por su habilidad, pero aún más por la música que toca. Luego te percatarás que es una triste melodía, y su trágico mensaje reverbera en tu alma por cada contacto con las cuerdas. Muchos son conducidos a la depresión hasta el punto de decidir acabar con sus vidas, pero si eres firme, deberás sentarte en la silla. Una vez hagas esto, él dejará de tocar y dirá:“¿Compartirías esta canción conmigo?” Sólo podrás hacerle una pregunta: ¿Tú eres aquél famoso, cierto? 

Si el guitarrista no responde, entonces te ha considerado indigno de su presencia, y las cuerdas de su guitarra envolverán tu cuerpo, y arrastrarán tu alma hasta lo más profundo del infierno. Pero si le agradaste, te dirá: “No es lo único que fue promocionado”. Aquí debes tomar la guitarra y tocar junto a él. Incluso si no sabes tocar, te darás cuenta que repentinamente sabrás como hacerlo. Ambos tocarán una canción diferente a la que escuchaste antes.

Mientras tocas tu parte, comenzarás a ver otra vez esas imágenes tristes en tu mente, pero deberás mantener la concentración. El guitarrista no tolerará las metidas de pata, y no querrás saber qué hizo con los que vinieron antes que tú. En las imágenes que recorren tu mente como acero caliente siseando en tu piel, verás a cada persona en la historia que fue cegada por el glamour de las luces de cámara, y fallar en ver la luz real del sol, cayendo en eterna oscuridad.

Ellos pensaron que eran especiales, y se alzaron por encima de cualquier persona que vieron sucia o inadecuada, sólo para darse cuenta que ellos eran peores que aquellos a los que odiaban tanto, y que eran comunes como todo el mundo. Se olvidaron de la esencia verdadera de la vida, y por lo tanto, la perdieron.

Luego de tu actuación, él te dará una palmada en la espalda y te felicitará por tu forma de tocar. Regresa la guitarra a su lugar, agradece al guitarrista por su tiempo, y ve por la puerta por la que entraste. Serás cegado por un haz de luz. Cierra los ojos inmediatamente, ábrelos cuando sientas que tus alrededores se han oscurecido, y te encontrarás en tu dormitorio.

Cuando hayan pasado dos semanas, recibirás un paquete por correo, y dentro estará la guitarra que usaste anteriormente. El guitarrista la habrá autografiado, pero en un idioma que no existe en este mundo. Recibirás su mensaje de forma independiente, ya que conoces el verdadero costo de la eminencia.

Esa guitarra es el Objeto 132 de 538. No hay nada glamoroso en la carga que tienes encima. Muchos la han llevado antes, y aún quedan más por llevarla todavía.

The Holders  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora