Capítulo 64: El elixir de la vida

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Dice tomando mis brazos y besando mi hombro. —Dame la oportunidad de convencerte para que te quedes, si no es suficiente, te dejaré ir mañana por la mañana.

El nudo en mi garganta se coloca, y las inmensas ganas de llorar me abarcan. Los latidos de su corazón eran locos, y ahí estaba yo, en completo silencio y él sosteniéndome como siempre, aferrándose a mí con temor a que me fuera.

—Zayn...—Susurré, con una voz frágil y con muchas ganas de besarlo. Mi corazón latía por él y mi cabeza seguía haciendo más nudos para confundirme más. Yo amaba a Zayn con locura, pero dentro de mi cordura sabía que no era sano estar con él, cuando mi corazón estaba confundido.

Alguien toca la puerta del otro lado y Zayn suelta un suspiro cansado. Sus manos se separan de mi cuerpo y me quedo callada sin mirar hacia la puerta.

—Adelante.

—Zayn—Se escucha una voz preocupada y lo miré, él chico de cabello dorado sostenía unos papeles en la mano y los ojos estaban rojizos por tanto llorar. Él al mirarme se contiene y mira a Zayn.

Él mira a Zayn negándole y miro que Zayn le contesta con un leve asentimiento, frunce el ceño y su mandíbula se tensa.

—¿Qué sucede, Henry? —Le pregunté por el rostro del chico rubio y el solo negó leve.

—No, es nada... es solo que. —El chico de cabello rubio se ve interrumpido por Zayn, quién continua la frase.

—Él solo venía a avisarme que intentó convencerte de quedarte y ya veo que también a él le has dicho que no. —Dice sin ningún sentido.

Miré a Henry, quién bajó la cabeza y solo asintió.

—¿Es eso verdad, Henry? Y entonces ¿qué son esos papeles en tu mano?

—Esos son...—Duda Zayn en seguir y Henry continua su frase.

—Son unas cosas pendientes que tiene Zayn, yo... te veré después Eleanor. No te vayas sin pasar por el consultorio, por favor. —Me mira haciéndome entender que tiene que ver con mi embarazo.

—Sí, Henry.

La puerta se cierra y Zayn me mira confundido.

—¿Qué fue esa mirada? —Me miró.

—Supongo que solo quiere que me despida de él antes de irme. —Me sumí de hombros.

—Eleanor, no te voy a detener...creo que sería injusto si te detuviera en contra de tu voluntad, sólo no te vayas está noche, parte mañana por favor. —Dice abrazándome y mirándome de frente. —El sol se está poniendo y no quiero que te vayas así. La noche es fría y será nuestra última noche juntos. —Se acerca a mis labios lentamente y los une poco a poco hasta tomar confianza de ellos. Nuestros labios reaccionan al tocar se y no quieren separarse.

Mis ojos me traicionan y escurren un par de lágrimas por mis mejillas. Sus manos se aferran a mis mejillas limpiando el agua salada en ellas. Nuestro beso termina y lentamente Zayn se separa de mis labios, para mirarme.

Sus ojos brillan y se dilatan tan bonito, como si estuviera feliz de nuestro beso.

Asentí.

—M-Me iré mañana, por la mañana...—Le dije.

Él sonríe de oreja a oreja y se aferra de mis mejillas para volver a besarme. Nuestro beso es largo y profundo. Y lo termino.

—Dormiré en la habitación de enseguida—Lo miré y sus ojos gritan una y mil veces el dolor que siente su alma.

—Entiendo.

Salí de la habitación, cerrando la puerta tras de mí y recargándome en ella, solté el aire que tenía acumulado. Y escuché detrás de la puerta que mi chico al igual que yo tenía un nudo enorme acumulado en la garganta. Comencé a escuchar como tiraba las cosas a su alrededor. Su dolor me llenó el pecho de agonía.

Se contuvo, ahora solo podía escuchar su llanto desesperado y el sollozo.

Acaricie la puerta.

—Perdóname, amor...—Susurré acumulando un nudo en mi garganta.

Habían pasado un par de horas, el rodamiento en mi cama era en vano, no podía conciliar el sueño.

Admiré el techo blanco de la habitación, escuché un par de voces y me levanté de la cama, abrí la puerta leve y vi que Henry salía de la habitación de Zayn, lo vi caminar por el corredor y lo perdí de vista cuando bajó las escaleras.

Me abracé a mí misma por frío que hacía esta madrugada. Observé que la puerta estaba abierta, y decidí entrar, ahí estaba Zayn dormido, cerré la puerta detrás de mí y me pregunto por qué había estado Henry hace un momento sí Zayn estaba dormido, supuse que pensó que estaba despierto.

Me acerqué a la cama, las cortinas volaban por la brisa fresca del mes de diciembre. Cerré la ventana y me metí entre las sábanas, levanté su brazo y para estar más cerca de él, su piel se estremece.

Tomé su rostro entre mis manos, la luz de la nos iluminaba como nunca. Y lo besé. Sus labios forman una sonrisa.

—Hey...—Abre los ojos y me mira con una sonrisa y los ojos cansados.

—Hey...—Sonreí.

—Si este es un sueño, no quiero despertar... si este es la realidad, nunca más quiero dormir, mi amor.

Reí leve con ojos llorosos.

—Te amo, Eleanor, más de lo que pudieras imaginar, te amo.

—Lo sé— Susurré acariciando su mejilla.

—Si lo sabes ¿Por qué no te quedas amor? Yo puedo...—Puse mi dedo índice en sus labios.

Shh... no digas nada por favor. —Él me miró y yo lo envolví en mis brazos y lo besé.

Zayn se acomoda sobre mí, acariciando mis mejillas y atrayéndome a él. La secuencia de nuestros labios besándose unos a otros aumenta, acaricio el borde de su pants bajándolos por completo, Zayn retira mi baby doll, sus labios bajan por mi cuello. Acaricio su cabello, el mar de emociones me inundan el vientre.

Una vez que nuestros cuerpos estaban al desnudo, Zayn no se hizo esperar y se introdujo en mí. Sentí la fuerza con la que se introdujo, y me abracé a su cuerpo gimiendo. Sus manos se colocaron en mis caderas para mejor penetración. Zayn dejaba escapar gemidos.  La fuerza de Zayn eran normal y en momentos era débil, supongo que estaba cansado por el excesivo trabajo anteriormente, y todo lo que habíamos pasado, había sido agotador. Se detuvo por un momento y lo observé.

—¿Ocurre algo amor? —Susurré apenas conciliando el aliento.

Su respiración estaba desbocada y no le permitía hablar. Asintió.

—Todo está bien, amor. —Sonríe, dice una vez que pudo.

Volví a besarme.

—No pararemos...—Sonrío.

Lo empujé tomando el control esta vez, me coloqué sobre él y comencé a moverme, sus manos estaban en mi cadera ayudándome a entrar y salir de él. Su boca estaba en mi pecho, haciéndome explorar más emociones.

Nuestros gemidos están por toda la habitación. Mi cuerpo encorvado de tanta pasión y nuestros corazones vueltos locos, sonando al mismo tiempo.

Llegamos al orgasmo juntos.

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La luz de la mañana me levantó, miré al chico a mi lado, exhausto por la noche anterior. Lo besé una vez más y me levanté de la cama.

—Mmmm... no te vayas, Eleanor...no...—Susurró dormido.

Me giré y él estaba dormido.

Me duele escucharlo sufrir.

Abrí la puerta sin decir más y le eché una última mirada para cerrar detrás de mí.

Don't forget me |Español.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora