Capítulo 41: Traición.

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Estaba sentada en el suelo de mi baño, la tina estaba llena y la llave tirada una gota cada dos benditos segundos, mis manos temblantes estaban sobre mis rodillas.

Mi vista está clavada a un punto fijo, todo a mí alrededor suena lejano pero a la vez tan fuerte. La voz tranquilizadora de la madre de Jonas esta al fondo cantando aquella canción de cuna que hace emanar a mi cuerpo tranquilidad.

—Todo va a estar bien. —Susurré. Repitiendo esas palabras una y otra vez, esa parte de la canción de cuna, estas pequeñas letras que lo significan todo a la vez; Estar bien.

No recuerdo la última vez que estuve bien o me sentí bien. A veces no estar bien, está bien. ¿No?

Por mi cuerpo resbalaba aquella adrenalina que me pedía a gritos estar bien, estar en mi mente, sin perder la cordura, pero solo había algo que me hacía perder la mente y mantener la cordura, la mariguana. Pero hace días que Jonas no me deja consumirla.

Tengo miedo de perder la cordura, y cambiar mi cuerpo por unos cuantos gramos. Tengo que resistir, no tengo que permitirle a mi cuerpo que haga cosas que no quiero. Pero realmente necesito de ella.

Las gotas de agua son ruidosas en mi cabeza y desesperantes.

Veo a la madre de Jonas entrar y colocar una toalla sobre la tapa de baño.

—Arriba muñequita, es hora de bañarse— Me ofrece una mirada dulce y me toma los brazos.

Me pongo de pie, dejando todo mi torso al descubierto.

— ¿P-Puedo bañarme sola? —le mencione y obtuve su atención.

— ¿No prefieres que te ayude? estas muy temblante últimamente, podrías caer y pegarte. —Insiste.

—Necesito hacerlo por mi misma. —Dije— Por favor, si no puedo le pediré ayuda. Pero necesito estar sola.

Ella asiente y agacha la mirada.

Asentí.

—Antes de ir me, sólo quiero decirte que considero que eres una persona muy fuerte, Eleanor, la mujer más fuerte que he conocido, y admiro tu fuerza tanto física y psicológicamente, estás saliendo adelante por ti misma, y eso es algo que no cualquier mujer logra, me siento orgullosa de ti, porque sé que no eres débil y que no caerás bajo las ordenes de mi hijo solo por mariguana. Sigue así Eleanor.

Me miro y me ofreció una cálida sonrisa.

Asentí.

—No sé si pueda seguir en pie, no se ilusione mucho, no soy tan fuerte como cree.

—Sé que lo eres, mantente a flote.

Aquella mujer de cuarenta y ocho años  me había conseguido muda, y con lágrimas en los ojos. Ella se retiró, y mi temblor se volvió más fuerte, había tratado de controlarlo todo este tiempo, pero si es apenas que me puedo mantener de pie, el no tener la mariguana junto a mí me estaba afectando más de lo que esperaba.

Me metí a la tina y comencé a tallarme el cuerpo, con leves caricias comencé a recordar a Zayn.

—Oh Zayn.

Pasaron dos días y mi temblor conseguía hacerse más frecuente y más alto. Estaba siendo muy fuerte para pretender que todo estaba bien.

Mi mano estaba apoyada sobre mi pierna, mientras estaba en el sofá viendo televisión. De repente el canal es cambiado por Jonas quien se tira en el sofá de alado del mío.

—Nada interesante, nada, nada, no aún nada, nada —Dijo mientras cambiaba de canal— Oh, pero que tenemos aquí, noticias...—Dice girando su rostro hacia mí y con una mirada espeluznante.

Don't forget me |Español.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora