Capítulo 34: Aún te amo.

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Los días, Las horas, los segundos e incluso los microsegundos  se sienten como una eternidad, estaba encerrada en una jaula de oro, mi habitación con una cama grande, televisión, maquillaje, jacuzzi, e infinidad de ropa; mi jaula de oro.

Jonas se ha encargado de  hacer mi habitación como un reino completo, pero incluso teniendo todas estas cosas ¿Por qué habría de estar feliz? ¿Por qué habría de estar bien? Si me han arrebatado una vez más la misma cosa, la cosa más importante en mi vida; Mi libertad.

He tratado de que mi mente no sea cosa tediosa que me impida la pequeña paz que he construido. ¿Saben? Soy como una pequeña luciérnaga, cuando me ves, me deseas obtener por mi luz tan increíble en la oscuridad, y te obsesionas conmigo, porque soy un animal encerrado en un bote de cristal, me agitas y me agitas, para que mi luz encienda, pero no te das cuenta lo que provocas en mi cuando me agitas, sin embargo esa luz se va extinguiendo y sin más me dejas salir, pero sin vida.

La esperanza en mí, se ha marchado, no tengo ni una sola gota de ella en mí. Hace un par de noches me enteré que Zayn murió tras una bala en la cabeza, su desesperación me inunda, y me lleva a lo más baldío de mi alma.

Jonas, me dijo como él se resistió, y cómo fue que provocó que la bala entrara por su cabeza. Él tan solo no quería que me hicieran daño y dio su vida por la mía, así como lo hizo mi mejor amiga, así que es eso lo que valgo, 2 millones de dólares y 2 vidas.

Sin duda ese es el precio que tienes que pagar si me conoces, nunca queras estar en mi vida. Porque yo siempre he sido rebeldía y destrucción. No quieres tener a una Eleanor Dawson porque terminaras muerto.

La puerta se abre y la figura rebelde, se asoma, el chico de rizos negros y ojos esmeraldas me observan con una sonrisa y una bandeja de comida en las manos.

—Vaya te veo muy quieta. —Dice con un atisbo de sarcasmo.

— ¡Vaya! ¿Será porque estoy encadenada a la cama? —Respondí molesta, y levantando mi pie derecho que tenía una cadena que me unía a la cama. Y mis manos esposadas a su vista.

—Vamos, te lo mereces por tratar de escapar. —Dice— Agradece que no te fue peor.

—Sabes que estoy cansada de estar siempre así. —Dije en referencia de mis cadenas.

—Eleanor, siempre fuiste muy rebelde, y muy inquieta, por fin he encontrado la manera en que estés quieta. —Dice con una enorme sonrisa en su rostro.

Me refleje en una pequeña sonrisa que apenas se mostraba, su comentario me había hecho volver en aquel tiempo en donde todo era tan diferente, donde podía estar libre.

—Me gusta verte así, sonriendo. —Dijo sentándose en la cama y dejando la bandeja.

—Es solo que la melancolía me ha llenado la cabeza, ¿Sabes? Extraño San Francisco, y sus lindos y auténticos bares.

—Lo sé, yo también. —Dijo— Ven te quitaré las esposas. —Estiró sus manos con una llave.

Acerque mis muñecas y miré como me quitaba las esposas.

—Te lo agradezco. —Dije sobando mis muñecas.

— ¿Sabes que es lo que más extraño de San Francisco?

— ¿Qué? —Lo miré.

—A ti. —Menciono melancólico y sostuvo una sonrisa suave.

—Me apostaste en un juego de cartas. ¡Fui tu maldita apuesta! ¡Mi abuela murió por tu culpa! —Lo miré.

— ¡Lo sé! Y no sabes cuánto me arrepiento. Eleanor, si pudiera regresar el tiempo, cambiaría todo...

—Si pudiera regresar en el tiempo, desearía nunca haberte conocido. —Lo interrumpí y le escupí mis palabras con odio.

—Sé que no soy lo mejor que hay en tu vida, Eleanor, pero te amo, aún te amo. —Tragó— Puedo ser uno de los hombres más ricos en todo estados unidos, pero me haces sentir como él más idiota de todos.

Negué.

—Tú no puedes amarme. —Aseguré.

— ¡¿Y por qué no?! —Insistió.

Porque tú no tienes corazón.

Comenzó aquel triste y cruel silencio, en donde yo moría por quebrar en llanto y él solo tragaba el nudo en su garganta.

—Tienes razón. No tengo corazón. —Rompió el silencio.

Se levantó de la cama, me esposo de nuevo y salió de la habitación.

Con los pies patee la bandeja de comida al suelo y grite: ¡Te odio!

Y mi grito fue acompañado de un cruel y doloroso llanto, necesitaba sacar toda esta tristeza que llevaba por dentro, o ella me hundiría a mí.

Cuando mi llanto cesó mire hacía la bandeja esparcida a un lado de mi cama, y noté las marcas de quemadura en el filete de carne.

Flashback

—Es un hermoso día porque estoy en una habitación de un hotel de cinco estrellas con una hermosa y rebelde chica. —Dijo meneando la comida.

—Ya basta Jonas, deja de ser tan cursi. —Dije riendo mientras que lo abrazaba por detrás. — Estas muy meloso esta mañana

—Eleanor, me haces sentir de una manera tan cursi y tan rebelde a la misma vez. —Dice girando su cabeza para besar mi frente.

Reí.

— ¿Qué haces para él desayuno? —Dije.

—Un rico huevo dorado, y un filete de carne, sé que los adoras.

—Eres un chico muy listo—Dije besando sus labios.

— ¿Sabes? Un día te sacaré de este pueblo de mala muerte, tendremos una mansión enorme, con todos los lujos del mundo, un mayordomo, una sirvienta, un mono mayordomo, todo lo que quieras, yo dominando el mundo y tú dominando mi corazón como siempre—Sonrío— Te haré de desayunar todos los días un filete y te lo llevaré a la cama, te levantaré con un lindo beso y desayunaras mi filete.

— ¡Que comprometedor, cariño! ¿Cómo sabré que me lo harás tú y no la sirvienta? —Reí.

—Porque tendrán  mi marca. —Sonrió.

— ¡Así que tienes una marca! ¿Cuál es? —Seguí riendo.

—Es un  "+" para que siempre sepas que mi amor por ti, crecerá  y crecerá hasta que nadie nos recuerde.

Fin del flashback.

—Cumpliste tu parte, pero sin embargo no pudiste mantener me amándote—Agache la mirada, y dije en un susurro— Lo siento Jonas.

Y aunque Zayn no estuviera respirando más, mis respiraciones le pertenecían a él. Y sólo a él.

Don't forget me |Español.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora