Capítulo 38: La única manera.

105 11 0
                                    


—Norma, ¿P-Puede cantar la melodía de esta mañana? —la llamé por su nombre.

—Claro muñequita. —Dice con un atisbo de felicidad.

Comenzó a cantarla, mientras ella me abrazaba.

Me sentía como una pequeña de 5 años, me acorde de mi abuela, de como ella siempre me tranquilizaba con una melodía y un rico pay de queso.

La madre de Jonas acaricio mi cabello y cerré mis ojos para calmarme.

Acaricie mi vientre con la ilusión de tener a mi bebe. No pude resistir más, me estaba hundiendo, no podía estar tranquila. Necesitaba a Zayn, necesitaba a mi mejor amiga como nunca antes. Y lloré, soltando todo ese sentimiento que callé por las últimas semanas.

— ¡Zayn! ¡¿Por qué me dejaste?! ¡Por que tenías que regresar! —Grité cubriendo mi rostro y apretándolo. — ¡¿Por qué?!

La madre de Jonas me abraza en un intento de tranquilizarme y la empujo.

— ¡No suélteme! —Grité y me levante— ¡Tú tenías que quedarte aquí! ¡Lejos de mí! —Le grite a Jonas—Debiste mantenerte lejos de mí. ¡Te odio, Jonas! ¡Te odio! ¡Y te odiaré por toda la eternidad! —Lo apunté.

El muestra un rostro dolido y se levanta del asiento.

— ¡Siempre que estas en mi vida, todo empieza a tambalear y se destruye! ¡Siempre eres el culpable de mi desgracia! ¡Te odio!

—Tranquila, Eleanor. —Dice tomándome de mis hombros.

—No me vuelvas a tocar en tu vida. —Le digo con un nudo en la garganta. Me giré deteniendo me en el peinador y respire un par de veces con mis ojos cerrados, pero todo lo que pude ver era dolor y el rostro vivo de Zayn. — ¡Te mataré! —Grité arrasando con todas las cosas que había  en mi camino. — ¡Espero y te pudras en el infierno!

Jonas me tomo abrazando fuertemente mi cuerpo y su madre inyecto algo en mi cuello.

— ¡Qué demonios, suéltame! —Grité removiéndome. La dosis calaba en mis venas.

Sentí mi cuerpo relajarse.

Y poco a poco perdí el conocimiento.

Desperté en mi habitación, Jonas estaba sentado en un sofá inhalando el humo que había en una botella. Sentí mi cuerpo tensarse.

El comenzó a reírse.

—Sabes, desde que te conocí me enamoré profundo. Como nunca antes en mi maldita vida ¿Entiendes eso? Eres como ese oxígeno que necesito para respirar diariamente, eres el trigo de cada pan. Eres el calor que necesita mi mundo. —Sonríe— Nadie en mi puta vida iluminó tanto mi vida como tú lo has hecho. Y te fallé. ¿Por qué? Porque Steve Jones es un hijo de puta jodidamente doloroso, es un completo palo en el culo. No todo es como piensas. Mi padre comenzó con esta maldita tragedia, nos abandonó, muriéndonos de hambre, cuando él volvió trajo fortuna a la casa, el pan no faltaba más en la mesa, mama podía vestir elegante, cuando cumplí dieciséis, mi padre traicionó a Steve de la peor manera que alguien puede traicionar a alguien, acusándote con la policía y robándole dos millones. Cuando Steve se enteró me tomo como venganza y me hizo trabajar para él. Matando a gente, incluso me hizo golpear a mi propio padre. Él nunca perdono su padre y lo mató a sangre fría. Ahora yo tenía que pagar su cuenta pendiente, crecí en las calles, me aleje de mi madre, y entonces te conocí. Me enamoré de ti. Pero tenía tanto miedo que salieras lastimada y empecé a engañarte con cualquiera, así podía alejarte. Cuando Jones se enteró de ti, me hizo entregarte a él, en cambio si no lo hacía tendría que matar a mi madre, y preferí entregarte a ti. Porque sabía que tú me amabas y me perdonarías, pero en cambio no lo hiciste.

Lo mire con lágrimas en mis ojos.

—Me perdonó la deuda de mi padre y en cambio me dio dos millones por ti,  Los junté y pude construir todo este palacio, inicie mi negocio de cocaína y comencé a ganar mucho dinero, cuando por fin tuve mi palacio, mi primer objetivo era matar a Steve Jones, y recuperarte. Pero no estaba listo para que me dijeras que amabas al hermano de un narco.

Tragué duro. El inhala de nuevo la mariguana y sonríe.

—Esto es tan pacifico. —Dice acercándome la botella.

Miro la botella,

—Necesitas relajarte. —Dice—Necesitas olvidar a Zayn, Arabella y todas esas muertes que cargas.

Tomé la botella y lo mire, el comenzó a reír.

Y la inhale, después de diez minutos, no podía sentir dolor, no podía sentir culpabilidad, solo alegría. —Y seguí inhalando. Mi cuerpo se sentía tan liviano, se sentía diferente pero bien.

Y me gusto.

Era la única manera en donde no podía recordar nada, donde no podía saber nada, solo sentía felicidad.

           

Y comencé a drogarme, primero con la inocente marihuana, después comencé a fumarla, sentía una paz invadirme, esa paz que pedí a gritos y no la obtuve desde que llegué aquí.

Si estaba mal, no me importaba más.

Si estaba bien, lo seguiría haciendo, seguiría drogando mi mente para que no conociera más el nombre "Realidad". Mis días no eran los mismos, todo mi mundo se movía, había tantos colores, tantos olores nuevos que no conocí en toda mi vida.

           

Drogada.

Drogada las veinticuatro horas de mis siete días a la semana, para poder borrar, para poder olvidar. Lo necesitaba.

NADA absolutamente nada, me había ayudado tanto a curar mi herida. Jonas comenzó a traerme más y más hierba, un mes, mes y medio, el tiempo que lo necesitara.

El cigarro de Marihuana era mi nuevo anillo, era una parte de mi, y no podría importarme menos lo que dijeran.

En la terraza estábamos juntos. Fumando. Viendo nuestro mundo diferente, nuestro mundo mejor y nuevo.

Recree mi mundo y me gustaba, Jonas comenzó a ponerse meloso, tomo mis caderas y comenzó a besar mi cuello.

           

—Vamos a divertirnos un poco—Dice con un atisbo lujurioso, no le tomé importancia. Sus manos se metieron entre mi falda y comenzaron a bajar mis bragas.

Realmente no podía sentir ni un poco de deseo o atracción sexual por él. Detuve sus manos y las retire de mí.

—No te apresures Jonas, no porque este drogada, signifique que puedas tenerme. —Apuré a decirle, y levanté mis bragas.

Él se molestó y me abrazo por la cintura.

—Necesito tenerte, necesito tocarte, mi cuerpo me grita que necesito tenerte, ahora mismo—Comenzó a decir con una voz borrosa.

—No quiero Jonas. —Le dije y me solté.

—Te doy lo que tú necesitas, dame lo que necesito. —Dice molesto.

—No te daré la oportunidad de follarme. Así que tendrás que sobrevivir con esa necesidad Jonas.

—Entonces que así sea. —Dice y se retira.





           








Realmente corto, lo sé. Te agradezco mucho que estés apoyándome y esperando por cada capítulo. Te mando un fuerte abrazo y mucha paz.

Con mucho amor: ¡Jackey!

Don't forget me |Español.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora