En algunas ciudades, en algunos países, cierta institución de salud mental o centro de rehabilitación misteriosamente te llamará. Una vez entres, no hables con nadie, no sea que te encuentres bajo la influencia de algún otro Objeto. Una vez alcances el escritorio principal, busca un folleto de un bar o una taberna. Si no hay ninguno, has fallado. Todos tus esfuerzos hasta este punto han sido en vano. Si encuentras alguno, tómalo y vete tranquilamente.
Ve al bar y siéntate cerca de la esquina más oscura. Deja el folleto en la mesa y no pidas ningún trago. Espera. Dos hombres llegarán al bar, sus apariencias cambiarán para cada Buscador. Ambos se sentarán en tu mesa. Antes que puedan hablar, pregúntales: “¿Cuál de ustedes es The Holder of The Blank Canvas?” Uno de ellos asentirá y el otro se irá.
Éstas fueron las instrucciones, y Brandon Kite el Buscador estuvo algo inseguro de la autenticidad de su búsqueda. Sin embargo, el hombre de sesenta y algo, viejo y calvo le sonrió mientras su compañero se alejaba. “Pues bien”. El anciano finalmente habló.“Buscador, antes que empiece, permíteme que te advierta de que no hay poderes para ganar, ni verdades para encontrar más allá de este punto”. El anciano se levantó y comenzó a alejarse. “Si continúas, nada más que un pesada carga te espera”. Él continuó. “Sígueme si permaneces firme en tu búsqueda”.
Brandon se levantó y salió del bar con el anciano. El vejestorio cojeaba y sus ojos mostraron destellos de terror y desesperación. Ellos traicionaron los horrores que él experimentó. “Tú fuiste un Buscador. Puedo verlo en tus ojos”. Brandon dijo, mientras él precipitaba sus pasos para alcanzarlo. “Sí”, fue su respuesta. “Yo me llamaba Ferdinand González”.
“Asumo que tú o el otro tipo fueron ‘azrael_lv5’ en el foro”. Brandon preguntó mientras se dirigían hacia un callejón oscuro. El anciano se quedó callado. Ambos llegaron a una puerta encadenada, mohosa y oxidada por el agua. Ferdinand sacó una vieja llave de su bolsillo, y Brandon inmediatamente reconoció qué era. “Espera… esa es La…” Brandon jadeó.
“¡Silencio!” El anciano lo interrumpió. “Antes de seguir por aquí, recuerda mi advertencia. No hay más que maldiciones tras esta puerta”. Brandon asintió y entró. Mientras la puerta se cerraba tras Brandon, el anciano suspiró. “¿Por qué los jóvenes son tan tontos?” Dijo, mientras desaparecía entre las sombras.
Brandon estuvo en una habitación oscura. La única fuente de luz era una vela pequeña en la palma de una mano flotante, sin cuerpo. La luz parpadeó mientras la mano temblaba, una y otra vez. Respirando agitado y reuniendo fuerzas, recordó las instrucciones que aparecían en las regiones inferiores del Internet e hizo la pregunta.
¿Qué debo proteger?
Susurros vinieron desde donde estaba la mano. Perforaron la mente de Brandon y se sintió como si le estuvieran interrogando. Ellos lo juzgaron. Ellos fueron las almas de los Buscadores que fracasaron. Si lo consideraban impuro o corrupto, lo desgarrarían y tomarían su alma. A medida que cada susurro se acercó, vio imágenes fugaces de sus vidas. Sus logros, sus victorias y sus finales.
Brandon supo qué hizo. Reunió su coraje y armó sus convicciones. “Ellos no deben ser reunidos. Al menos uno debe ser mantenido alejado”. Lo repetía a sí mismo. La luz repentinamente emerge en la habitación. Una ampolleta se encendió. Parecía algún tipo de almacén, con cajas apiladas hasta el techo. En la otra esquina había una mujer joven. Su largo pelo marrón está esparcido por su rostro y sus hombros mientras se estremece, en posición fetal. Brandon corrió a su lado y se la llevó.
Un susurro hizo eco en la mente de Brandon. La voz lo llamaba; era la voz de su padre, un Buscador que falló.“Ella nunca deber ser unida con los Otros. Protégela. Corre. A donde quiera que vayas, Ellos te seguirán. Mantente corriendo. Mientras ella esté contigo, tu mente será fuerte, pero Ellos vendrán por ella. Tendrás que correr”.
Pasando entre las cajas y corriendo por la puerta, Brandon salió del callejón dentro de las luces de neón de la ciudad, aún llevando a la chica en sus brazos. Un suave y constante gemido salió desde la institución para enfermos mentales, a 4 cuadras de distancia. Provocó escalofríos por su espina dorsal y afirmó sus sentidos. Ellos venían por ella, pues es el Lienzo en Blanco.
Ella es el Objeto 188 de 538. Ella jugará un papel importante en los oscuros días venideros, pero por ahora, debe ser protegida.
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The Holders
Mystery / ThrillerEn cualquier ciudad, en cualquier país, hay una institución mental o un centro de reinserción social donde puedes intentar ir por un Objeto. Había 2538 de esos Objetos, pero 2000 se perdieron. Los restantes 538 nunca deben estar juntos. Jamás. Esper...