Capítulo 33: Perdóname.

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Una vez que Zayn se marchó tomé mis zapatos salí de la habitación, mis nervios incrementaban, en el medio del pasillo pude ver que Rubí venía hacía mí, me abrazó asustada dijo:

— ¡Gracias al cielo, que estás bien! ¡¿Dime que escuchaste los gritos?!

—Sí, los he escuchado. Ellos buscan a Steve, pero no está. El maldito hijo de puta sabía que vendrían por él. Quizá huyó.

—No puede ser ¡Que hijo de puta! —Exclamó mi mejor amiga.

—Necesito ir con Zayn, él salió a dar la cara por su hermano, Y...

Un estruendoso portazo me hace girar y ver todo muy lento, los gritos de todas las chicas de la mansión comenzaron a alarmar mi sistema.

Me congelé.

Un grupo de hombres armados entraron apuntándonos, ¿Dónde demonios estaba mi chico?

— ¡Corre! —Gritó mi mejor amiga, jalándome del brazo.

Vi el miedo emanar mi cuerpo, si este era el final, deseaba con todas mis ganas morir a lado de mi chico de ojos marrones. Corrí.

Una manada de hombres comenzaron a disparar, en cuanto corrimos. Y corrimos, ¿por qué?, porque era la única salida, porque no quería morir, por que pondría a mi mejor amiga a salvo a toda costa.

— ¡No pares, no pares así sea lo último que hagas! —Gritó.

Corrimos entre los pasillos, tratando de encontrar una salida, un sonido aturdidor se escuchó.

Un balazo.

Vi a mi mejor amiga caer, tocando su pierna, y la sangre desparramándose por todo el fino y costoso tapete.

Y me detuve.

Su mirada emanaba miedo y ganas de vivir.

— ¡Arabella! —dije alarmada.

— ¡Corre, Maldita sea! ¡Lárgate!

— ¡No me iré sin ti, me oyes! —Grité, llena de miedo.

— ¡Con un demonio! ¡Lárgate Dawson! Estaré bien, sólo corre. —Dice sosteniendo su herida.

—No dejaré a mi mejor amiga, no lo haré. —Le dije arrodillando me.

— ¡Tienes que irte! —Insistió.

—No dejaré una de las cosas que me ha costado conseguir, no me iré. ¡Eres mi familia!

—Si soy tu familia, vete, estaré bien, lo prometo. ¡Vete!

Los pasos incrementaban y el miedo se apoderaba de nuestras mentes, no sabía qué hacer.

—Ellos te matarán. —Dije.

—Y lo harán contigo si no te vas, tienes una gran vida junto a Zayn, no la eches a perder, ve, búscalo, y lárguense de aquí. —Insistió.

—A-Arabella. —Dije con una lágrima en mi rostro.

En cuanto los pasos se acercaban, Arabella con su otro pie,  me pateo, y caí por las escaleras.

Una vez abajo, sobé mi cabeza y me escondí.

— ¿¡Donde está!? —Gritó un hombre.

—No lo sé. —Dijo mi mejor amiga.

— ¡¿Dónde demonios esta?! ¡Habla maldita sea! ¡O te volaré la cabeza!

—Ya te dije que no sé.

Y fue cuando la pistola llegó a la cabeza de Arabella en un golpe a la nariz, haciéndola sangrar.

— ¿¡Donde está!?

—Aunque lo supiera no te lo diría. —Insistió mi mejor amiga.

Fue cuando la pistola se sostuvo en la frente de mi mejor amiga, a segundos de disparar, ella cerró los ojos.

Abrí mis ojos y grité.

— ¡Alto! ¡No le hagas nada por favor! Iré contigo, pero llévala con un doctor.

Y el hombre de mirada atenebre me miró con una sonrisa victoriosa. Y la pistola fue desalojada de la cabeza de mi mejor amiga.

Dos hombres me tomaron y caminamos unos pasos más cuando un último balazo se escuchó.

Y mis lágrimas cayeron. Había matado también a mi mejor amiga.

<<Perdóname, Arabella, tampoco pude mantenerte con vida>>

Y no voltee, no pude, no puedo girar y ver su lindo rostro morir.

Mis piernas tambaleaban, al compás de mis pasos.

>>

Una vez que estuve frente a una mansión, pensé que estaba en el olvido, y que sin duda Dios me había puesto allí, por siempre ser tan rebelde.

Entre en aquella mansión. Sin esperanza, sin salida. Todo mi ser estaba muerto, sin rastro de Zayn. Sin rastro de Arabella.

No me importaba más morir.

Tras los fríos y oscuros pasillos de este enorme sitio, caminé hacia mi destino. Estaba lista a lo que sea que me reparara el destino.

Pasé por una enorme puerta en color negro, y entré a un despacho lleno de colores grises, rojos y blancos, la luz iluminaba esta habitación, me sentaron frente a un escritorio, que detrás había una silla giratoria dándome la espalda. Una mano sobresaliente les ordenó salir, y lo hicieron cerrando la puerta detrás de ellos.

—¿Qué quieres?—Dije con un nudo en la garganta— ¿Qué quieres de mi? ¡No has tenido suficiente con Arabella y con Zayn!—Grité.

Y entonces la silla se giró.

— Tranquila, quiero de ti todas aquellas promesas que me hiciste, cada una de ellas.

Y lo reconocí, no puedo creerlo, pensé que estaba muerto, él estaba muerto.

No podía estar ocurriendo esto, no, no podía.

— Jonás....— Susurré su nombre.

— Él mismo, cariño.— Respondió con una sonrisa.

—Pensé que estabas...

— ¿Muerto?— Sonrió— No. Cariño, no puedo morir hasta que tu cumplas cada una de tus promesas.

— Pero Jones, te mató. ¡El dijo!— Lo miré.

—¿Él?— Comenzó a reír— ¡Por favor, Eleanor! ¡No me hizo ni un rasguño!, no después que le ayudé a drogarte. Él sólo quería un favor, y nada más. Ahora es momento que me regrese lo que es mío.

Tragué el nudo que se formó en mi garganta.

— No te pertenezco, Jonas.

— Me perteneces en este momento, mi amor, así que acostúmbrate.

—¡No soy un juguete, Jonás! ¡Puedo decidir con quien quiero estar!

— Ah ¿Si? no me digas— Comenzó a reír— Déjame adivinar. ¿Le perteneces al estúpido que mató a tu padre, no es así?

—¿De que demonios hablas?

— De nadie más que Zayn Malik, o ¿Que? ¿No te lo dijo?— Comenzó a reír.

— ¡Él no mató a mi padre!
— Que ingenua, mi amor, aún no sabes de la vida.
— Él no mató a mi padre y digas lo que digas, no creeré ninguna de tus palabras.

— Ya lo veremos.— Me miró con una sonrisa y aplaudió— Drake ¿Quieres mostrarle el camino a nuestra invitada?

— ¡Como diga señor!— Dijo el achichincle.



¡Muchas gracias chicos! Espero que estén teniendo un excelente día ¡Les envío un fuerte abrazo!

Con mucho amor ¡Jackey!

Don't forget me |Español.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora