Capítulo 45: No hay regreso.

85 12 0
                                    


"Eleanor había ido a dormir, con un sabor amargo en su boca, coraje en su cuerpo y odio en su corazón, todas esas palabras que había dicho Jonás, la habían herido, pero ella le demostró que si quería pelear guerra, guerra tendría."

Tome mis pantalones, y me los puse, comencé a buscar mi sudadera negra que tenía anoche pero no la encontré, estaba segura que había dormido con ella puesta, pero fue todo lo contrario.

Decidí ir a la sala a buscarla pero no la encontré, me dedique mejor a preparar un sándwich, todos estos días la comida no tenía sabor para mi, creo que me resfriaré, cuando di la primera mordida, fue todo lo contrario, los sabores de los condimentos comenzaron a llenar mis pupilas gustativas de placer, busqué por algo picante en el almacén y en un movimiento torpe hice caer un frasco de plástico oscuro "Ninfomanesis"con una etiqueta que decía "Eleanor" parece que ahora mi nombre está por todos lados.

Deje el sándwich por un lado y abrí el frasco, no tenía olor y mucho menos color, no entendía la razón. Lo puse en mis pantalones y subí a la habitación de Jonás a buscar algo más que me ayudara a saber qué demonios era ese frasco.

Comencé a buscar en cada cajón, debajo del colchón, y no encontré algo relacionado con este frasco, me asomé debajo del colchón y encontré mi sudadera, mi corazón comenzó a alborotarse.

La extendí y confirmé que era mi sudadera por el dibujo de un alíen en el frente.

Caminé hacía atrás y tope con el librero de Jonás, cuando topé con ese una carpeta calló y la levanté observando que había dentro.

Comencé a hojear hoja tras hoja y encontré una que me llamó la atención.

"NINFOMANESIS."
Venía como título...
"Posión para aumentar el apetito sexual durante las noches, aumenta el placer, duración y atracción por alguien más mientras duerme.
EFECTOS SECUNDARIOS:
Deja la boca seca, Mal humor, Pérdida de memoria de lo ocurrido, No encontrará sabor en la comida y palidez en la piel."

Negué.

No, Jonás no llegaría tan lejos.—Pensé con los ojos llorosos, aún sabiendo que yo contraía todos los síntomas anteriores.

Coloque la carpeta en su lugar y vi una cámara entre los libros, la tomé y la encendí, busqué en la galería y encontré casi toda la galería con videos, los vi uno por uno, sabiendo que todos contenían lo mismo, los miré.

Y pensé en todas las formas en que podría matarlo. Lo iba a matar.

En cada video se veía donde Jonás llegaba a su habitación cargándome mientras dormía, me recostaba en su cama y me follaba, hasta saciar su excitación, luego me cambiaba y me cargaba de nuevo para llevar me a la habitación.

Tendría que idear algo para hacerle pagar todo lo que me ha hecho, y sería cruel como él ha sido conmigo.

Me encerré en mi habitación, y grité, grité por dolor, por rencor, por humillación. Lo que había hecho Jonás no tenía nombre y eso nunca se lo iba a perdonar.

NUNCA.

Quebré la lámpara que adornaba la habitación y la utilicé como bate para quebrar todo lo que había en mi camino.

La puerta se abrió y con lágrimas en mis ojos me quedé quieta sin voltear.

—E-Eleanor... ¿Eres tú?

Mi corazón se detuvo un milisegundo, mi mente reconoció esa voz, ese aroma a hospital, y el ambiente en la habitación cambió por completo ahora todo era diferente y le rezaba a la vida que no estuviera jugando con mi mente por qué ahora mi mente estaba confundida, mi mente estaba a dolorida y estaba dañada.

Algo de mi me decía que volteara y enfrentara mi presente, y que mi pasado, ese el que lo creía muerto se retorciera, mis manos perdieron el equilibrio y dejé caer la lámpara o más bien lo que quedaba de ella al suelo.

Él chico aún esperaba por mi, esperaba por mi respuesta, esperaba que lo mirara y le confirmara que todo esto estaba pasando, pero me quede ahí un par de segundos cuando por fin lo ví ahí parado, con el rostro pálido y los ojos cristalizados.

—Te- Te creí muerta...—Su voz era temblorosa y decidida.
—¿De verdad eres tú? ¿No juegas con mi mente?—Mis ojos se cristalizaron.

Sus ojos no aguantaron más las lágrimas y las dejó caer por sus mejillas.

—Oh, Henry, estás vivo.—Mis lágrimas salieron y di unos pasos hacia a él.— ¿Puedo abrazarte?—Dije con muchas ganas de hacerlo, cuando él extendió sus brazos y asintió, lo abracé tan fuerte, él me sostuvo y estuvimos alrededor de cinco minutos así.

Verlo de nuevo hacia que algo de mi pasado valiera la pena, Henry fue un buen amigo mío y verlo hacía que mi corazón quisiera volver a los buenos tiempos donde todo era mejor para mi y donde todo tenía sentido.

—¿Pero como? Jonás me dijo que nadie había sobrevivido, me dijo que todos habían muerto, Dios mío tengo tantas ganas de hablar contigo y contarte todo lo que ha pasado —Hablé tan rápido. Mi corazón estaba feliz por primera vez en mucho tiempo.

—Escucha— Su voz parecía distinta, tomo mis mejillas en sus manos y me miró serio— No tengo mucho tiempo, si Jonás me ve aquí puede matar me, y necesito estar vivo para sacar te de aquí, escucha nada de lo que tú crees tiene mucho sentido, hay cosas que necesito contarte, pero no tengo tiempo, prométeme que vas a estar bien y que esperaras a que yo te busque, si me ves entrar no me hables, Jonás me hace creer que estás muerta así que seguiremos con eso. ¡Prométeme que estarás bien!

Sus palabras hacían que mi mente estuviera preocupada, le asentí.
—Te lo prometo, por favor ven pronto...

—Lo haré, Eleanor.
Henry besó mi frente y sonrió—Has dado luz al mundo, Eleanor.

Y se fue al escuchar que un auto llegó...

Pronto saldré de aquí, y me iré con él fuera de este horrible lugar.




Muchas gracias, capítulo doble en una noche, les mando mucho amor y mucha paz ¡Jackey!

Don't forget me |Español.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora