Capítulo 20: Olvidarte.

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—: ¿Qué fue esa mierda? —Dijo calmado— ¿Fue por Dalila o porque aun te duele que me haya acostado con Eleanor? —Me miró en burla. No pensaba soportar siquiera su juego, le voy a regresar toda su mierda poco a poco. Me he cansado de ser el hermano considerado.

—No me interesa en lo absoluto Eleanor, puedes hacer lo que te plazca. Pero no me dejaré de la mierda de una de tus juguetes sexuales como lo es Dalila.

—Si es así, tienes prohibido acercarte a Eleanor, ella es mía y como me prometió nos casaremos. —Me miró tratando de ver cuál era mi reacción.

—: ¿De qué tienes miedo, hermanito? —Reí ilógico— ¿Qué? ¿Acaso desconfías de tu prometida? Si ella te prometió tal cosa, ella lo hará. No la conoces como yo lo hago. Ella es fiel a lo que promete.

—Si fuera fiel, ¿Por qué termino en mi cama, rogándome que la hiciera mía? —Dijo en risa.

Sentí mi sangre hervir, sus palabras me herían, él muy bien lo sabía. Me herían como si fuera una daga directo al corazón, con un demonio.

—: ¿Y aún piensas casarte con alguien de quien desconfías? —Regresé mi jugada y noté como sus ojos brillaban— ¡Es patético! ¿Sabes? Es patético que pienses que Eleanor siquiera me guste. ¡Qué hay en ella, de especial, que no tengan las demás!

Jones, levantó su ceja indicándome que no me creía ninguna de mis palabras. Sin embargo, rompí el silencio tedioso que nos envolvía y reí con ironía.

—: ¿Qué te hace pensar lo? —Lo miré fingiendo— Eleanor es como las demás, o ¿Es acaso que Eleanor te dijo algo?

— ¡Algo como que! ¿Tiene que decirme algo? —Se defendió.

—No lo sé. ¿Lo ha hecho? Digo porque, para que pienses que me gusta es porque ella te ha dicho algo, siquiera que te la lleves en mi contra.

—No, No lo ha hecho. Pero tu reacción es lo que me ha hecho sospechar. —Dudó en hablar, ese sentimiento de que me oculta algo me invade y no creo sus palabras.

—Es por que no me gusta estar en boca de nadie. —Aseguré— ¡Vamos Steve! No dejes que los celos te cieguen. —Lo tomé por el hombro— No quiero un noviazgo con Eleanor. No hagamos que nuestra hermandad se finalice por una mujer.

Le sonreí por última vez y seguí caminando hasta mi habitación.

Eleanor.

Tras verme envuelta en la boca de tantas chicas, no quise saber nada más y salí por completo del salón del comedor. Sin importarme si no llevaría nada en el estómago. Me he tumbado en la cama por horas sin saber qué hacer ante este asunto. Me siento rodeada por una oleada de sentimientos, que no puedo descifrar. ¿Por qué la vida es tan difícil?

Decidí tomarme un baño, creí que era lo más prudente, pues me ayudaría a relajarme y dejar de pensar en todo esto. Retiré mi ropa y me recosté en la cómoda bañera. Sentí como mi cuerpo se relajaba. [...]

— ¡Eleanor! ¡Maldita sea! —Escuché a lo lejos. Todo era oscuro y alterado.

— ¡Qué maldita cosa hiciste ahora! —Repito la voz.

No podía entender a que se debía todo esto, porque me decía eso. Sentí como mi pecho subía y bajaba con gran fuerza.

Tomé una bocanada de aire, abrí los ojos y produje un extraño sonido de alivio. Sentía mis pulmones llevarse de aire de nuevo, frente a mi estaba mi mejor amiga, quien tenía los ojos llorosos, su rostro emanaba preocupación y terror. Miré a mi alrededor y estaba en el suelo tirada, cubierta sólo por una toalla, mi cuerpo estaba mojado y siquiera recordaba por qué.

— ¡Con demonio, Eleanor! ¡¿Qué tienes en la jodida cabeza?! —Me gritó— ¡Eres tan egoísta! ¿¡Cómo puedes hacerme esto!?

Intenté recordar el ¿por qué? de sus palabras y la miré sin comprender.

— ¡Maldita sea! ¡Me estas jodiendo! ¿De qué mierda hablas? —grité exasperada.

— ¡¿Tanto amas a ese chico? como para acabar con tu vida! — Dijo sosteniéndome de los hombros.

— ¡Cálmate! Sólo estaba tomando un baño, no sé qué paso, siquiera quiero imaginar que me he quedado dormida. —Me defendí.

— ¡No me mientas Eleanor! —Dijo apenas saliéndose le las lágrimas.

—: ¿Por qué habría de mentirte? —La miré y noté como mis palabras la hicieron romperse en llanto.

— ¡Nunca más vuelvas a asustarme como lo hiciste! —Me abrazó entre lágrimas— ¡Lo eres todo para mí, Ely!

—T-Tranquila...—Acaricié su espalda y la abracé de igual manera.

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Me encontré frente a frente a Zayn, él me miraba preocupado, sin embargo, ninguno de los dos había hablado hasta ahora.

—Supe...que tuviste un accidente esta mañana, gracias a Dios Arabella llegó a tiempo. —Recorrió su brazo completo con su otra mano, con un tono tímido.

—Sí, no sé qué paso... me quedé dormida en la bañera y no me di cuenta. —Sonreí tímida.

—Me alegra tanto que estés bien, Eleanor. Lamento tener que irme, espero y pronto podamos hablar. —Mencionó cortando la distancia para irse.

— ¡Espera Zayn! —Lo retuve.

—: ¿Si? —Mencionó en mi dirección y espero que prosiguiera.

—Tengo que darte las gracias por ayudarme, creo que, si no hubieras salido de tu habitación, yo no estaría viva. —Lo miré y él asintió.

—No tienes nada que agradecer, para eso estamos. —Finalizó.

Sin embargo, me sentí en la necesidad de explicarle lo sucedido.

—: ¿Zayn?

—: ¿Si?

—También tengo que explicarte lo que ha pasado aquella noche...—Sin embargo, Zayn me interrumpió.

—No hay nada que explicar Eleanor, creo que es mejor que esto se olvide—Se acercó a mí— Lo hecho, hecho está.

—Pero, sólo permíteme explicarte. —Insistí.

—Eleanor...— Tomó mis brazos en sus grandes manos y pegó su frente a la mía— Sólo espero poder olvidarte algún día. Y no sentirme como un idiota frente a ti... —Acercó sus labios y pude sentir su delicioso aroma mentolado provocando que mis ojos se cerraran para recibir sus labios con gusto— Haces sentirme vulnerable, haces que me debilite. Pero yo si soy un buen hermano y no puedo hacerle esto a su prometida, no puedo olvidar siquiera que te has acostado con mi hermano. — Sentí como su rostro se alejaba del mío y abrí los ojos.

—No soy su prometida, ¿De dónde sacaste tal cosa? —Mencioné impotente.

—Él me contó que aceptaste casarte con él, aquella noche que estuvieron juntos—Mencionó y después desapareció por el corredor.

Don't forget me |Español.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora